Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Ante las acciones tomadas por la Comisión de Quejas del Instituto Nacional Electoral de negar medidas cautelares dirigidas al presidente de la República por utilizar el podio presidencial para hacer promoción electoral adelantada, la única opción que se dejó a los partidos políticos de la Revolución Democrática y Acción Nacional fue recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para tratar de enmendar la plana al “nuevo INE”.
No sería la primera ocasión en que la máxima autoridad jurisdiccional electoral corrija las decisiones del órgano que ahora presidente Guadalupe Taddei Zavala.
Y sin tratarse de un choque entre los máximos órganos electorales federales, es necesario corregir la decisión adoptada por los nuevos consejeros, Jorge Montaño y Rita Bell, en no sancionar las acciones presidenciales y de sus corcholatas y demás funcionarios públicos, porque de lo contrario el marco jurídico se violenta.
Hasta antes de ahora cuando Lorenzo Córdova lo encabezaba, el INE había sido, a través de la Comisión de Quejas, una institución que se apegaba a la Constitución, la Ley Reglamentaria y a los Reglamentos que se autorizaban por el Consejo General.
La “osadía” del Consejo General de negar la candidatura a los gobiernos de Guerrero y Michoacán a Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón, durante su sesión del 13 de abril de 2021, desató la furia del inquilino temporal de Palacio Nacional y desde entonces, hasta el 4 de abril de este año, no cesó en sus ataques a Córdova y Ciro Murayama. A la Comisión de Quejas la calificaba como burocrática por aplicar la ley y no dejaba pasar una sola bola. Todas las bateaba,
Las acciones ilegales cometidas por YSQ y sus fanáticos o dóciles servidores públicos -deberían ser privados, porque solamente a él le sirven… para nada- fueron sancionadas por el TEPJF, aunque sea con señalamientos públicos.
Aceptaban todos, porque asó lo hizo el dueño del púlpito guinda, las órdenes del Tribunal y se abstenían de seguir con el mismo script.
Sin embargo, con la laxidad con la que ahora actúa el “nuevo INE”, desde la cabeza hasta los cervatillos de la Nación, se despachan con la cuchara grande a sabiendas de que nada pasará, porque “ya hay gente decente, honrada, honesta” en el Consejo General del antes odiado INE.
Seguramente los magistrados del Tribunal actuarán, no todos por supuesto, con rectitud y tendrán los votos para hacer públicas las llamadas de atención y las sanciones, en su caso, a quienes desde el poder Ejecutivo promuevan el voto en favor del oficialismo.
El huésped del Virreinal edificio ha violentado la Constitución de manera atroz y en el terreno electoral, no se diga.
Desde que advierte cómo el tiempo se le agota y que, pese a sus amenazas, sus descalificaciones y sus agresiones, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no se han dejado intimidar y le han echado por tierra dos decretazos y las reformas a la primera parte del Plan B, sus promociones para que en 2024 se vote por los oficialistas partidos, no han cesado y van en aumento.
Amenazar, por ejemplo, a los adultos mayores de la posibilidad de perder sus pensiones si no votan por Morena y aliados, rebasó cualquier prohibición y los consejeros Montaño y Bell no consideraron una promoción en beneficio del oficialismo.
Pedir que no se vote por los conservadores, tiene claro el mensaje y la petición de que se haga por su partido, su gobierno y sus candidatos.
Ah, pero no lasa nada según los empleados de Adán Augusto López Hernández.
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