El que Nace pa’ Maceta…
HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO
“El Gallo de oro”, película mexicana dirigida por Roberto Gavaldón, con la actuación de Ignacio López Tarso (Dionisio Pinzón), Lucha Villa (Bernarda Cutiño la Caponera), Narciso Busquets (Lorenzo Benavides), Carlos Jordán (Esculapio Virgen), Agustín Isunza (Secundino Colmenero), Enrique Lucero («El Chinaco») y Agustín Fernández («El Yaqui»); fue estrenada el 18 de diciembre de 1964 en el cine Alameda.
Dionisio Pinzón es un pobre pregonero cuya madre ha muerto; su suerte cambia cuando le regalan el gallo perdedor de una pelea, el animal se encontraba en muy mal estado, pero el pregonero logra que se recupere y vuelva a las peleas, presentándolo como su “gallo de oro”.
El guion fue escrito por Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y el mismo Roberto Gavaldón, basado en un relato homónimo de Juan Rulfo, cuya publicación fue hecha hasta 1980, de donde se aprecia que no es una adaptación propiamente, ya que hay algunas diferencias; la trama gira en torno al azar de las pelas de palenque y las supersticiones de la buena suerte de sus personajes.
UNA BUENA
Y UNA MALA
Dionisio Pinzón, después de pregonar sobre la desaparición de un caballo alazán propiedad de Secundino Colmenero, regresa al jacal que tiene por casa dando la buena noticia a su madre de que en la próxima fiesta del pueblo gritará las partidas, los coleaderos, las tapadas, así como todas las festividades de la Iglesia, ahora se despacharán con la cuchara grande, pero ella no le responde, pues ha muerto.
La cinta comienza con este planteamiento: tras una buena noticia viene una mala, el pobre de Dionisio piensa que su suerte ha cambiado para bien tendrá trabajo de sobra que le generará un ingreso extra, pero no contaba con la muerte de su madre, lo cual implica un cambio de planes, pues deberá actuar frente a un gasto no previsto: la compra de un ataúd.
No es cuestión de equilibrio entre el bien y el mal, simplemente se trata de asuntos diferentes, la opción de tener un trabajo extra se da en un contexto de relaciones sociales, mientras que la muerte de un familiar es un proceso natural que no puede atribuirse a la buena o mala suerte.
NO HAY MAL QUE
POR BIEN NO VENGA
Tras la muerte de su madre, Dionisio ve que su suerte cambia de nuevo, pues le regalan el gallo perdedor de una pelea, con sus cuidados logra que se recupere y en su regreso le gana a uno de los gallos del famoso gallero Lorenzo Benavides, quien se empeña en adquirir al gallo de oro y asociarse con Pinzón.
Aquí empieza el infortunio de un aparente hombre con suerte, pues cifra todas sus esperanzas económicas en que el gallo de oro gane en cada presentación que tenga, lo cual de por sí ya es azaroso, pero a ello le suma la superstición de que la fortuna del gane depende de la presencia de Bernarda Cutiño “La Caponera”, quien canta en los palenques.
La suerte es generalmente subjetiva y es específicamente de una persona, es decir, que la buena o mala suerte radica en la percepción personal que tiene cada individuo sobre las cosas que le suceden, mientras que el azar es objetivo, ya que es la constatación de que las circunstancias de la vida son aleatorias; la diferencia entre suerte y azar radica en que la suerte es particular y el azar es universal.
En el azar hay aspectos que no son predecibles, la relación causa efecto no siempre es una constante, por ejemplo, una maceta cae por una causa necesaria -la gravedad-, pero es azaroso que en su trayectoria coincida con un peatón.
UNA MÁS GALLERO
Con la ayuda de “La Caponera», Lorenzo Benavides se asocia con Dionisio; el gallo de oro gana una pelea en que Esculapio Virgen apostó la Hacienda de Santa Gertrudis, que ahora pasa a ser propiedad de Benavides y del propio Dionisio.
La trama de la cinta se desarrolla en 1930, y muestra el drama atravesado de los valores de una sociedad mexicana posrevolucionaria, donde los juegos de azar eran para algunos una fuente de fortuna y para otros la ruina total, lo mismo se apostaba un rancho o una hacienda al igual que a una mujer; el machismo era nota de esa época.
Por esta razón, el personaje de “La Caponera” es trascendental, pues ella representa a la mujer de espíritu libre y reacio, desenfadada, bebedora, que es dueña de su destino y amante de sus deseos.
CIERREN LAS
PUERTAS SEÑORES
Las peleas de gallos, muy comunes tanto en las ferias como en los palenques, y más en aquella época en que la vida o el sufrimiento de un animal no se veía como algo incorrecto.
En México, las peleas de gallos forman parte de la cultura y tradiciones de la mayoría de los estados, las aves combaten distinguiendo al partido que las aporta mediante los colores rojo y verde por eso suele ser común ver colgar del cinturón un pañuelo o distintivo alusivo a estos colores.
Las peleas de gallos forman parte del folklor nacional, hay desde canciones hasta películas y en casi todas las ferias y fiestas regionales del país se llevan a cabo, donde también suele haber espectáculo musical, lo cual atrae a más gente, aunque no sea aficionada a las peleas de gallos y son muy comunes en Michoacán, Aguascalientes, Zacatecas, Guerrero, Jalisco y Sinaloa.
La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) de la Ciudad de México presentó en enero de 2022 una propuesta para la formulación de una nueva ley en materia de protección a animales llamada Ley de Protección y Bienestar Animal de la CDMX, la cual no ha sido aprobada, pero en ella se contempla la prohibición de las peleas de gallos; el presidente de la Comisión del Bienestar Animal retiró el dictamen respectivo el pasado 13 de febrero; José Abel González, presidente de la Asociación Mundial de Criaderos de Gallos de Combate y Exhibición (AMCGCE) de México, señala que actualmente en la CDMX todas las alcaldías crían o celebran peleas de gallos y que su contribución económica abona directamente al Presupuesto de Egresos de la Federación hasta con 2 mil millones de pesos anuales.
También el diputado Jesús Sesma Suárez del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), presentó una iniciativa para la prohibición de las peleas de gallos en la capital, y si ésta se aprueba en el Congreso local, la CDMX se convertiría en el tercer estado en prohibir las peleas de gallos junto con Veracruz y Quintana Roo.
La película presenta al azar y a la suerte como los elementos que deciden el destino de los personajes, desde el primer golpe de suerte que tiene Dionisio al recibir su gallo ganador, hasta los altibajos de Lorenzo Benavides; la idea del azar se materializa en la figura de “La Caponera”, ya que, tanto Dionisio como Lorenzo, la ven como un signo de buena suerte, como si fuera esa diosa Fortuna y cuando no se encuentran cerca de ella, sufren un mal destino; aunque es paradójico que cuando pierde el gallo de oro, los tres se encuentran presentes en el redondel; así que cabe preguntarse ¿quién le da suerte a quién?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…