Lo reveló el director del Departamento para Asuntos de Asia Occidental y África del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Wang Di, en un reportaje publicado este sábado 29 de abril por el diario ‘People’s Daily’.
El presidente chino, Xi Jinping, tomó personalmente la iniciativa de convencer a las autoridades de Arabia Saudí e Irán para que restablezcan sus relaciones diplomáticas, dijo el alto funcionario sobre el triunfo de política exterior mediado por Pekín y anunciado el pasado 10 de marzo.
La noticia shockeó al mundo y es considerada un paso de vital importancia para aliviar tensiones en la región, tras años de enfrentamiento y desestabilización propiciada por EEUU, evidenciando que el país norteamericano ha perdido influencia entre los actores principales de la zona.
El diplomático explicó que tanto en su visita de Estado a Arabia Saudita, realizada en diciembre del 2022, como en su encuentro con su homólogo iraní Ebrahim Raisi en febrero del 2023 en Pekín, Xi «hizo esfuerzos personales con los líderes de los dos países para apoyar el desarrollo de buenas relaciones de vecindad» entre Riad y Teherán.
Ambos mandatarios sellaron un acuerdo para reanudar sus relaciones diplomáticas, que habían sido rotas tras la ejecución en 2016 por parte del reino saudí de Nimr al Nimr, un clérigo de importante influencia sobre la minoría chií de Irán.
El asesinato fue calificado de “error político” por el ayatolá Jamenei, quien declaró que «la venganza divina caerá sobre los políticos saudíes». Tras el ataque con fuego de una enardecida turba iraní a la embajada saudí en Teherán en respuesta a la ejecución, el canciller saudí, Adel al Jubeir, declaró la ruptura de relaciones diplomáticas con la República Islámica de Irán.
«Desde hace mucho tiempo en la región existen varios conflictos entrelazados, lo que hace que sea muy difícil encontrar una solución adecuada», dijo el funcionario chino sobre las tensiones entre ambos países, sus vecinos y sus aliados geopolíticos.
El diplomático condenó además que algunos países extrarregionales, en clara referencia a EEUU, hayan «estado provocando conflictos» en Oriente Medio y «creando deliberadamente confrontaciones para sus propios intereses, lo que ha causado turbulencias a largo plazo y un gran sufrimiento para las personas de la región».
Wang Di concluyó que el objetivo de Pekín es que los pueblos de la región «tomen el control de su propio futuro«, algo para lo que China está dispuesta ayudar respetando la soberanía y la independencia mediante iniciativas de beneficio mutuo para conseguir la paz y el desarrollo. Sputnik
