A la Vuelta de la Esquina
IVÁN RUIZ FLORES
Y en pleno siglo XXI persisten los linchamientos en México… también en Estados Unidos, en Perú, en Brasil y demás naciones del continente, porque por tierras aztecas simplemente no hay castigo.
Aseguran los especialistas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM (en un trabajo realizado en el sexenio pasado) que, en treinta años, “México ha vivido un proceso de desgaste institucional que se expresa en la violencia política y social creciente que vivimos cada día. Desde la sociedad han surgido expresiones complejas que responden a ello, como los grupos de autodefensas o guardias comunitarias, el vigilantismo, los justicieros, y los linchamientos; fenómenos que nos hablan de una crisis de la autoridad que, en el contexto nacional, forman parte de una crisis del Estado”.
¿Pueden negarse tales hechos?
No, diariamente en la República se exhibe la violencia y lo mismo se asesina a un ex defensa como lo fue Hipólito Mora, en Michoacán, que ocurren los mas diversos hechos en los que el derramamiento de sangre es de cada día. Así, hace poco más de una semana se exhibió en el chat de Misión Política el momento en que varias personas linchan a un presunto ladrón en calles de la Ciudad de México.
Y como estos sangrientos hechos son cotidianos, lo mismo en la capital del país que en otras entidades, las mencionadas instituciones en el gran trabajo realizado señalaron: “…la incidencia e incremento de los hechos de linchamientos dados a conocer por los medios periodísticos, televisivos y en redes sociales denotan la crisis de autoridad que presentan algunas regiones del país”.
De ahí que, de acuerdo con datos recabados por los especialistas, señalan la CNDH y IIS, “…en el periodo 2016-2022 este tipo de quebrantamiento social registró mil 423 casos en la modalidad de linchamiento y 196 en grado de tentativa, para un total de mil 619”.
Tras la advertencia de lo que establece el artículo 17 constitucional, acerca de que nadie puede hacerse justicia por propia mano, exponen que, “… sin embargo, en los últimos años, se han acentuado los hechos de violencia colectiva en diversas regiones del país, en los que las personas deciden hacer justicia por propia mano sin que haya una consecuencia penal efectiva que inhiba la repetición de estos actos”.
Así mencionan, por ejemplo, como en 2018 quemaron vivos a dos hombres en Acatlán de Osorio, así como otros hechos ocurridos en diversas entidades, porque como señalan los investigadores del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco, en la actualidad existen las condiciones para la aparición de estallidos impetuosos por parte de una ciudadanía “que se siente insegura y sin esperanza de beneficiarse de los mecanismos de justicia garantes del orden social, así como por el descontento individual por las ofensas ocasionadas por algún miembro de la sociedad o alguna autoridad que pueden generar un rechazo o reclamo conjunto”.
CHILANGOS, POBLANOS
TLAXCALTECAS…
Las principales entidades de la República donde ocurren este tipo de hechos son fundamentalmente: la Ciudad de México, Puebla, Hidalgo, el Estado de México, Tlaxcala y Oaxaca.
Por ejemplo, en abril del actual 2023, lincharon a un presunto ladrón en Tlahuapan, Puebla; en mayo, en la alcaldía Magdalena Contreras, a un tipo que había asaltado a un niño vendedor de tacos; el diario Milenio señalaba que ya sumaban 26 los intentos de linchamiento en el estado de Puebla, entidad en la cual ya había sido linchado un hombre para quitarle unas brócolis.
En 2018 antes de que llegara el actual gobierno la Comisión Nacional de los Derechos Humanos señaló: “… mientras el estado incumpla con su obligación de abatir la impunidad y brindar seguridad a la sociedad, subsistirá el riesgo de que se busque ejercer justicia por propia mano”.
De tal manera que en un comunicado de prensa especificó:
“El Ombudsperson nacional, Luis Raúl González Pérez, expresó su más enérgico rechazo a los recientes casos de linchamiento ocurridos en los estados de Hidalgo y Puebla, a la vez que demandó una investigación objetiva e integral de los hechos. Es preciso que se investigue y determine la responsabilidad, tanto de las autoridades que no evitaron que estos casos se presentaran, como de las personas que habrían participado en los mismos. La justicia por propia mano no es justicia, es barbarie”.
También dijo: “…en tanto el Estado no cumpla con sus obligaciones de abatir la impunidad y brinde condiciones mínimas de seguridad a la sociedad, la desconfianza en las instituciones y la desesperación de las personas por obtener justicia, dejará abierta la puerta para que se presenten nuevos casos de justicia por propia mano”.
Pero en México este tipo de derramamiento de sangre, en el actual sexenio, simplemente se anexa a todos los demás que están rompiendo récord en los 23 años que lleva el Siglo XXI.
De acuerdo con la Agrupación Causa en Común, en comparación con el periodo enero-abril de 2022, se observa que “las atrocidades” -que son cientos y variadas no sólo los linchamientos- tuvieron un incremento de 13%, pasando de 1,940 a 2,195 eventos. Algunas notas que ejemplifican la crueldad de este tipo de eventos de enero a abril de 2023.”
Como ha señalado el Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República en un trabajo en la materia (de Juan Pablo Aguirre Quezada) sobre los casos a nivel mundial y sobre todo del Continente Americano:
“Una característica común en los linchamientos consumados es que los agresores en la gran mayoría de los casos son impunes al llamado a cuentas a la justicia. Es un fenómeno a escala internacional por lo que vulnera los diferentes estados de derecho. Asimismo, tiene como consecuencia la generalización de la violencia en las comunidades donde se registra, por lo que la autoridad queda rebasada sin importar el respeto a las garantías individuales”.