“Huesera” 

La Fobia a la Maternidad

HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO 

“Huesera”, película mexicana-peruana de horror, dirigida y coescrita por Michelle Garza Cervera; protagonizada por Natalia Solián (Valeria) Alfonso Dosal (Raúl), Mayra Batalla (Octavia), Mercedes Hernández (Isabel), Aída López (Maricarmen), Enoc Leaño (Luis) y Sonia Couoh (Verónica); se estrenó en el Festival de Tribeca el 9 de junio de 2022. 

Valeria está embarazada de su primer hijo, pero su alegría se ve amenazada cuando es maldecida por un espíritu siniestro; mientras la relación con su marido y su familia se fractura, ella debe tomar decisiones ante esta oscura amenaza. 

La ópera prima de Michelle Garza toca temas como el rol que en la sociedad mexicana espera de la mujer como madre, los prejuicios sociales y religiosos sobre las relaciones lésbicas, pero sobre todo explora uno muy sensible y que en la actualidad sigue siendo tabú: la fobia a la maternidad; para ello, se apoya en la leyenda de La Huesera, la mujer que puede crear vida a partir de los huesos de los muertos. 

VAMOS A SER PAPÁS 

Valeria y Raúl son una joven pareja de la clase media, con aspiraciones de progresar, aunque despectivamente se les catalogue como “aspiracionistas”. Ambos llevan tiempo intentando ser papás, hasta que un buen día llegan los resultados del laboratorio con una gran noticia. 

La sociedad tradicionalmente ha establecido roles entre sus miembros, y a través de los mismos, los parámetros para ser aceptados en ella; en el caso de las jóvenes parejas heterosexuales, lo que se espera de ellas es que lleguen a conformar una familia con hijos. 

Dentro del contexto religioso, también se reconoce esta asignación de paternidad; de hecho, la cinta inicia con una virgen de Guadalupe enorme, que se alza como un símbolo de la madre abnegada y la idea de la “buena mujer”. 

José Luis Berumen, un joven usuario de TikTok, señala que no es lo mismo tener aspiraciones que ser aspiracionista, pues hay una gran diferencia; alguien que tiene aspiraciones es quien tiene sueños y metas y pone todo su empeño y trabajo en cumplirlas, mientras que un aspiracionista es quien pone su empeño en aparentar ser lo que no es. 

LA MISOGINIA 

INTERIORIZADA 

Valeria anuncia la noticia del embarazo a su familia y escucha frases como: “Felicidades, ya se te estaba pasando el tren”. “Y eso que no te gustan los niños”. “Y espera al parto, literal, sientes que se te parten los huesos”.

Estas frases son expresadas por Verónica, hermana mayor de Valeria, y es curioso, porque aun cuando forman parte del folclor coloquial, en muchas ocasiones no dejan de tener un contenido misógino, y ello dependerá del contexto y de la acentuación con que sean expresadas. 

La misoginia interiorizada es esa internalización involuntaria que hacen las mujeres de todos los mensajes catalogados como machistas que se expresan en sociedad y con ellos se juzgan entre las propias mujeres. 

En ocasiones, como sucede en la cinta, este tipo de expresiones contribuyen a la inestabilidad emocional de la mujer embarazada, pues a medida que la gestación avanza, la protagonista hace frente a la alienación que siente de su propia vida, de su cuerpo y los sacrificios que le esperan. 

UNA VISIÓN 

DE TERROR 

La misma noche en que se confirma el embarazo, una extraña presencia visita a Valeria; ella le grita a Raúl, quien despierta, pero no ve nada y sólo le dice que se trata de una pesadilla; a partir de ese momento, la monstruosa criatura la persigue manteniendo en peligro su embarazo, su pareja y la vida de su futuro bebé. 

Esta escena puede tener distintas apreciaciones, y no necesariamente que esa presencia sea maligna, sino la de un ente que le avizora sobre un mal mayor, o le presagia un infortunio. 

Lo cierto es que esa visión se conjuga con la falta de empatía de sus padres, Maricarmen y Luis, y de la suegra con su condición de mujer embarazada, pues ella tiene que lidiar sola con esta aparición, que cada vez la enferma más. 

Lo anterior es un signo inequívoco de un trauma respecto a la maternidad, ya que Valeria ahora tendrá que afrontar a la interrogante de ¿Si en verdad quiere o no ser madre? 

EL MAL SIN 

NOMBRE 

Valeria siente mucho más miedo por la presencia de este ente, y busca un escape en su pasado, en su mundo punk y subterráneo, así que visita a Octavia, con quien tuvo un amorío juvenil. 

Es difícil procesar por lo que está pasando la protagonista, y más cuando ella decidió salir de ese universo de chica banda que la arrastraba a un abismo, pues ahora está casada con un buen hombre que la quiere, vive en un bonito departamento, desarrolla la actividad artesanal que le agrada y goza de ciertas comodidades, pero ¿por qué regresar al pasado? 

En 1963 la feminista Betty Friedan publicó su libro “La mística de la feminidad”, donde habla de ese “malestar que no tiene nombre”, que se refiere a la imagen casi divina a la que se tiene que ajustar desde niña cada mujer para aparentar la feminidad. 

Así, todo lo que desencaja de esta feminidad, causa un malestar que no tiene nombre, que provoca en ocasiones continuos ataques de depresión y ansiedad. 

Las enfermedades mentales no son únicamente producto de factores genéticos, también son producto de las condiciones e interacciones sociales, dentro de las que se encuentra, por ejemplo, la violencia a la que es sometida una persona. 

Al apreciar a las enfermedades mentales con perspectiva de género se advierten ciertas opresiones que sufren exclusivamente las mujeres y las disidencias sexuales; éstas alteran la psique a grados profundos e impactan en el modo de vida. 

El temperamento, la facilidad para relacionarse con otras personas, el desempeño académico y laboral, se ven impactados por todos los obstáculos que se imponen a las mujeres por el hecho de serlo. 

En este sentido, la maternidad no apoyada por la pareja y la familia también es causa de un desequilibrio mental, lo que genera ese malestar que no tiene nombre. 

Valeria denota ese amor por ser madre, pero se encuentra atrapada entre las expectativas sociales, la presión familiar y el anhelo de una libertad olvidada; el miedo que padece proviene más de los mitos de la feminidad, como esta maternidad, sin que se pueda afirmar no deseada, pero sí indecisa. 

En el fondo, es este miedo de ser madre, tener un hijo y no saber qué hacer con él; pero ¿habrá alguna fórmula para curar la fobia a la maternidad? 

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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