Por Jesús Michel Narváez
¡Sí se pudo!
Con el coro conformado por miles de ciudadanos que se dieron cita en la Plaza de la Constitución para defender el voto y al INE, se escucharon las tres palabras:
¡Sí se pudo!
Y vaya que se pudo. Cascadas que formaron ríos de seres humanos, 90 por ciento de ellos y ellas con camisas, blusas y playeras color de rosa, el reto presidencial fue vencido: se rebasó y con miles, la cifra esperada. Versiones dadas a conocer en el templete instalado y en el que dos oradores, Beatriz Pagés y José Ramón Cossío, afirmaron que “datos preliminares” indicaron que habían acudido 500 mil ciudadanos.
Las calles se inundaron de calor humano. Pino Suárez, 20 de Noviembre, Venustiano Carranza, 16 de Septiembre, Madero, 5 de Mayo, estaban copadas desde cinco cuadras hacia el sur, el poniente, el norte, el oriente.
Sin una pinta. Sin un destrozo. Sin palabras altisonantes, los ciudadanos salieron y tomaron las calles con la única finalidad de mostrar la inconformidad, la irritación, por las medidas presidenciales de su reforma electoral y por los señalamientos de que quienes acudieran serán “corruptos”.
Adultos mayores, adultos, jóvenes, hombres y mujeres: decenas de personas en sillas de ruedas y soportando el intenso calor que el sol brindó desde las 10:30 hasta las 12:09 que, con la entonación del Himno Nacional, culminó la histórica marcha de protesta pacífica.
Cossío, exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación mostró confianza que los ministros actuales harán valer la Constitución y frenarán la propuesta que tiene como único fin apoderarse del sistema electoral mexicano para fines claros: el continuismo de un proyecto que pierde fuerza y busca impedir la participación libre de los ciudadanos en las elecciones de 2024.
Mientras hablaba, el silencio se hizo presente. Y en las pausas emergió el clamor: la Corte tiene una Misión…defender la Constitución”.
Pagés delineó lo que el gobierno del presidente López Obrador pretende: instaurar la tiranía y destruir la democracia.
Los gritos eran claros: Yo defiendo al INE por eso estoy aquí… mi voto no se toca…México, México, México… y se multiplicaban espontáneamente.
Cossío precisó: la Corte tomará la decisión correcta pero lo que sigue nos corresponde a todos nosotros. El llamado no dejó duda: ejercer el voto en libertad y analizado para salvar la democracia y al país.
SIN VIOLENCIA, SURGIÓ
LA FUERZA CIUDADANA
A paso lento pero constante, miles de ciudadanos fueron arribando a la Plaza de la Constitución desde las 9:30 horas. No faltaron los críticos que pronosticaban “el fracaso, es muy poca gente” y que difundieron sus mensajes en las redes sociales.
A temprana hora, en el edificio sede de las oficinas de los diputados del Congreso de la Ciudad de México, fue colocada una enorme lona con el rostro de Genaro García Luna y el logotipo del PAN. Nadie se hizo responsable. Los ciudadanos, los primeros en llegar, buscaron cómo quitarla y finalmente lo lograron.
Algunos provocadores a bordo de bicicletas pasaban por las áreas reservadas a media velocidad y gritando: ¡traidores…traidores!
Nadie hizo caso. La gente siguió caminando por Avenida Juárez hasta entrar a Madero y atiborrar la peatonal calle. En 5 de Mayo se agolpaba la gente para ingresar a la “plaza de todos los mexicanos” y conforme pasaban los minutos y cerca de las 11, hora fijada para el inicio de los mensajes, ya en el Zócalo no cabía un alfiler. Sin embargo, los ciudadanos llegaban y llegaban hasta que fue imposible ingresar.
Se quedaron en las calles. Escuchando los mensajes. Lanzando sus consignas. Todas con frases en defensa del INE, del voto. De vez en vez surgía el nombre del presidente para reclamarle que México no es de su propiedad.
“El país no es de un solo hombre, es de todos los mexicanos. No permitamos que nos arrebaten las libertades. Por eso estamos aquí: para defenderlas, para defender la democracia, para defender al INE, para defender nuestro voto”, decía Pagés.
A lo largo del camino, todos y cada uno de los comercios, hoteles, edificios, sin tapiar. No se registró una sola pinta. Tampoco la destrucción del mobiliario público y privado.
LOS DRONES
DE PALACIO
A medida que la plancha de la Constitución se llenaba, aparecieron en el cielo los “drones de palacio” y los helicópteros, no identificados como parte de la flota de la Secretaría de Seguridad Ciudadana ni de la Defensa o la Marina. Carecían de logotipos y se mantenía a buena distancia para evitar que las siglas se leyeran.
Los “drones de palacio” se sostuvieron en el aire por largo tiempo. Siempre apuntando hacia la Plaza, las calles. Equipos de medios públicos -cuyo director es Jenaro Villamil- fotografiaban a centenares de personas. Algunas de ellas colgaban en sus cuellos mensajes escritos sobre cartulinas color rosa y letras negras. Se referían al presidente de la República y sus actos para destruir al INE. No había palabras ofensivas, sí de crítica.
A las 11:54 se convocó a entonar el Himno Nacional. Y el gigantesco coro resonó.
Se escuchó como el acto de soberanía, de libertad, del pensamiento ciudadano que está decidido a defender lo que se ha construido por décadas y no está dispuesto a perderlo por supuestos deseos de “recuperar los privilegios y mantener la corrupción”.
En las redes sociales los empleados del presidente, los dirigentes y algunos militantes de Morena, difundieron sus mensajes. Todos en tono descalificador. Mario Delgado posteó: la marcha es una farsa… son los conservadores y corruptos.
Por su parte, el secretario de Gobernación insistía en que la macha era para defender a García Luna.
La respuesta ciudadana fue: no somos narcos, somos mexicanos libres.
La conclusión: dejar limpia la Plaza de la Constitución y el cierre:
¡Sí se pudo!… ¡Sí se pudo!
Foto: web