Político o Financiero

Yo Campesino

 

 

  •      Alto Costo Contener Inflación; Altas Tasas y Exención de IEPS, Pegan a Presupuesto

 

MIGUEL A. ROCHA VALENCIA

 

Urgido de dinero el ganso echará mano de todos los recortes posibles, incluyendo el INAI e INE para conseguir recursos que atenúen el déficit público que se agranda con el incremento del pago del servicio de la deuda y los no ingresos derivados de descuentos en IEPS a combustibles como parte de la estrategia para contener inflación y no aumentar el costo político antes de elecciones.

 

Por eso el componente de los recortes se puede inscribir en lo económico, pero con fines políticos; por eso la cancelación de presupuestos a fideicomisos, la disminución a Conacyt, al INE, Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Congreso federal y a todo lo que se pueda en virtud de que no hay de dónde sacar dinero por más que se exprima la ubre de los causantes cautivos a través del SAT.

 

Por eso la maniobra financiera para contener inflación tiene un costo financiero tan alto que hoy la deuda contratada en documentos creció sólo en el primer trimestre del año 53.2 por ciento que se traducen en un pago anualizado cercano a los 327 mil millones de pesos, ya que el aumento de tasas encareció el dinero hasta un 11.20 por ciento promedio que se reflejaron en el “premio” a los tenedores de Cetes un cuatro por ciento más de lo que se pagaba hace un año cuando estábamos en poco más del siete por ciento.

 

Ese es el costo real en pesos de los esfuerzos por contener la inflación a lo cual se deben agregar cerca de 500 mil millones de pesos por el subsidio a los IEPS de gasolinas y gas en poco más de 20 pesos, que fueron sustituidos con deuda.

 

Es decir que hasta hoy el costo por contener inflación puede alcanzar cerca de 835 mil millones de pesos que se reflejan en déficit-deuda, urgencia de recortar el gasto por donde sea y no tener que “pagar” políticamente un nivel inflacionario mucho mayor por el descontento social que implica la carestía en un país.

 

Un país donde si bien disminuyó la “desocupación formal” a 2.3 por ciento, la verdad es que la pobreza laboral continúa a la alza, tanto como 15 millones de trabajadores de “formales” a quienes no les alcanza el salario para cubrir no sólo la canasta básica sino también muchos artículos de la inflación subyacente incluyendo vivienda, alimentos no procesados, ropa, comunicaciones, transporte, frutas, papel de baño, etcétera y que a pesar de lo que se diga, aumentaron a la par que los de la inflación general y se colocó en un rango del 10 por ciento.

 

Pero eso no importa, hay que acumular los efectos de las políticas públicas debajo de la alfombra y que le estalle al que viene ya que para el caudillo y su cártel representaría pagar un costo político adicional derivado de la carestía que implicaría una inflación real y no subvencionada a costa de deuda pública, precariedad en los servicios, recorte de personal y de salarios y confiscación de presupuestos de dependencias lo cual implica acciones ilegales porque el dinero público etiquetado que no se ejerce por la dependencia es subejercicio y el recurso que se gasta en cosas que no son para las que se autorizó, es desvío.

 

Pero como se trata de la 4T, como diría el mesías tropical “no pasa nada” como los más de 15 mil millones que desaparecieron de Segalmex con Ignacio Ovalle, los más de 50 mil millones que no se justificaron en el Insabi ni mucho menos los 850 millones de pesos ordeñados de la SEP que no justificó la “maestra” Delfina Gómez quien como en el asunto del diezmo descontado al personal del municipio de Texcoco dijo que no fue ella sino Morena; en este caso diría que fue el propio profeta.

 

Total, que más allá de especulaciones están los números fríos: el Informe de las Finanzas Públicas de abril de la Secretaría de Hacienda apunta que el costo financiero de la deuda pública creció en el primer trimestre de este año 53.2 por ciento además que aumentó el precio del dinero y esto tuvo un impacto en los crédito de casi 60 por ciento.

 

De hecho, el incremento de tasas en un año representó 127 mil millones de pesos más que en el mismo trimestre del año pasado, dinero que no se tenía contemplado en el presupuesto de 2023 y que habrá de salir de algún lado pues no van a reducir los recursos para los programas compra-votos y menos en temporada electoral, así que preparémonos para que la deuda aumente muchos más o bien las presiones por cortar dinero al INE, INSABI, SCJN y otras instituciones se hará mayor.

 

Esa es la costumbre del tlatoani tabasqueño, ocultar los daños de sus miserables políticas para que otros los paguen, incluso con la muerte como sucede con las personas que no tienen medicamentos, las madres sin guarderías, las mujeres agredidas sin refugios, la cultura tirada a la basura, la investigación desahuciada, las becas de la UNAM para 250 mil alumnos canceladas, malos servicios y más, pero a cambio tenemos un aeropuerto que nadie quiere, una refinería que no refina y un tren propiedad de los militares.

 

Felicidades, esa es la 4T que desgraciadamente dicen los expertos seguirá mal gobernando este país, aunque… quien sabe.

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