Por Jesús Michel Narváez
Si usted quiere recibir el “apoyo desinteresado” del presidente de la República, de las y los gobernadores de Morena, de los legisladores federales y locales y de los dirigentes del partido oficialistas, provoque una tragedia en la que haya muertos y heridos. De inmediato s pondrán a trabajar los equipos de bots que tienen contratados los políticos que quieren suceder al actual huésped de Palacio Nacional, para que se distribuyan los tuits necesarios con los mensajes que, desde las bases de los fantasmas, se indican.
Al hacer público el Twitter el periodista Salvador García Soto, los emisarios se dieron cuenta del error del envío que era visto por todas las personas, no solamente a quienes iba dirigido el mensaje, y de inmediato lo borraron. Omitieron que ya había copias en el WhatsApp y ahí todos lo pudimos mirar.
Los mensajes son de lágrima. Gobernadoras, sobre todo, se solidarizaron con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y no con las víctimas.
¿Qué necesidad de mostrar la “disciplina” impuesta desde Palacio Nacional para apoyar a #EsClaudia?
La consigna que sale desde el virreinal inmueble parece tener su origen en el área de comunicación social de la Presidencia de la República, lo que ratificaría que la corcholata es la “consentida del profesor”. Sea de donde proviniera la instrucción, se advierte que para cambiar la narrativa y pasar de plagiaria a plagiada, se aplica con la científica quien el sábado se encontraba en “gira de trabajo” en Morelia y tuvo que regresar de inmediato cuando se enteró de la nueva tragedia ocurrida en el Metro. El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla tuvo la “generosidad y caballerosidad” de tomar prestado un helicóptero del Poder Ejecutivo para que se transportara de inmediato y “atendiera el problema en la Ciudad de México”.
Allá no bajaron al gobernador de sumiso y mentiroso, porque desde su arribo prometió que los helicópteros y las naves del gobierno del Estado no se volverían a utilizar para usos políticos o personales (se refería a la forma en que Silvano Aureoles paseaba a la cantante Belinda en un aspado que fue bautizado como La Nave del Amor) y solamente se destinarían a tareas de salud, de apagar fuego en los bosques y de seguridad.
Pasadas 72 horas del accidente, el presidente de la República replicó su apoyo a su favorita y acusó de politiquería emanada de los conservadores y de los medios de comunicación, las críticas formuladas a la científica, mejor conocida como la “muñeca de ventrílocuo”.
Desde Mexicali hasta Tlaxcala pasando por Guerrero y Colima, las gobernadoras de Morena expresaron su total “respaldo al trabajo de la jefa de gobierno de la Ciudad del México”. Lo hicieron entre sábado y domingo a través de sus cuentas oficiales de Twitter y hasta el lunes se acordaron de que hubo víctimas, personas de carne y hueso y una de ellas falleció en el accidente, mientras 106 fueron atendidas, 59 de las cuales presentaban lesiones graves. Y osaron “solidarse con ellas”. Primero que se ocupen de las víctimas de sus entidades y después que ofrezcan sus balines apoyos.
Hay que tratar de ser precisos y preguntar, sin politiquerías conservadoras: ¿Qué cargo desempeña la científica?
Si no estamos mal enterados, usted y yo, el de jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Entonces, su trabajo está en la Capital del País y su obligación es despachar en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento no es los palacios de gobierno de cuando menos 20 entidades de la República Mexicana, a los que acude a firmar convenios chafa que nunca se concretan.
Si como gobernadora no tiene tiempo para atender sus obligaciones, hay qué imaginar cómo sería si se convirtiera en la primera mujer presidenta de México.
Con apoyos balines, falsos, nada “desinteresados” no mostrará que es una política consumada y que está preparada para empleos de mayor envergadura.
¿Quién estará conduciendo los actos anticipados de precampaña? El o la que fuere, deben entender que los mexicanos no rebuznamos.
Ya lo dijo el presidente: los mexicanos no son tontos, están politizados, por eso primero los pobres son la estrategia política para ganar. Así la llevamos segura -la victoria- porque saldrán a defender a la cuarta transformación.
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