Lo que sucede actualmente en México con la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es producto de la existencia de grupos internos interesados en mantener los privilegios que se han resistido a la política de austeridad que sí asumieron el Ejecutivo y el Legislativo, además del deseo por controlar las decisiones judiciales, con la finalidad de blindar sus propios beneficios, aseguró Ricardo Monreal.
El coordinador de los senadores de Morena resaltó que la autonomía de los Poderes de la Unión es el cimiento que sustenta a la democracia de cualquier país, sin embargo dijo, lo que ocurre hoy la Corte amerita una amplia reflexión.
En un texto difundido en redes sociales, manifestó que es bien sabido que los cambios profundos que iniciaron como consecuencia de la transición política en nuestro país generaron tensiones y puntos de vista encontrados entre quienes abanderamos esta nueva forma de entender la vida pública y los que se beneficiaban del statu quo que hoy se está modificando.
Agregó que como ejemplo de tales pugnas (normales, hasta cierto punto, frente a cualquier proceso de transición) tenemos las presiones externas ejercidas por parte de grupos de interés en el poder público, las cuales buscan evitar cambios de gran calado; también están los ataques mediáticos que ha recibido el titular del Ejecutivo federal a lo largo de la administración, como consecuencia de la reorientación de las políticas públicas implementadas.
El presidente de la Jucopo, expresó que frente a los tiempos convulsos enfrentados por el Ejecutivo y el Legislativo en los últimos años, contrasta la tensa calma con que hasta ahora se había desenvuelto el Judicial. No obstante, la sucesión en la presidencia de la SCJN desencadenó una nueva pugna tanto interna como externa, que busca garantizar que no cambie el orden de las cosas al interior de ese Poder.
Lo anterior nos coloca en un escenario que requiere, además de un análisis profundo, del planteamiento de algunas interrogantes que permitan ahondar, de manera objetiva, en lo que acontece actualmente, apuntó Monreal Ávila.
Se preguntó: ¿Por qué la guerra fratricida, que ya había llegado a otras instancias, es latente ahora en el Poder Judicial de la Federación? , y tras una breve revisión del ordenamiento de ese Poder, consideró que ello arroja varias hipótesis, que explicó.
“Por una parte, están los grupos internos interesados en mantener los privilegios que, al igual que diversos órganos autónomos, se han resistido a la política de austeridad que sí asumieron el Ejecutivo y el Legislativo. En segundo término, se encuentra el deseo de ciertos grupos por controlar las decisiones judiciales, con la finalidad de blindar sus propios beneficios”, dijo.
Asimismo, añadió que otros temas que merecen especial atención son el gran presupuesto que recibe el Poder Judicial, mismo que para 2023 rondará los 80 mil millones de pesos.
De igual manera, está la función que de manera paralela desempeña el presidente o la presidenta de la SCJN como titular de la presidencia del Consejo de la Judicatura Federal, amén de otras no menos trascendentales, como dictar las medidas necesarias para el buen servicio y la disciplina en las oficinas de la corte suprema; proponer oportunamente los nombramientos de personas servidoras públicas que deba hacer el Pleno de esta, así como de las y los encargados de su administración, y acordar lo relativo a sus licencias, remociones, renuncias y vacaciones, entre muchas otras.
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