El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, viaja a China para tratar «el grave estado» de las relaciones entre Washington y Pekín, según los medios estadounidenses. Sin embargo, todavía es incierto si esta visita puede aliviar las tensiones entre los dos países.
El presidente de EEUU, Joe Biden, declaró que desea iniciar un «deshielo» en las relaciones bilaterales con China, pero los obstáculos a la distensión siguen siendo enormes, escribió The Washington Post. De hecho, los lazos alcanzaron un nivel tan bajo que muchos observadores bien informados dudan incluso de que pueda producirse este deshielo.
Los expertos entrevistados por el periódico señalan que ambos Estados comprenden las desventajas de una separación completa entre ellos y, dadas las restricciones impuestas por las sanciones, tiene sentido que ambos países busquen oportunidades de cooperación en otras áreas.
Pero, como señala el artículo, por muy positivas que sean estas tendencias alentadoras, las perspectivas de un deshielo se enfrentan a un hecho frío y duro: geopolíticamente, Washington y Pekín desconfían profundamente el uno del otro.
«Es poco probable que esto cambie pronto. Los lazos entre EEUU y China seguirán congelados en el futuro inmediato. Cualquiera que quiera cambiar esta situación haría bien en empezar por centrarse en las posibilidades de un modesto progreso», resumió la publicación.
El 18 de junio, Antony Blinken llegó a China, en donde sostendrá reuniones de alto nivel con funcionarios del gigante asiático.