El País de los Desvíos

 

RAÚL MONDRAÓN von BERTRAD

sifón

Del lat. sipho, -ōnis, y este del gr. σίφων síphōn.

  1. m. Tubo encorvado que sirve para sacar líquidos del vaso que los contiene, haciéndolos pasar por un punto superior a su nivel. 

Fuente: Real Academia Española de la Lengua

“Esta es una red de poderosos servidores públicos de alto nivel, quienes simulan contratos y pagos, con respaldo de facturas legales, pero sin sustento, en función de extraer dineros… que continúa porque saben que no pasa nada, la impunidad es generalizada. Todo mundo sabe y nadie hace nada. El Estado de México es el más corrupto en el país, es donde sacan recursos para todos los demás.”

-Muna Dora Buchahin Abulhosn, abogada mexicana

En español no existe el verbo derivado de la palabra “sifón”, como sí lo hay en inglés. Cuando se busca en Google la traducción, aparece como “desviar”. El desvío, la distracción -de fondos y recursos, de la atención, del rumbo- es más general pero más atinado a lo que constituye una histórica práctica en nuestro país.

El diario británico The Guardian publicó en estos días una investigación que inició la valiente María Teresa Montaño, de The Observer, titulada “How a Mexican state siphoned off millions – and a reporter risked her life to expose it” (Cómo un estado mexicano [el Estado de México] desvió millones -y una reportera arriesgó su vida para exponerlo-) [a traducción es nuestra].

El monto desviado, unos 5,000 millones de pesos, es lo de menos; el modus operandi, el uso de empresas fantasma o sin sustento, es lo de menos; el timing de la publicación, a días de la elección mexiquense, con clara puntería a la candidata del PRI y del PAN y del PRD, quien en la época aludida no había llegado a la dependencia, todo indica, es también lo de menos.

Lo demás es la proclividad de nuestra clase política, de nuestros empresarios, de nuestros profesionistas, de nuestros ciudadanos, al desvío, al “sifoneo”, a la distracción, a sacar provecho indebido de cualquier situación que permita alguna discrecionalidad.

Ahí halla su origen la petición a los amigos encumbrados en el priísmo del siglo pasado: “No me des, ponme donde hay.”

En esa tesitura es posible el “Milagro mexicano”, no el del desarrollo estabilizador, no el modelo económico aplicado en México entre 1954 y 1970, que aspiró a lograr “una estabilidad económica que permitiera un desarrollo sostenible y continuado” y que se desarrolló durante las presidencias de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958), Adolfo López Mateos (1958-1964) y Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970).

Fuente: https://concepto.de/milagro-mexicano/#ixzz83V3hf4y3

Sino al otro, al de los personajes surgidos de la nada disciplinada de partido y que a cada adquisición pública sumaban una privada, personal, allá Hank en CONASUPO.

En este siglo esta mecánica sólo cambió de color, al azul de Acción Nacional, se agravó con EPN y se ha tornado más hipócrita con la 4T. Hoy los beneficiarios del poder mal utilizado, la constante en la historia mexicana, utilizan una pirinola con cara repetida: “TOMA TODO”.

“Sifonear”, pues, debería ser verbo, mexicanismo, aceptado por la Real Academia.

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