Como Merolico…  Atrás de la Raya

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Quien en su corta o larga vida no ha escuchado al merolico gritar: atrás de la raya que estoy trabando. 

Es probable que, por tratarse de una “especie” en extinción los jóvenes de ahora desconozcan que hace un merolico. Por si alguien ignora el significado de la palabra, le doy a conocer las dos acepciones aceptadas para el lenguaje mexicano: Persona que es muy habladora, hablador o parlanchín y, Vendedor callejero que atrae a los transeúntes con su verborrea.

Usted se preguntará qué demonios pretendo darle a conocer. Muy simple: el huésped temporal del principal y Virreinal edificio ubicado en el oriente de la Plaza de la Constitución, decidió que a los periodistas “los mantendrá raya”.

Y para que no me acusen de sacar de contexto sus palabras, reproduzco el párrafo en las que se encuentran:

“No les voy a dejar a ustedes nada sin aclarar y es muy bueno el debate y además respetuoso, pero, porque no quiero que avance la manipulación, les voy a tener siempre a raya, cero manipulación, porque ustedes no informan, ustedes manipulan”.

El de enfrente diría: el comal hablándole a la olla.

Y hará todo para cumplir su amenaza con sus empleados. Nosotros, muchos, somos empleados de otros o independientes. No cobramos en la nómina de ningún “servidor público”.

Probablemente, mejor dicho, con seguridad, al señor López no le agrada que quienes tenemos espacios de libertad y no participamos de la corrupción que se genera en su gobierno, hagamos públicas las acciones que un día con otro se cometen en su administración.

Nosotros, los que vivimos en y del periodismo, que somos profesionales de este apasionante trabajo, seguimos su ejemplo: no cruzarnos de brazos y no callarnos.

La obligación del mensajero es entregar el mensaje al destinario. Como en el correo, las cartas son inviolables. Simplemente las palabras y los textos presidenciales son públicos. No violamos la correspondencia.  Y si de algo nos enteramos y tenemos la oportunidad de obtener documentos y/o declaraciones que confirmen la especie, la damos a conocer.  

Lo que escribimos o decimos al aire en los programas de radio o en las cuentas de redes sociales, en las que no nos ocultamos, porque están los nombres, los currículos, la experiencia acumulada por décadas de ejercicio periodístico, no es invento. Son hechos, Actos de corrupción comprobados por la autoridad correspondiente, en este caso la Auditoría Superior de la Federación, cuyos análisis forenses contables sobre el manejo de los recursos, son públicos. A veces tenemos acceso antes de que salgan a luz pública. Eso no nos convierte en periodistas del “amarillismo” y menos de la corrupción.

Corruptos seríamos si teniendo la información comprobada, la ocultáramos para que su “Serenísima” no se enoje.

En sus alegatos para justificar sus amenazas, mantiene la narrativa de que el exdirector de Segalmex, Ignacio Ovalle es inocente y fue traicionado por “gente que venía de tiempo atrás con él, que se echó a perder, del antiguo régimen y él les dio entrada”, lo que generó la estafa maestra de la 4t, y …” también resulta que tiene responsabilidad él tiene que asumirla. Cero corrupciones y cero impunidad”.

Y vino el momento de adoración a su inmaculada vida: …”ni a mis hermanos, ni a mis hijos, a mí me eligieron para representar al pueblo de México y no permitir la corrupción”.

Palabras que tenían al coro de ángeles confirmando su dicho.

Y a partir de ahí, la amenaza: los voy a mantener a raya…

Sí, como el merolico que sí trabaja. Porque el que habló ni siquiera se puso el sombrerito sin ala y cortado en picos. La nariz sí la tiene roja.

E-mail; jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, Twitter @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

 

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