Estados Unidos y Europa ‘agotaron’ su arsenal de armas contra Rusia en Ucrania

Joe Biden y otros funcionarios dejaron entrever que la base industrial de defensa de EEUU tiene problemas para reponer las decenas de miles de millones de dólares en armas enviadas a Ucrania para luchar contra Rusia. El general retirado estadounidense Paul E. Vallely explicó a Sputnik por qué este problema no va a desaparecer pronto.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió críticas por justificar el envío de municiones de racimo a Ucrania admitiendo que tanto Kiev como Washington se están quedando sin proyectiles ordinarios de 155 mm.
«Esta es una guerra relacionada con las municiones. Y ellos [los ucranianos] se están quedando sin esa munición, y nosotros andamos escasos de ella», expuso el líder de EEUU en una entrevista, poco después del anuncio de Washington sobre la entrega acelerada de los proyectiles de racimo M864 del arsenal de municiones convencionales mejoradas de doble propósito (DPICM) a Ucrania.

«Y así, lo que finalmente hice, tomé la recomendación del Departamento de Defensa, no de forma permanente, sino para permitir en este período de transición, en el que tendremos más armas de 155 mm, estos proyectiles para los ucranianos, para proporcionarles algo que tiene una tasa muy baja de fallos», argumentó el mandatario estadounidense.

El 7 de julio, el subsecretario estadounidense de Defensa para Política, Colin Kahl, expresó una opinión similar, declarando a la prensa que Washington estaba recurriendo a municiones de racimo en un intento de «salvar» la brecha existente entre el consumo ucraniano de proyectiles de artillería y la producción estadounidense y europea.

El presidente ruso «Vladímir Putin tiene una teoría de la victoria, ¿de acuerdo? Su teoría de la victoria es que sobrevivirá a todo el mundo. Durará más que los ucranianos, más que Estados Unidos, más que los europeos», aseguró Kahl.

«Por eso el presidente Biden dejó claro que estaremos con Ucrania todo el tiempo que haga falta, y por eso estamos señalando que seguiremos proporcionando a Ucrania las capacidades que le permitan seguir luchando», añadió.
Políticos y ejecutivos de la industria armamentística europea expresaron sentimientos similares en los últimos días, declarando bajo condición de anonimato a los medios de comunicación que están repletos de contratos y dinero, pero que carecen de los contratos y subvenciones de defensa gubernamentales garantizados que desearían tener antes de gastar en ampliar la capacidad de producción, lo que llevaría de tres a cinco años.
Algunos gobiernos aún no se han comprometido a firmar contratos a tan largo periodo, pues dudan de que la ampliación de la producción de defensa sea necesaria a tan largo plazo.
El sector europeo de la defensa también se enfrenta a retos que van desde la escasez de trabajadores cualificados a la penuria de componentes y recursos, pasando por la burocracia y la reticencia de los bancos a conceder préstamos a las empresas armamentísticas por temor a que afecte a sus calificaciones medioambientales, sociales y de gobernanza.
En Alemania, el mayor país industrial de Europa, el Ministerio de Defensa exige la aprobación parlamentaria para cualquier pedido de defensa por valor de unos 25 millones de euros, suficiente para comprar unos 7.500 proyectiles de 155 mm, que, dada la intensidad actual de los combates en Ucrania, no durarían ni un día. Sputnik
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