La Polarización en Perú

SILVESTRE VILLEGAS REVUELTAS

Cuando se escriben las presentes líneas (15-12-2022) los diarios de circulación nacional comentan que las autoridades de Perú han decretado un estado de excepción en la república que afecta por igual derechos humanos, derechos políticos y libertades esenciales como la libertad de tránsito. Ello menoscaba por igual a los que protestan por la remoción de Pedro Castillo como presidente de aquel país, afecta a los peruanos en general porque se prohíben las reuniones de muchas personas y ya les tocó a diversos compatriotas que estaban turisteando por ese magnífico país de maravillosas experiencias culturales pero también, y ahí está el quid de la cuestión, de abismales diferencias sociales entre ricos y pobres. Entre los peruanos del siglo XXI existen individuos insertos en el mundo occidental y de las nuevas tecnologías mientras que, en el extremo opuesto, conglomerados humanos cuyas situaciones de salubridad, bienestar y educación están peor que cuando los sorprendió el pirata Francisco Pizarro allá por 1535. ¿Lo señalado respecto al Perú es algo extraordinario? Definitivamente no, por el contrario, es un común denominador, que de quinientos años a la fecha caracteriza al conglomerado de países genéricamente gruparlos como latinoamericanos.

En su realidad profundamente contradictoria, el escritor peruano Mario Vargas Llosa -marquecillo español por Real Decreto, como nuestros condes y duques mineros, porque obtuvieron tales títulos engrosando con barras de plata las arcas españolas cuyo destino final fue la construcción de la riqueza en Inglaterra o los Países Bajos- hace años escribió estupendos libros que desde diversas facetas retrataron las múltiples taras que afectan de raíz a las sociedades latinoamericanas. En sus novelas de tinte histórico/social por igual se describía los opresivos ambientes cuartelarios en Lima, el tiránico proceder cotidiano del dictador dominicano Leónidas Trujillo que el accionar de los Estados Unidos en Guatemala en plena Guerra Fría. Sin embargo, para la lógica del presente artículo me detengo en el libro El sueño del celta (2010) donde el personaje principal de la novela Roger Casement, diplomático del Foreign Office británico, describe las atrocidades de los belgas en el Congo africano, las luchas del movimiento independentista de Irlanda y su misión al Putumayo peruano para constatar los maltratos que a diario sufrían indígenas, como huitotos y ocainas. Éstos y otras tribus trabajaban para una empresa cauchera peruana que tenía fuerte capital británico. La descripción de Casement sobre la explotación a que estaban sometidos semejantes trabajadores no solamente retrata los estándares británicos en lugares distantes y retardados, sino remite directamente a procedimientos cuasi de esclavitud llevadas a cabo por los patrones peruanos. Los castigos corporales, las violaciones cometidas por capataces, la complacencia de autoridades cívicas y militares peruanas frente a la ignominia que se cebaba en los indígenas de la amazonia, termina por conformar un retrato fidedigno de la explotación sufrida en los años de 1910. La novela de Vargas Llosa se centra en el Perú, pero pudo haberla descrito respecto a mismas condiciones de trabajo y características sociales en Guatemala, Nicaragua, Chile o el propio México de aquellos años.

Don Mario conoce perfectamente las condiciones sociales latinoamericanas, por eso muchos nos preguntamos el por qué, en su análisis de la realidad contemporánea, defiende las más oscuras, clasistas y racistas causas de las corruptas elites hispanoamericanas.  El expresidente Castillo no es un ángel de la guarda, pero las protestas populares tienen una raíz y una explicación social en la misma argumentación que Vargas Llosa ha utilizado en sus novelas de tema histórico. Dicen que con la vejez uno se vuelve conservador y que las bondades de la buena vida lo hacen olvidar las aspiraciones, las interpretaciones y los ideales que se defendían cincuenta años atrás.

La república del Perú merece un presente y futuro promisorio, pero al ver los twitts de algunos miembros del Poder Legislativo de dicha nación, parecen haber sido escritos por trogloditas que resultan ser además de ordinarios en extremo, totalmente faltos de empatía social. El gran problema y “pecado”, si así se cree, de las oligarquías iberoamericanas desde el tiempo de los bucaneros Cortés, Balboa, Pizarro, Ponce, Alvarado y otros que pusieron las simientes de futuras sociedades “republicanas” (doble sic) cuyas clases directoras son esencialmente señoriales, con un dejo de capitalismo, pero dependiente de la tecnología primermundista.          

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