El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas rechazó el proyecto de Rusia para instalar una comisión que investigue las explosiones en los gasoductos Nord Stream 1 y 2. Esa decisión, sin embargo, solo muestra la clara influencia que ejerce Estados Unidos en la comunidad internacional.
Solo Rusia, China y Brasil votaron a favor de lo planteado por el Kremlin, mientras que los 12 miembros restantes del Consejo se abstuvieron.
El hecho no es extraño si se toma en cuenta que, desde el inicio de la operación militar rusa, este órgano internacional vota en contra de cualquier resolución que no esté alineada con los intereses de la Casa Blanca, asegura Carlos Manuel López Alvarado, especialista en relaciones internacionales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«[La decisión del Consejo] es una cuestión diplomática-política orquestada para tratar de aislar el discurso de Rusia, país que en realidad solo está reivindicando su seguridad nacional», afirmó el experto, quien agregó que, si bien la decisión no sorprende, sí es «lamentable».
«No debe sorprender a nadie […]. Estados Unidos y sus aliados se han comportado de manera moralista y adolecen de lo mismo que critican», dijo.
Aunque ningún país miembro votó en contra de la investigación de las explosiones en los Nord Stream 1 y 2 registradas en septiembre pasado, lo cierto es que con esto Washington solo busca quedar bien y delegar la responsabilidad a sus socios europeos.
«Estados Unidos, con esta abstención, decide simplemente delegar la responsabilidad de dar el voto de veto al resto de sus aliados, pero la realidad es que una abstención de ese número de miembros [12], también puede ser interpretada como un rechazo», indicó.
El 26 de septiembre de 2022, la empresa Nord Stream 2 AG, operadora del gasoducto homónimo, anunció una fuga de gas en una de las dos tuberías de la infraestructura cerca de la isla danesa de Bornholm, en el mar Báltico, por causas desconocidas. Más tarde, trascendió que las dos líneas del gasoducto paralelo Nord Stream 1 también habían sido dañadas, y los Gobiernos de Alemania, Dinamarca y Suecia no descartaron un acto de sabotaje.
El pasado 8 de febrero, el periodista estadounidense Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer, reveló que buzos militares estadounidenses colocaron cargas explosivas bajo los gasoductos rusos durante los ejercicios Baltops de la OTAN, a mediados de 2022. De acuerdo con la investigación, los noruegos activaron los explosivos, causando serios daños a los ductos que conectan a Rusia con Alemania por el fondo del Báltico.
El Consejo de la ONU está empantanado
López Alvarado sostiene que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es una institución que se ha visto acotada por la obstinación de Estados Unidos de imponer su hegemonía en diferentes partes del mundo.
«Las Naciones Unidas se han visto empantanadas en una obstinación por parte del Gobierno de Estados Unidos por no perder la batuta. No hay que olvidar que Washington es el máximo aportador económico en Naciones Unidas», apunta el especialista de la UNAM.
«La dependencia es clave: si Estados Unidos ha hecho algo bien, es hacer al mundo dependiente de las finanzas estadounidenses», sentencia.
Asimismo, sugiere que la narrativa de que Washington no está detrás de lo ocurrido en los Nord Stream 1 y 2 es absurda.
«[Estados Unidos] busca preservar su narrativa. Esta idea de que [los ataques] fueron proucranianos y que [Washington] no participó es absurda. Seymour Hersh lo dijo abiertamente: Estados Unidos pretende desconectar a Europa Occidental de Rusia», asegura.
El voto de Brasil muestra un factor de cambio
Uno de los tres países que votaron a favor del proyecto ruso fue una nación latinoamericana: Brasil, un hecho que, según el experto en temas globales, marca una clara tendencia regional que apuesta más al multilateralismo que a la hegemonía única de la Casa Blanca.
«Sí marca una tendencia clara que estamos viendo, que estamos experimentando, con la llegada de Gobiernos progresistas a la región [latinoamericana] que, naturalmente, demandan una salida al conflicto […] La llegada de Lula a Brasil representa un alivio porque los tres países más importantes de la región: México, Argentina y Brasil están orientados a una misma visión sobre los asuntos globales», señala.
Si el proyecto de Moscú hubiera sido aprobado, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, iba a liderar las investigaciones sobre estos hechos que, a medio año de distancia, no han sido aclarados.
Información: @Sputnik
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