Los Dados de Dios
NIDIA MARIN
¿Y qué sigue? Es la pregunta de millones de mexicanos tras las ilegales acciones realizadas desde la Presidencia de la República por los senadores como mentes ejecutoras y cumplidoras con el mero, mero. ¿En México se votará a favor de los arbitrarios?
En materia política no hay bola de cristal que valga, pero sí acciones que han irritado secularmente a los mexicanos, aunque los momios de hoy favorecen a los “morenos” debido a los hechos (ilegales en algunos casos y manipulados en otros) que se han desarrollado para seguir en el poder durante varios años más.
A estas alturas, aseguran los politólogos, el presunto problema de presión, aunado al dizque Covid, del presidente, causaron sobresalto entre diversos grupos. Y se especula que la realidad del asunto del nuevo contagio fue “para taparte el ojo al macho”, no solo al real infarto, sino, al mismo tiempo, cubrirse las espaldas con motivo del desaire al presidente mexicano que le hicieron los mandatarios de América Latina al avisar que no acudirían a la Primera Reunión de Alto Nivel Para la Integración Agroalimentaria que se tenía prevista para ser realizada los días 6 y 7 de mayo en el estado de Quintana Roo.
Por el hecho de que no vendrían (previo al anuncio de Covid) los mandatarios de Argentina, Chile, Brasil, Venezuela y… el ego mayor decidió enfermarse y la reunión se suspendió, quizás porque hoy sólo truenan los chicharrones de Lula…
Y tras una veloz mejoría, precisamente cuando en el Senado la oposición había tomado la tribuna y no permitía que salieran aprobados los asuntos que mantendrían en el poder a los “morenos”, la salud se restableció, el otrora enfermo exhibió una desvergonzada salud, recibió en conglomerado a los legisladores de su partido y tras la visita y correspondiente exhibición, ellos al “fast-track” aprobaron todo lo que les había ordenado el presidente.
Sí en un “recinto alterno” que no era otra cosa que el patio del antiguo de Xicoténcatl, sin la oposición, los senadores aprobaron todo lo que el presidente había ordenado horas antes en Palacio Nacional o se los había dicho ya a los dirigentes afines en esa cámara.
Fueron 18 leyes y reformas, que aseguran se llevaron un promedio de 15 minutos para ser aprobadas.
LOS INTERESADOS
EN COMPETIR
Y tras dicha situación y con elecciones en dos entidades en puerta en este año, así como la presidencial el próximo, hay plena seguridad de que serán violentadas las normas que fueren para continuar en el poder, sea el propio López Obrador, o su partido a través de unas de sus tres corcholatas, a la cual más chuecas y agachonas.
Se piensa de tal manera después de saber que el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó por unanimidad otorgar el registro a ocho asociaciones ciudadanas como Agrupaciones Políticas Nacionales: Alianza Patriótica Nacional, Demócrata Liberal, Humanismo Mexicano, 5 de Mayo Movimiento Reformador, Con Causa Social, Que Siga la Democracia, Movimiento Arcoíris por México y Frente por la Cuarta Transformación.
Hay otras organizaciones que también pretenden el registro, pero deberán modificar documentos y estatutos. Lo que resalta en este reciente hecho, es que la mayoría serían aliados de Morena.
Todo huele ya a elección. Independientemente de lo que suceda con esas peticiones al INE, una vez más arribarán las coaliciones. México tiene callo al respecto.
Como ha escrito Francisco J. Paoli Bolio en su trabajo “Tiempo de Coaliciones: Cinco Lustros de Elecciones en México”, publicado por Scielo:
“En términos teóricos, podemos hablar de tres tipos de coaliciones: las electorales, las parlamentarias y las de gobierno. En los sistemas bipartidistas no se dan casi las coaliciones electorales, ni de gobierno, sino que sólo se registran coaliciones parlamentarias. Las coaliciones no sólo ayudan para analizar la competencia entre los partidos y fuerzas políticas, sino también para resolver conflictos y destrabar decisiones importantes para un país en el orden social, económico, cultural y aun religioso. Sirven para articular las demandas políticas y contribuir a la construcción de la gobernabilidad democrática”.
Antes de que irrumpiera Morena en una elección, los otros partidos actuaban. Paoli Bolio lo señala:
“Es conveniente reparar en que, en las elecciones presidenciales mexicanas de 1988, 1994, 2000, 2006 y 2012 hubo coaliciones. La izquierda en el nuevo sistema mexicano de partidos es la más coalicionista. De hecho apoyaron la candidatura de Cárdenas en 1988 cuatro partidos, como expusimos, y en todas las elecciones presidenciales subsiguientes, la izquierda fue en coalición, articulada en torno del PRD y sus candidatos presidenciales. Pero no sólo la izquierda ha usado las coaliciones, sino que en la de 2000, el PAN y el PVEM fueron unidos en apoyo a la candidatura de Vicente Fox. Y que el PRI fue aliado en las elecciones de 2006 y 2012 con el PVEM”.
Y ahora, preguntamos nosotros acerca de la elección presidencial ¿también habrá coaliciones?
Habrá que estar atentos porque como señala el estudioso las coaliciones nos dejan ver varias cosas, entre las cuales están:
“Debilidad de los partidos y necesidad de legitimación de los procesos electorales. Ante la carencia de mayoría de ningún partido político en las cámaras en estos últimos tiempos, las coaliciones son necesarias para sacar adelante proyectos legislativos, particularmente el PEF”.
El asunto actual es que no será nada fácil ganar, ni para Morena y tampoco para la coalición, si perdura. En alto porcentaje el triunfo dependerá de lo atractivo que resulte uno de los candidatos y no el partido, que ya a nadie le importa.
Sí, la decadencia de todos, incluido Morena, es absoluta.