ALBERTO F. MENA MALLEN
Andrés Manuel López Obrador se convirtió desde que fue electo como presidente de México en un ladrón de esperanzas de millones de mexicanos que creímos en sus mentiras, ya que, con el tiempo, -casi cinco años- nos percatamos de que nos mintió desde que fue candidato de su partido Morena y del cual no ha dejado de ser su dirigente.
Y sigue robando esperanzas.
Prometió muchas de las cosas que no pudo cumplir, ya que sus propósitos siempre fueron llegar a ser un autócrata, un caudillo de los de antes, cuando en los nuevos tiempos, poco a poco la gente se ha dado cuenta y ha despertado al exigir un mayor bienestar para todos, que tengan oportunidades de crecer individualmente, de vivir una situación cómoda y feliz y no tener una sonrisa falsa porque recibe apoyos económicos, que si bien ayudan al gasto familiar, no resuelven la situación de pobreza de muchos mexicanos.
Millones queríamos un cambio para bien de México, pero esta variación ha sido solo para quienes comulgan con los fines del tabasqueño y no para todos. La promesa de tener un sistema de salud como el de los países bajos, -Dinamarca, por ejemplo- ha quedado en un sueño, ya que continúa el desabasto de medicamentos, hay muchos problemas de logística con citas en hospitales, carencia de personal y falta de mantenimiento, que repercuten en la atención a los pacientes. Este sueño solo se quedará como promesa.
Y el ocupante de la silla presidencial continúa prometiendo lo que es muy difícil que cumpla, porque ya solo le queda un poco más de un año de gobierno, además de que está sumamente ocupado en las campañas electorales de sus corcholatas, y para distraer de nuevo la atención a los problemas nacionales, inventa una gran idea -para él-, de contar con una mega farmacia que cuente con todas medicinas que existen en el mundo, que se ubicaría en la capital del país y que, desde ahí distribuirlas a las entidades donde hagan falta. Un propósito mentiroso más.
El caso es que ya no le creemos, porque desapareció al Seguro Popular y lo sustituyó por el INSABI (Instituto de Salud para el Bienestar-, que finalmente no operó como lo pretendía el gobierno y ahora lo cambia por el IMSS-Bienestar, que atenderá a aquellos mexicanos que no cuentan con la seguridad social que la Constitución establece como un derecho, el que no ha tenido un buen inicio. Habría que transparentar, hacia donde fueron a parar los cuantiosos recursos que se destinaron a estos intentos por mejorar la salud de los mexicanos.
Hoy, los derechos que buscan las llamadas corcholatas que se cumplan, pero que nadie hasta la fecha lo ha logrado y tal vez solo sean de nuevo promesas electorales que sólo serán un intento por quedar bien ante los mexicanos que ya exigimos a quienes pretendan algún puesto de elección popular que verdaderamente las cumplan.
Y qué decir de la inseguridad… todos los días muere un promedio de 70 a 80 personas y desde que YSQ se ha dedicado a sembrar odio, rencor y miedo, matan hasta funcionarios públicos, legisladores, personajes de renombre y muchos policías municipales, estatales y federales, mientras el gobierno federal se dedica solo a dar abrazos y recomendaciones a las mamás de los delincuentes para que controlen a sus hijos, para que dejen de hacer travesuras con la gente.
Lo que les importa es no perder el poder que saborearon con el triunfo de Morena en 2018 y con ello, un problema mayor al que poco le ponen atención los integrantes de este partido, incluido el tabasqueño, ha sido el de no respetar la Constitución y las leyes. Su argumento para ello es que tienen derecho a expresar sus ideas en un país donde se respeta la libertad de expresión y la democracia, misma que quieren desaparecer al atacar a instituciones autónomas para adherirlas a los deberes del señor que se sienta en la silla presidencial.
Ahora agrede al Tribunal Federal Electoral, porque le cerró la boca para que ya no siga atacando a Xóchitl Gálvez contra quien cometió violencia política de género, pero como son muy buenos para acomodar las cosas en su favor, actualmente dicen que le modificaron sus palabras y que, por eso, los magistrados son unos vendidos. De nuevo, los ataques sistemáticos en contra de las instituciones que cumplen con la ley y que no lo adulan.
Hay que destacar lo tramposo que son los morenos cuando se les obliga a cumplir con las normas, al buscar un camino que le de vuelta a la ley, aunque no la respeten, pero ellos están en su postura de brindar humanismo y eliminar al neoliberalismo que es un virus que ha pululado en gobiernos anteriores que se han dedicado a destruir a México y a sus habitantes, pero como “salvadores de la patria”, están obligados a seguir caminos ilegales sin importarles las fuertes críticas que se les hace, aunque se quejen.
Eso está pasando con los libros de texto, a los que buscan cambiarle hasta el “modito”, para evitar que continúe la política neoliberal y buscar que los peques se adoctrinen con la filosofía del humanismo social para que ya no haya mexicanos que quieran ser emprendedores, porque cuando suben de nivel social ya “no votan por la izquierda”. El debate aumentó cuando algunos Estados no distribuirán dichos libros hasta que no haya una resolución judicial.
Otro asunto que se ve “chueco”, es el de la detención del fiscal de Morelos Uriel Carmona, quien fue detenido con irregularidades al tener fuero, pero la fiscalía capitalina consideró que cometió actos ilegales por lo que se le dictó prisión preventiva oficiosa para evitar que intervenga en la investigación que se le realiza.
Acomodan las cosas y las leyes a su modo, argumentando hechos que son fuertemente criticados por no ser legales, pero que para ellos son totalmente correctos por lo que actúan, dicen, “legalmente”.
El ladrón de esperanzas, ya se ha convertido en un delincuente peligroso.
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