A la Vuelta de la Esquina
IVÁN RUIZ FLORES
En México está roto el récord de asesinatos de políticos en México, básicamente de presidentes municipales, regidores y síndicos en el actual sexenio. Ya suman 65 los políticos en activo de tales rangos que fueron violentamente muertos, con lo cual el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene el primer sitio en tal materia en el siglo XXI.
Las cifras anteriores sobre la violencia política en estos seis años que están en marcha, dadas a conocer por la casa Etellekt, Consultora de Comunicación y Riesgos, refieren lo ocurrido en los gobiernos del siglo XXI anteriores. Por ejemplo, con Enrique Peña Nieto sumaron 39, con Felipe Calderón, 31; y con Vicente Fox 7.
Y no se salva ningún partido. Como anteriormente, la mayoría de los crímenes fueron de priistas, seguidos por los de panistas, de Morena, Movimiento Ciudadano, Partido Verde, Partido del Trabajo, un independiente, Nueva Alianza y otros diez electos por Usos y Costumbres, precisan estos especialistas.
En la actualidad, como tácitamente ya inició el proceso electoral de 2024, es sumamente probable que los crímenes en tal materia se incrementen en la República Mexicana y se abulte la cifra de esta actividad delictiva en lo que va del siglo XXI.
En 2022, por ejemplo, hasta el día anterior de que concluyera el año, el 30 de diciembre, hubo uno de estos asesinatos. Fue en el municipio de Rafael Delgado, en el estado de Veracruz, donde mataron a Ambrosio Tocohua.
También hicieron lo propio aquel fin de semana con el tesorero de Tezonapa (en el mismo estado, Veracruz) Salvador de Jesús Pérez Tostado.
Respecto de los homicidios en general, en este sexenio suman ya 160,000.
Las entidades con el mayor número de asesinatos de políticos en ejercicio son: Oaxaca, Michoacán, Veracruz, y Guerrero, entre una docena de estos.
UN ARGUMENTO
SOBRE LOS CRIMENES
Como escribiera en su momento el investigador Víctor Antonio Hernández Huerta en su trabajo “Candidatos asesinados en México, ¿competencia electoral o violencia criminal?”, en una síntesis en la materia sobre el proceso electoral de 2018 publicado por Scielo:
“El pasado proceso electoral no solamente fue el más grande en la historia de México, por el número de cargos de elección popular a elegir, sino también el más violento. Durante el proceso electoral federal 2017-2018 se registró el asesinato de 48 precandidatos y candidatos en todo el territorio nacional.
“¿A qué se debe esta ola de asesinatos políticos sin precedente en la historia de México? ¿Los asesinatos deben atribuirse a condiciones de competencia electoral, o más bien pueden vincularse con actividades de organizaciones criminales? Usando una base de datos original en que registramos el número de candidatos asesinados por municipio, sometemos a prueba ambas teorías complementarias y encontramos que los homicidios no están relacionados con elecciones cerradas o competidas, sino que están ligados a la presencia de organizaciones del crimen organizado y al nivel de violencia criminal en cada municipio. En algunos estados, como Puebla y Guerrero, la evidencia estadística también sugiere que los candidatos asesinados fueron el blanco de ataques de organizaciones criminales”.
Y como las organizaciones criminales reciben “abrazos no balazos” el temor de los ciudadanos y de muchos políticos es que el asunto de los asesinatos de políticos se desboque aun más, tanto en el año que está en marcha como en el 2024.
Este autor nos deja con el alma en un hilo, porque en el final de su investigación expone: “… no cabe duda de que la reciente ola de asesinatos de candidatos ha dañado la arena electoral. La seguridad de candidatos locales en muchos estados del país no parece estar garantizada. Si el hecho de postularse a cargos de elección popular a nivel local en ciertas regiones del país representa un riesgo a la vida de los candidatos: ¿Quién se postulará? ¿Disminuirá el número y la calidad de los candidatos que deciden postularse?
Además, al citar a Ponce 2019 precisa que “… ha encontrado, por ejemplo, que el número de candidatos disminuye significativamente en los municipios más violentos. Futuras investigaciones podrían además determinar si en los estados más afectados por el asesinato de candidatos se observa una disminución en los años de experiencia de los candidatos u otros indicadores de calidad de los mismos”.
Sugirió algo que ya no llevaron a cabo las autoridades: “Adicionalmente, y con miras a diseñar políticas públicas tendientes a disminuir la incidencia de este problema, podrían implementarse programas piloto durante periodos electorales en los que se incremente la presencia de agentes del ministerio público en las zonas más afectadas por la violencia en contra de candidatos y observar su efecto en la ocurrencia de ataques en su contra. Si bien, en el proceso electoral 2017-2018 observamos un incremento significativo en el número de candidatos asesinados, aún estamos a tiempo de contener su expansión y efectos nocivos”.
Estábamos a tiempo cuando lo escribió. Hoy todo está en marcha y… tal vez también la planeación de algunos asesinatos.
¡Terrible!
