Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Mal informado o de mala leche, la celebración presidencial por no permitir que la “derecha gobierne España”.
Evidentemente no tenemos embajador en España, aunque esté una persona que se encuentra acreditada ante el Reino de España y presentó sus cartas credenciales al mismísimo Felipe VI y, por supuesto, no hace su trabajo que no es otro que intentar mantener una buena relación entre ambos países, pese a la “pausa” impuesta por el señor López al no recibir respuesta a su exigencia de que España se disculpe públicamente por la conquista realizada “con la espada y la cruz”.
Quizá como una premonición para el 2024, el cobrón de Palacio Nacional, afortunadamente está por vencer su contrato, decidió hacer un “paréntesis en su monólogo matutino para decir:
“Me da mucho gusto, hago un paréntesis, lo que sucedió ayer en España, felicito al pueblo español porque no cayó en la trampa de la derecha, del conservadurismo. Me dio mucho gusto porque se pensaba que la derecha iba a arrasar, y no pasó eso, afortunadamente
En primer lugar, las izquierdas quedaron por debajo de los escaños obtenidos por el PP. En efecto, VOX se desinfló. Sin embargo, las izquierdas no lograron conjuntar la conciencia de los españoles. Y hay una razón de pesos, aunque otras también lo sean: la soberbia de Pedro Sánchez, quien durante 7 años ha sido el presidente de gobierno y, hasta ahora, los resultados no han sido los prometidos. Sánchez, como López, tienen el síndrome de “sin mí, qué van a hacer”, porque se considera indispensable.
Con sus palabras, López descalifica a la mayoría de españoles que votaron el domingo. Acaso una injerencia innecesaria en asuntos que solamente corresponde juzgar a sus habitantes. No se puede uno imaginar que diría el dueño de la verdad si otros países, otros gobiernos, opinaran de cómo la “izquierda que representa López” ha intentado y por fortuna fracasado, destruir el sistema electoral federal y sin rubor alguno, ordena en el legislativo, a sus acólitos que tienden la alfombra roja para que su “serenísima” les diga: no cambian ni una coma ni un punto, en las iniciativas de ley que envía al Congreso de la Unión.
La democracia monárquica de España tiene algo que no hay en México: debate entre pares y voto de censura que tira a los gobernantes. Aquí es todo lo contrario. La Censura la practica el todopoderoso, hasta hace dos semanas.
Seguramente millones de españoles que votaron por la “derecha conservadora” estarán diciendo: ¡¿y qué coño le importa al mexicanito cómo decidimos nuestra vida política?!
Y tendrán razón.
A ellos les importa un comino que desde la Presidencia de la República, presuntamente de un país democrático, se intente establecer una dictadura. No preocupa a los mexicanos. Y probablemente a los vecinos del norte.
Metiche hasta la cocina, el huésped temporal del Virreinal inmueble, supone que su crítica se escuchará en el Reino de España y que el eco recorrerá los municipios pobres –la enorme mayor- del país y sabrán que la derecha perdió.
Ha sido todo lo contrario. Ganó más de lo que esperaba. Por fortuna para los españoles, su democracia resiste gobiernos de derecha o de izquierda.
De los 7 presidentes que ha tenido España a partir de haberse abolido la dictadura franquista, 3 han sido socialistas: Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez; Adolfo Suárez, logró la coalición socialdemócrata que lo llevó a convertirse en el primer presidente de la era democrática, después del pacto de la Moncloa; Leopoldo Calvo Sotelo, José María Aznar y Mariano Rajoy, del PP, gobernaron para bien sin que ello significara que podrían quedarse para siempre o, por lo menos, seguir los pasos de Felipe González, quien 14 largos años.
La derecha política, no es, como supone López. La hay de avanzada y no toda es inhumana, como lo afirma.
Hacer ruido es su principio y no mide las consecuencias de sus palabras necias.
Para su información, será a partir del 17 de agosto que el rey Felipe VI convoque a los dirigentes de los partidos políticos para formar el nuevo gobierno. Nada fácil la tiene. Porque ni el PP ni el PSOE tienen los escaños para gobernar.
¿Qué celebró, señor de los sueños?
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