Por VICTOR ALARCÓN OLGUIN
Profesor e investigador de la UAM. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Ha sido emitido hoy 31 de diciembre un comunicado por parte de la Rectoría de la UNAM sobre el caso Esquivel. A bote pronto, se destaca ante todo la confirmación del alto contenido existente entre las tesis de Edgar Báez y la ministra Yazmin Esquivel. La novedad es que se menciona la existencia de una declaración notarial de Báez señalando que tomó partes de los materiales de Esquivel.
Lo llamativo aquí es que lo anterior solo puede ser explicable en tanto fue la propia asesora (ubicada tanto en CU como en la ntonces ENEP Aragón) quien le haya permitido tener acceso a Báez de dichos materiales de Esquivel.
Ahora bien, de cualquier manera, Báez los presentó primero dentro de su tesis, y ello formalmente no exonera a Esquivel de la repetición de los mismos. Cabe preguntar: ¿por qué no denunció eso entonces? ¿Realmente solo se enteró de esto hasta hoy por el propio descubrimiento de Sheridan a 35 años de ocurrido?
El papel de la asesora cobra un peso superlativo para entender si hubo o no conocimiento (y peor aún, presunta aceptación tácita o expresa) por parte de Esquivel con respecto al uso de Báez de dichos materiales.
En síntesis, Esquivel sería cómplice directa o indirecta de dicho fraude académico por omisión o por aceptación expresa, en tanto nunca denunció el fraude de la primera tesis (lo que hubiera preservado sus derechos como autora original) y ello afecta irremediablemente a la originalidad de su propio trabajo, ya que ambas tesis se mantienen en una trama de condición fraudulenta. Así de sencillo.
Este comunicado emitido por la Rectoría se vuelve muy importante en tanto telón de fondo a ser tomado en cuenta o no por las y los integrantes de la SCJN al momento en que deberán elegir a su titular por los próximos 4 años. Ética o política sobre la mesa. Y mucho por pensar para las y los ministros (sobre todo por la ministra Esquivel).
¡Ahora sí! ¡Nos vemos en el 2023!