o Campesino
• El ganso habla de pactar con delincuentes, pero arrecia ataque a la SCJN por “liberarlos”
Miguel A. Rocha Valencia
De plano el mesías tropical se abrió de capa y dijo que sería bueno pactar con criminales si con eso se logra la paz y atenúa la masacre desatada por los grupos delincuenciales que ya se anotaron en este sexenio más de 156 mil asesinatos. Pero al mismo tiempo amplió el frente contra el Poder Judicial, especialmente los ministros de la Suprema Corte de Justicia y señaladamente su presidenta, Norma Piña.
Incluso utilizó al general en retiro Luis Rodríguez Bucio para que sea él quien asegure que la ministra Piña ha dado fallos en favor de criminales, con lo cual ya abrió más el frente de batalla que pretende acabar con el máximo tribunal de justicia del país y someterlo para que no contravenga decisiones del caudillo en cualquier tipo de materia.
De hecho, es parte de la estrategia del “manual del populista” someter al Congreso (ya lo hizo) y a los demás poderes, así como los órganos autónomos, donde la SCJN da la batalla y es el reducto donde se atrincheran quienes no se someten como el INAI, el INE y hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial.
Por eso hay que pegarle y si no es posible someterla en su totalidad, doblegar a los integrantes a fin de contar con las mayorías cuando tengan qué resolver alguna controversia y no se rechace la propuesta presidencial como ocurrió con el Plan B en materia electoral o incluso que censuren al Ejecutivo por violentar leyes como el proselitismo abierto en favor de sus corcholatas.
Pero enfrente, en el gobierno del caudillo de Macuspana se extiende la manga ancha de la corrupción, el saqueo a las arcas públicas justificándolas con un simple “no pasa nada” como ocurre con los más de 800 millones de pesos que Delfina Gómez desapareció de la Secretaría de Educación y por lo cual no se le pide una explicación.
Están los casos d los hijos millonarios del machuchón, la opacidad de los contratos que se reparten entre los amigos y privilegiados a diestra y siniestra y que para no transparentarlos el ganso impide la integración legal del INAI apoyado por sus garbanceros vestidos de legisladores quienes a su vez se justifican con aquello de “para lograr el cambio”.
Pero resultan incapaces para pedir cuentas a quienes deben, menos a los militares que reportan una caída sustancial en la captura de delincuentes, con esos con quienes ya existe un pacto de abrazos y no balazos.
Duda por eso el profeta de la 4T en que un pacto abierto con los criminales resuelva la violencia que hay en el país, ya que de hecho, su política ha sido esa y gracias a ella, hoy hay más asesinatos y violencia que antes.
También por esa política entreguista a la delincuencia, ésta se apoderó de más de la tercera parte del territorio nacional donde impone sus reglas, cobra derecho de piso, secuestra comunidades, asesina impunemente y cuando va alguna autoridad que no les gusta, la corren, aunque sean soldados armados.
Pactar con criminales es entregarles el mando del país (si es que aún no lo tienen) sería una renuncia inconstitucional al Estado de Derecho y a la responsabilidad primaria del poder Ejecutivo de dar seguridad a los mexicanos y hacer que se cumpla la Ley, aunque el titular no la observe.
Un arreglo explícito con la delincuencia sería otorgarles un reconocimiento ilegal que sería lo de menos, pero como están las cosas difícilmente traería una disminución de la violencia y menos cuando las mismas autoridades parecen “administrar” ese fenómeno a cambio de dinero o inmunidad.
Ya es de locos lo que sucede, prefiere el ganso golpear instituciones, atacar a quienes representan la legalidad y en el otro lado de la moneda, está la impunidad de facto a los criminales a quienes sólo les pide portarse bien, que dejen pasar a sus repartidores de dinero y a eso él le llama respeto. Qué miserable.