Los Dados de Dios
NIDIA MARIN
Y como si no fueran suficientes las penas de los mexicanos, el año 2024 ¡será bisiesto!, es decir como dice el refrán: “Año bisiesto y año de pares, año de azares y de pesares”.
El cantante Monsieur Perine dice:
“Y mi amor por ti murió en año bisiesto/ el amor que te confieso/ se murió en año bisiesto/ san Pelayo canta al muerto/ y yo entierro tu recuerdo”.
Así será, con más pena que gloria, con quienes en ese año dejarán el poder. México estará en plena campaña para que 98 millones de posibles votantes acudan a las urnas para renovar más de 20 mil cargos a nivel federal y local.
En este siglo XXI será la tercera ocasión en la cual en nuestro país, en Año Bisiesto, se lleven a cabo elecciones para elegir entre otros cargos al de Presidente de la República. Las otras ocasiones fueron en los años: 2000 y 2012.
En general, estos años tienen mala fama. Son los apestados del calendario, desde la época de la antigua Roma con Julio César, hasta nuestros días (en México) con Andrés Manuel López Obrador.
Hay ejemplos de años bisiestos en México, como el 2020 en el cual el balance gubernamental admitió que “…fueron emitidas un total de 130 declaratorias de emergencia y desastre durante el año” ocurridas en 18 entidades federativas, con 667 municipios afectados por diferentes eventos. La cifra de afectados fue de poco más de 800 mil personas, principalmente de los estados de Chiapas, Tabasco y Veracruz.
Los desastres ocurridos en esos años son, por ejemplo: en el 2000 la erupción del volcán Popocatépetl; en el 2004, inundaciones en Sinaloa y Tamaulipas; en 2012, un gran sismo el 20 de marzo en la Ciudad de México con epicentro en Guerrero; el paso del huracán Bud con posteriores grandes destrozos el 15 de mayo; un tornado el día primero de junio en el entonces Distrito Federal y los destrozos que dejó el primero de agosto el paso del huracán Ernesto.
Pero hay más, en otro bisiesto, en el 2016, el paso de la tormenta tropical Earl, en agosto, dejó severos daños y 52 personas muertas en Veracruz, Puebla e Hidalgo.
Así, a cinco meses de que arribe 2024, es necesario prepararse para las tensiones adicionales que sobrevendrán en el bisiesto y específicamente el 29 de febrero.
Sobre todo, porque entonces concluirá el sexenio más corto de México en 90 años, ya que López Obrador el presidente número 65, dejará el encargo… le guste o no… el primero de octubre de dicho bisiesto mexicano que, como dice el refrán: “Año bisiesto, ni casa, ni viña, ni huerto, ni puerto”.
LOS APESTADOS
DEL CALENDARIO
A estos años, por algo los catalogan de mala suerte. Son los apestados del calendario, desde que regía Julio César en la antigua Roma hasta nuestros días en el mundo, específicamente en… México.
Porque por nuestros rumbos, todavía deberemos apechugar 15 meses de inseguridad, feminicidios, matanzas del crimen organizado, delincuencia desatada, falta de medicamentos y carestía de los mismos, crisis en el campo mexicano, alimentos con precios por los cielos, fraudes desde los gobiernos, falta de médicos en las tambaleantes instituciones sociales que aún existen y todas las desgracias que nos ha dejado el gobierno del tabasqueño, entre otra las profundas divisiones entre los mexicanos.
Aunque realmente el que está en marcha es el sexenio más corto de la historia, para la mayoría de los mexicanos ha sido el peor, por lo cual ruegan porque se acabe para que el dizque mandatario se vaya a su rancho.
Pero el remate sexenal en puerta nadie lo puede evitar: el “año bisiesto y año de pares, año de azares”.
Sobre todo, porque los cambios estarán en marcha, es decir, los habitantes de nueve estados de la República Mexicana, tras el proceso electoral, contarán con nuevos gobernadores. Así será en la Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Hay que prepararse porque los gritos y sombrerazos estarán a la orden del día, ya que, además, se elegirán 128 senadores, 500 diputados y los integrantes de 30 congresos locales.
La definición oficial en México de un proceso electoral señala:
“Es el conjunto de actos realizados en fases y que la Constitución y la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales mandatan a las autoridades electorales, los partidos políticos y los ciudadanos para renovar periódicamente a los integrantes de los Poderes Legislativos y Ejecutivo federal y de las entidades federativas, de los ayuntamientos en los estados de la República y de las alcaldías en la Ciudad de México”.
La primera etapa será la Preparación de la Elección. Esta inicia en la primera semana de septiembre de 2023 con la primera sesión que el Consejo General del INE celebre previamente a las elecciones federales de 2024.
Después se efectuará la Jornada Electoral el 2 de junio del año bisiesto.
Como es sabido, el sistema electoral mexicano a nivel federal lo componen el INE, una autoridad administrativa regulada en el artículo 41 de la Constitución, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, una autoridad jurisdiccional que se encuentra regulada por el artículo 99 constitucional y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales, organismo especializado de la Procuraduría General de la República, encargado de investigar los delitos electorales a nivel federal.
No serán fáciles, pues, las elecciones por venir y mucho menos con los personajes que se creen dueños de México y de sus habitantes.
Una cosa es cierta… el Año Bisiesto golpea parejo a tirios y troyanos.
¡Preparémonos!