Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
La extraña decisión asumida por la dirección del Banco del Bienestar, cuya cabeza es Víctor Lamoyi Bocanegra, con títulos que presuntamente lo hacen un experto en materia financiera -jamás trabajó en un banco ni como asistente de medio pelo-, de abandonar el mercado de las remesas causó sorpresa y despertó sospechas.
El pasado martes el banco que dispersa los recursos de los programas sociales y que a partir de mayo arrebatará a la banca privada los acuerdos y convenios que le permitía recibir recursos de programas como pensión universal, emitió un comunicado, breve por cierto y sin más explicación, en el que confirmaba que desde el pasado 28 de febrero dejó de recibir remesas. El anuncio del Wells Fargo, una de las empresas más importantes en el envío de remesas, de que abandonaba al Banco de Bienestar como su corresponsal para la operación que realizan millones de connacionales en Estados Unidos -y otros países-, provocó la información de BB.
En charla radiofónica con Mario di Constanzo, en el programa Misión, Periodismo sin Regaños, que se transmite martes y jueves de 4 a 5 de la tarde en Radio Cañón por el 760 de AM, el expresidente de la Condusef durante el pasado gobierno, confirmó que hace un par de semanas Wells Fargo transmitió un correo a sus corresponsales y usuarios, en el que daba a conocer su retiro de Banco del Bienestar. La razón expuesta es la sospecha de que en las remesas hay lavado de dinero.
Di Constanzo explicó que el problema es para la conocida empresa estadounidenses, toda vez que la regulación por parte de las autoridades financieras es muy estricta y si se comprobara el lavado de dinero, la sanción habría sido hasta la clausura de sus operaciones.
“El presidente de la República desde el inicio de su gobierno estableció la creación del Banco del Bienestar, que durante 60 años operó bajo el nombre de Bansefi. Y confirmó que sería la red de bancaria con más sucursales en el país, compuesta por 3 mil 600. Sin embargo, hasta ahora carece de sistemas de cómputo, no recibe depósitos, no tiene clientes, no apertura cuentas de cheques o ahorro. Solamente dispersa recursos de programas sociales y las remeses así las considera el presidente López Obrador”, dice el experto financiero.
¿Qué orilla al Banco de Bienestar a abandonar el mercado de remesas?
“No se sabe. Simplemente se retira justo poco después del anuncio de Wells Fargo”, responde.
Analiza: “Ahora será a través de la Financiera del Bienestar, formada con los recursos y experiencia de Telégrafos Nacionales, que podrán llegar las remesas enviadas a México. Tiene una red de corresponsales hasta el último y recóndito rincón del país. Y no, no será junto con pegado, como me preguntas. El Banco de Bienestar no tiene la experiencia y en 2021 la propia Comisión Nacional bancaria lo multó por no tener los mecanismos para detectar el lavado de dinero. La Financiera aprovecha toda la experiencia de los trabajadores y corresponsales que tienen capacidad para observar si en el dinero que se recibe se anexa el lavado de dinero”.
Difícil asunto. Porque si el Banco de Bienestar no tuvo la capacidad de detectar probables acciones ilegales, nadie garantiza que los recursos de los programas sociales se dispersen correctamente.
Como dice Di Constanzo, las sucursales son “cascarones” en los que no se cuenta con tecnología, ya no de punta, simplemente tecnología y, tomándole la palabra, resulta que el director general, el doctor, Lamoyi Bocanegra, puso más atención en que las instalaciones se miren “bonitas” desde fuera, aunque en su interior se carezca de todas las medidas de seguridad.
Por cierto, una muestra de la falta de funcionalidad son los cajeros del “sistema” de Bienestar. Encontrar uno que esté en operación, es un tormento. Dos amigos que reciben la pensión universal, comentan que “el calvario empieza con las fechas de depósito. Antes se realizaban entre el primero y el 5 de cada mes. Ahora se hace por abecedario y aquel que se apellide Zapata, Zepeda o Walther, cobra hasta después del día 9”.
Además, precisan, al retirar a la banca comercial, en donde muchos de los adultos mayores tienen cuentas de ahorros o de cheques, surge un grave problema: ¿si el día que toca el apellido no estás disponible, te encuentras enfermo o fuera de la ciudad y en donde estás no hay sucursal del Banco del Bienestar, no sabemos si el dinero quedará depositado hasta que se pueda acudir a retirarlo, comentan.
Se entiende financieramente romper con la banca comercial. Sus servicios cuestan y, contando con una “red”, la “más grande del sistema bancario en el país”, la lógica llama a utilizarla y dejar de gastar recursos.
Lo que no se entiende es el retiro del mercado de las remesas. ¿Habrá algo de cierto en los mensajes de Wells Fargo? … ¿es el inicio de la crisis del Banco del Bienestar? Son preguntas, no afirmaciones.
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