Radiografía de los Hombres que Odian a las Mujeres

Laura Bates. Los hombres que odian a las mujeres.  Incels, artistas de la seducción y otras subculturas misóginas online. Ed. Capitán Swing, Madrid. 392 páginas, 2023.

 

DAVID MARKLIMO

 

Este es un mundo raro, pues la convivencia entre hombres y mujeres está lejos no digamos ya pacífica, sino equitativa. En nuestra sociedad, en ocasiones vemos solo el resultado de las ideas misóginas, pero estas se crean, se amplifican y se reproducen. Ni hablar si llevamos la discusión a mundo virtual, donde gran parte de la juventud pasa su tiempo y se comunica entre sí.

Laura Bates, la gran columnista de The Guardian, después de años hablando sobre sexismo y explorando las comunidades virtuales más hostiles contra las mujeres, ha escrito el ensayo Los hombres que odian a las mujeres que giran en torno a la misoginia y a la masculinidad tóxica.

¿Quiénes son los hombres que odian a las mujeres? Responder a eso no es tan sencillo: hay mucha tela de dónde cortar, muchos puntos de vista a considerar. Bates da con una serie de perfiles que podrían entrar en esa respuesta. A saber:

 

  • Partiendo del principio de que hay ciertos hombres que describen y entienden a las mujeres como meramente objetos de placer, como presas, recurriendo si hace falta a la apología del acoso, la violación y de la agresión sexual, Bates da el primer aporte, lo que llama Ícels y machoesfera, es decir, comunidades que acogen, nutren y expanden las ideas misóginas así como también radicalizan el mensaje animando a la violencia hacia las mujeres o hacia sus propios miembros.
  • En las redes sociales, por supuesto, están los trolls, quienes se encargan de acosar a las mujeres víctimas de agresiones a través de la técnica de acoso llamada “doxeo”, que consiste en que los datos de contacto personales se divulguen y se publiquen en internet junto con invitaciones, de diverso tipo. El fin del doxeo, según Bates, es expulsar a las mujeres de los espacios públicos virtuales, imprescindibles para las personas jóvenes para «organizarse a nivel político y participar en los debates.
  • La ignorancia también juega su papel: hay hombres que no saben que odian a las mujeres, pero que al educarse a través de internet, se empapan del mensaje misógino y se desarrollan sexualmente a través de las redes y páginas webs con contenido pornográfico. Los llamados influencers también tienen su responsabilidad, pues el algoritmo funciona de manera que los siguientes vídeos son cada vez más radicales porque es la manera con la que consiguen que la gente de enganche y genere más tráfico. La autora explora este efecto y expone el gran peligro que supone pues los jóvenes son grandes consumidores de YouTube y con ello se empieza a crear un espacio para el adoctrinamiento virtual.
  • A raíz del movimiento #MeToo, Bates habla sobre cómo algunos hombres creen que se ha orquestado contra ellos una caza de brujas. Es decir, ahora hay hombres a la defensiva, aterrados. Viviendo en un mundo en el que se los persigue y amenaza. Cualquiera de ellos: con independencia de sus actos y relaciones pasadas, corre el peligro de ver destruida su felicidad y diezmada su carrera sin previo aviso.
  • Aunado a este punto, Bates también da con una tendencia interesante: dado que los hombres están temerosos de las mujeres, hay quien opta por renunciar a cualquier tipo de relación con las mujeres en una práctica menos violenta pero igualmente peligrosa, pues tiene consecuencias negativas reales en la vida y la carrera profesional de las mujeres debido a las consecuencias sobre el desarrollo humano. Se impide desarrollar su carrera profesional, su independencia, lo cual legitima un discurso misógino y extremo.
  • Bates no deja de lado a los agresores y maltratadores físicos, aupados por aquellos medios de comunicación afines que les protegen y suavizan su imagen. Quizá sea a quienes más hemos prestado atención como sociedad. Pero aquí, lo interesante para Bates es el contexto que les rodea, ciertos medios con tendencia al blanqueamiento del agresor y a la victimización de la mujer.

 

El libro que ha escrito Laura Bates es duro, muy duro, pero bastante innovador. Es, a grandes rasgos, una radiografía del odio de género.  Pero no se trata de una distopía, es la realidad, aquello con lo que vivimos día con día. La pregunta es qué podemos hacer para revertirla. 

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