ALBERTO MENA MALLEN
Desde el que se dice presidente, -es más bien un dirigente partidista tendiendo a dictador- López Obrador, hasta las corcholatas y los morenistas, ya perdieron totalmente la compostura, la que no les interesa desde hace mucho tiempo y, en las últimas fechas, ya les vale un cacahuate al violar la Constitución, las leyes, y cualquier norma que exista en México y seguir agrediendo a quien se les pone enfrente, o a quien se les ordena agredir como sucede con la ministra presidente Norma Piña.
Al interior del gobierno federal y de Morena, se dan con todo con tal de ganar poder para no perder la posibilidad de tener cash a la mano con los recursos públicos que se gastan sin control y sin que exista una ventana de transparencia, lo que hace que se piense muy mal del gobierno lopezobradorista y que luego de que concluya su administración, vendrán las denuncias ante las instancias correspondientes para que paguen todo lo que no se comprobó.
También se quieren llevar de corbata a las instituciones que deben ser un contrapeso al poder del Ejecutivo, como sucede con el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), al que los legisladores de Morena quieren dejar sin operar, únicamente porque el tabasqueño se los solicitó. No quieren transparencia en sus acciones, solo desean opacidad para que los dejen robar a gusto como ya se ha descubierto en el sentido de que las obras faraónicas tendrán un gran sobrecosto.
Por eso volvió a emitir un nuevo decreto, para hacer de seguridad nacional sus grandes obras, con el pretexto de que solo así no se las detienen ni protestas, ni autoridades que ven irregularidades en su construcción, o “seudo ambientalistas” -como los ha llamado desde las mañaneras-, que protestan también porque destruyen la selva de Quintana Roo y Yucatán. Lo que el autoritario quiere es inaugurar sus emblemáticas obras antes de que se vaya del gobierno.
Aunque existen muchas menciones, en el sentido de que ya prepara su gran afrenta a la democracia cuando comentó que lo bueno es lo peor que se va a poner, lo que muchos interpretamos como que se está preparando un gran fraude en las próximas elecciones presidenciales del 2024 para que, efectivamente, su dichosa 4T siga adelante con sus propósitos de implementar un sistema político que muchos mexicanos no deseamos, ni queremos.
Las grandes mentiras que se han dicho, particularmente por YSQ fueron contrastadas con la realidad que surge todos los días, por el interés de verdaderos mexicanos que no quieren vivir en un sistema donde haya limosnas para tener el control de la población, donde no existan libertades, no haya democracia y donde un solo hombre decida la vida de millones de mexicanos.
Además de ser unos gandallas, aplican las leyes y los procedimientos a su antojo como ocurre en muchos casos como sucedió con la “expropiación temporal” de la empresa de Grupo México, para que su Corredor Interoceánico, Istmo de Tehuantepec prosiga con las obras, que se concluya sin obstáculos de ninguna índole, lo que ha sido interpretado en el país y en el extranjero como una acción arbitraria de un gobernante tirano.
Maneja a discreción sus mensajes, al señalar que no es expropiación, sino una cancelación de la concesión que pertenece al Estado, pero como lo llevó a cabo con elementos de las fuerzas armadas y en un acto donde ejerció su poder a modo, sin importarle las consecuencias que ello tendrá a nivel nacional e internacional y sobre todo en la confianza de los inversionistas. Fue un acto arbitrario del gobierno a pesar de que hubo y hay negociaciones para llegar a un buen término económico.
Martin Luis Guzmán en “El Militarismo Mejicano” señala lo siguiente: “La salvación de Méjico estriba en que se libre para siempre del despotismo de los generales de machete y se vea gobernado por hombres civiles. Desgraciadamente, no parece que el país pueda realizar esto por sí mismo. A lo menos, no se ve todavía que sea capaz de conseguirlo por sus propias fuerzas. Diez años de revolución han roto todos los vínculos de la disciplina social. Me parece justo que todas las potencias ricas de la tierra apoyen y protejan a Méjico cuando éste se halle gobernado por hombres civiles y se vea realmente libre de los caudillos que ahora lo explotan por turno. Pero mientras esté tiranizado por el militarismo, lo mejor será crear el vacío alrededor de ese militarismo, para que no pueda nutrirse con fuerzas exteriores y acabe por caerse, abandonando su presa lo mismo que un parásito muerto”.
Alguna semejanza con la realidad es pura coincidencia, ante la militarización del país, aunque se afirma por parte de los seguidores de AMLO que dicha militarización no existe, pero de nuevo la realidad echa abajo tales comentarios, ya que a los militares se les ha dado mucho poder de armas y económico que será difícil deshacer en los próximos gobiernos.
Se dan con todo lo que pueden guardando la compostura, y un buen ejemplo son las corcholatas, que buscan elegantemente atacar a sus contrapartes, para ganar rating en las encuestas que los catapultará, aparentemente, a la candidatura presidencial, aunque el gran dedazo o elector será el primer mandatario que decidirá quién puede proseguir con su 4T en los próximos seis años.
El caso de Coahuila, donde los candidatos buscan llegar a la silla estatal, se dan con todo lo que pueden, particularmente entre Ricardo Mejía Berdeja del Partido del Trabajo (PT) -que militaba en el partido guinda-, y Armando Guadiana, de Morena, ya que el primero se consideraba sería el elegido por el presidente de la república, pero finalmente no fue así y se rebeló al aceptar la candidatura petista.
Hace aproximadamente un año, también Porfirio Muñoz Ledo acusó a López Obrador de tener nexos con el narco y la misma realidad y los hechos que se presentan a diario en México señalan que sí hay un acercamiento de los delincuentes a Morena, y que este sector continuará apoyando a los gobiernos federal, estatales y municipales, lo que genera incertidumbre entre los mexicanos.
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