Punto de Vista
Jesús Michel Narváez
Toc, toc, se escucha en la enorme puerta palaciega.
Se abre una ventanilla y se pregunta: ¿qué quiere?
La respuesta: vengo a entregar un documento del INE.
Lo sentimos, estamos de vacaciones. Y tenemos órdenes de no recibir ningún documento, citatorio, trámite etcétera.
Y la puerta, como a Xóchitl Gálvez, golpeó la nariz del enviado y, claro, no pudo entregar el la sentencia de la Comisión de Quejas y Denuncias del INE en el que se establecen las medidas cautelares para que el inquilino temporal de Palacio Nacional deje de desacreditar, agredir y mencionar a la senadora que le quitó el sueño. Y además, le prohíbe hablar de temas electorales y de campañas y de petición de votos a favor de su partido y ni uno solo para los “conservadores, corruptos, saqueadores de la riqueza nacional”.
La trampa del poder.
“Como no he sido notificado, seguirá hablando de la señora Xóchitl… me quieren callar, me quieren silenciar… ¿dónde está el derecho de la libre expresión?… ¿dónde mi derecho de réplica?, se queja mortificado el que observa cómo las hojas del calendario se van agotando y como resultado su tiempo de todopoderoso se acorta y sabe que sin poder político, “sin el apoyo del pueblo” vale lo que se pueda comprar con un bilimbique, el ppapel moneda que hizo circular el gobierno de Venustiano Carranza, y que tardó más en imprimirse que en devaluarse como una exhalación.
Ahora la notificación tendrá que esperar hasta el primero de agosto, cuando se terminen las vacaciones de la burocracia dorada de la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República que, por cierto, no despacha en Palacio Nacional sino en el de Cobián.
María Estela Ríos González, la consejera jurídica que llegó para suplir a Julio Scherer Ibarra, tiene cartas de presentación que harían suponer una vasta experiencia y, sin embargo, ha perdido todas las reclamaciones presentadas a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Sin embargo, sacó de la chistera de las trampas del poder, un decreto en el que informa que, por el periodo vacacional, en ninguna dependencia del gobierno federal se recibirá documentación alguna, así sea una orden judicial.
Menos, imagínese usted, un “simple” documento en papel membretado del INE y en el que se notifica al presidente mexicano de las medidas cautelares que decidió la Comisión de Quejas y Denuncias y que, entre otras prohibiciones están las de no hablar de la “adversaria” y de los temas electorales.
La trampa diseñada por la consejera jurídica, cuyo currículum, salvo error u omisión, es abogada y maestra en ciencias políticas por la UNAM; y doctorada en Derecho laboral por el Centro Universitario Emmanuel Kant. Además, fue docente en la UAM y presidenta de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, se convirtió en un tanque de oxígeno para el inquilino del virreinal inmueble, porque podrá seguir haciendo caso de las medidas cautelares ordenadas por el INE.
Sin embargo, a partir del uno de agosto, tendrá que acatarlas, si le viene en gana, algo que deja en el aire sus agresiones personales, no políticas, hacia quien, en serio, le produce insomnio y le valdrá lo que se le unta al queso las “sanciones” a las que se haga acreedor por ignorar la decisión del órgano electoral federal.
Como no se puede imaginar fuera de su feudo –como en la época de los reyes- y tener que viajar a Palenque para utilizar el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional que se construye en la zona, seguirá haciendo de las suyas hasta el 30 de sepriembre.
Sin duda, una trampa en la que, por omisión o comisión, cayó el INE. ¿Por qué no entregó la notificación en tiempo y forma? La mano negra del duende metió en problemas a la institución y dejó abierto el camino para que desde las mañaneras, en donde también debería aplicar el periodo vacacional, se dé gusto en actor de los monólogos y suponga que ganará el premio al mejor mago del mundo.
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