ARGENTUM
Lo que está pasando en el estado de Veracruz en cuestiones políticas y administrativas, es el vivo ejemplo de las personas que, favorecidos por las circunstancias, llegan al poder sin haber tenido la menor experiencia del ejercicio del poder.
El gobernador Cuitláhuac García Jiménez, consigue el afecto de Andrés Manuel López Obrador gracias a que su papá, Atanacio García Durán, un viejo de ideas izquierdistas que a cambio de prebendas jugaba a ser opositor de los gobiernos en turno, enfermó precisamente cuando tenía reunión con el entonces aspirante a la presidencia de la República, y mandó a su hijo en su representación.
Cuitláhuac, que de payasadas sabe bastante, le cayó bien a Andrés Manuel. Sus dotes histriónicas fueron un elemento importante en la relación con el ahora mandatario. Cuando el papá se volvió a reunir con Andrés Manuel, este le sugirió que su hijo lo visitara en la ciudad de México. Y así fue. Cuitláhuac encontró las puertas abiertas de la entonces modesta vivienda del tabasqueño. Las visitas se hicieron costumbre.
López Obrador valoró la actitud servicial del veracruzano. La disposición de atender a su futuro jefe político lo perfilaron a la diputación, primero, y a la gubernatura después.
En su campaña, como sucede siempre con cualquier candidato, se acercaron los que por su experiencia en la administración pública podían detentar dignamente algún cargo, y los que, sin la menor experiencia política o administrativa, pero morenistas al fin, pretendían solo una chamba. A los primeros los desecharon, a los segundos les dieron los cargos.
En la coordinación de la campaña participaron dos personajes. Uno, su papá, que lo hacía de manera soterrada; y un pariente muy cercano, que ahora maneja gran parte de los recursos públicos de las arcas veracruzanas. Por cierto, involucrado en escándalos por favorecer con contratos amañados a familiares e incondicionales. Su nombre: Eleazar Guerrero Pérez.
Guerrero Pérez, aspirante frustrado a presidente municipal de un pequeño municipio de Veracruz, cercano a Xalapa; convenció a Cuitláhuac que el triunfo de su candidatura fue el resultado de sus amplios conocimientos en materia electoral.
La factura fue muy abultada. Eleazar convenció al gobernador electo que el requisito fundamental para quien aspirara a algún puesto en la administración entrante, era no haber ocupado ninguna cartera en gobiernos anteriores; es decir, sin la menor experiencia administrativa. Guerrero Pérez también está metido en las decisiones políticas con la complacencia del gobernador.
Otro personaje que también tiene el manejo de las decisiones políticas de aquella entidad federativa, es Eric Cisneros Burgos. Protegido de la secretaria de Energía Rocío Nahle, aspirante al gobierno veracruzano.
Cuitláhuac asume una posición marginal. Sus acciones de gobierno más destacadas son disfrazarse de jornalero y, con machete en mano, cortar el pasto de algunas calles transitadas de Xalapa.
Las mayores esperanzas de Cuitláhuac era dejar como sucesora en el cargo a la zacatecana Rocío Nahle. Para ello Cuitláhuac, a través de Cisneros, armaron grupos de activistas a todo lo largo y ancho del estado, para promocionar la imagen de la secretaria de Energía.
La prensa favorecida por el cuitlahuismo, traía otra campaña pero en contra de Sergio Gutiérrez Luna, diputado federal morenista y aspirante también a sentarse en la silla más grande del palacio de gobierno de Veracruz. El detalle es que Gutiérrez Luna cuenta con la bendición del que manda en el país.
Cuando las huestes del gobernador estaban dispuestas a aniquilar políticamente a Gutiérrez Luna, llegó el secretario de Gobernación, en su carácter de aspirante presidencial, a levantarle la mano al diputado a la vez que hacía comentarios elogiosos de su persona. Lo hizo de tal manera que Cuitláhuac entendiera el mensaje. Hubo una segunda visita del secretario de Gobernación, porque en la primera no se observó que el gobernador veracruzano entendiera de qué se trataba.
Actualmente los morenistas se han dividido en dos principales grupos: el del gobernador y el secretario de Gobierno, y el del super delegado federal Manuel Huerta y el aspirante a la gubernatura Gutiérrez Luna.
Al interior de morena se afirma que, para que cuaje el proyecto estatal de Gutiérrez Luna, si no cambian los ánimos del presidente, tendrán que remover al secretario de Gobierno, como ya se lo hicieron saber al que vive en Palacio Nacional.
