Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Piratearse el descubrimiento del hilo negro y el agua tibia, es muestra inequívoca de que hay “plagio”.
El comportamiento de un presidente demócrata no debe estar sujeto a los berrinches personales, sino en el servicio de sus gobernados. Eso es algo que no ha sabido leer el huésped temporal de Palacio Nacional. Y por supuesto tampoco el séquito que lo compaña porque, como se los ordenó, requiere 90 por ciento de lealtad ciega y si sobra algo, usarlo para desempeñar como sea las tareas encomendadas.
En el mundo globalizado no ha dejado de funcionar la diplomacia. Incluso entre los “acérrimos enemigos” como son el “imperialismo yanqui” y el “comunismo ruso”, hay entrega de documentos a través de las valijas diplomáticas que cada representante de los países acreditados ante los gobiernos con los que se tienen relaciones posee.
Aquí parece que las valijas desparecieron, acaso por la austeridad republicana que ya llegó a pobreza franciscana para aquellos que no son integrantes del círculo cerrado, aunque se rompe en más ocasiones de lo esperado.
Lanzar una severa crítica, probablemente sin fundamento como lo acostumbra, en contra del Pentágono y afirmar que desde ahí se filtró la información de los viajes del general secretario, Luis Cresencio Sandoval. “Es parte de lo mismo, esa es información de la DEA o de cualquier otra agencia. Sí, segurísimo”. Y con un desdén que evidencia la irritación personal, apuna: “Su familia (hizo los viajes), a lo mejor sí. ¿Y qué? ¿cuál es el problema?”. Viajes a Estados Unidos, Italia, Rusia y Corea del Sur, según las publicaciones de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
“Estamos siendo objeto de espionaje del Pentágono… “quieren mandar, violar nuestra soberanía, entonces quieren filtrar para debilitarnos políticamente. No, la gente nos apoya y apoya a la Secretaría de la Defensa Nacional y a la Secretaría de la Marina y a la Guardia Nacional”.
Ante el espionaje, advierte que no van a permitir estas intromisiones y va a adoptar medidas para detener lo que considera un ataque también para las Fuerzas Armadas.
Es inexplicable que se “sorprenda” por el espionaje. Todos los países lo hacen con sus vecinos, aliados o enemigos. ¿Cómo calificaría el espionaje que realiza personal de la Secretaría de la Defensa Nacional con el equipo Pegasus y que reserva los datos por 5 años más?
¿Cómo se viola la soberanía?
¿Quién quiere mandar?
¿Quién lo quiere debilitar políticamente?
Preguntas que no tendrán respuesta. Porque no hay un solo elemento racional. Son palabras sueltas que corroboran un estado de desesperación por lo que, en realidad, sabe el Pentágono y, por supuesto, la Casa Blanca.
Desde el pasado viernes, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos dio a conocer que había 28 órdenes de aprehensión en contra de Los Chapitos y sus lugartenientes y el lunes confirmó la DEA haber infiltrado agentes en el cártel de Sinaloa, el nerviosismo se apoderó del personaje que se niega a reconocer errores.
Seguramente habría preferido saber quiénes y cuántos agentes trabajan encubiertos y así tener oportunidad de saludar a la “abuelita” y no para preguntar por su estado de salud. Ya sabe usted: se trata de una anciana a la que no podía dejarla sin saludarla de mano.
Para tener la conciencia tranquila, primero hay tenerla. Después, revisar si el cristal con que se mira no está manchado o si distorsiona las imágenes. Nadie en su sano juicio puede presumir de poseer la verdad absoluta y ser inmaculado hasta en las partes íntimas.
Sin embargo, como él no es como los de antes, todo gira alrededor de su persona.
Sin duda es el mundo de Valdés: todo está al revés. Y tan lo está que la respuesta de ¿y qué si viajaron?, no aplicaría a ningún servidor público de otras ramas.
Y eso que no son como los de antas.
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