En el Árbol del Amor, Entre Petirrojos y el Canto de los Pájaros Primaveras

 

*Por Estas Tierras Acampar o Pernoctar en Cabañas Ecoturísticas

*¡Qué tal un Paseo en Bicicleta Acuática, Remar en una Lancha o Pescar!

*Y qué me Dice de una Cascarita de Futbol o Voleibol y Hacer Senderismo

*La Recepción a los Paseantes la Ofrecen los Grillos Saltarines y Alegres

*Todo en un Pequeño Poblado Queretano, ni más ni Menos que Huimilpan

SUSANA VEGA LÓPEZ

Enviada

HUIMILPAN, Qro.- Poco a poco los alrededores de la presa de San Pedro Huimilpan se vuelven atractivos para los viajeros que gustan de la naturaleza porque el escenario es espectacular: cielos de azul intenso; neblina; noches estrelladas; plantas como el árbol del amor; diversas aves entre las que resalta el petirrojo; grillos; escarabajos, y más.

Aquí el turista puede acampar o pernoctar en sus cabañas ecoturísticas; realizar un paseo en bicicleta acuática; remar en una lancha; pescar; así como echarse una cascarita de futbol o voleibol; participar en juegos de mesa; caminar; hacer senderismo; pasear en bicicleta; observar aves, o montar a caballo.

Si bien los paseantes pueden preparar sus carnes y comidas en los asaderos colocados estratégicamente, también hay restaurantes que ofrecen desayunos, comidas y cenas a la carta elaborados con productos de la región.

Los visitantes pueden hacer uso de las zonas de fogata; puedes llevar tu propia leña o combustible para hacer la hoguera o adquirir un hato de leña que lo venden en 300 pesos. No olvides llevar encendedor o cerillos.

También hay salones de fiestas, muy solicitados para bodas, y un área de juegos infantiles donde los pequeños disfrutan de pasamanos, sube y baja, columpios, y laberintos de cuerdas.

Al caminar por los terrenos de esta comunidad muy pequeña y tranquila, los grillos brincan sin ton ni son; parecen alegres saltarines de distintos tamaños que llegan a tu encuentro. Ninguna calle está pavimentada, excepto la carretera.

Su cielo, de azul profundo, es pintado por blancas nubes que forman figuras caprichosas: una media luna en forma de mujer; algodones dispersos que dejan entrever la luna en plena luz del día; por las noches, ahora frías, se aprecia una bóveda celeste llena de estrellas, algunas con luz intensa, brillante, amarilla, blanca, roja, y por allá se aprecia un satélite.

Dicha comunidad la conforman cerca de doce familias que llegan a sus casas de campo, que viven en construcciones estilo californiano con chimenea, o sencillas viviendas de un solo piso, comentó a Misión Política Clara Alvarado de Almeida, una alegre maestra jubilada que disfruta de su casa de campo los fines de semana.

Dijo que de estas familias “siete hemos venido a invadir a los originarios de aquí, quienes nos vendieron una pequeña propiedad”. Recordó que, al construirse la presa de San Pedro Huimilpan, la comunidad se dividió de tal manera que ahora están San Pedro Norte y San Pedro Sur.

La presa -que queda a tan sólo 45 minutos de la ciudad de Querétaro- nutre la zona en la siembra de riego por lo que las lluvias juegan un papel muy importante. Ahora se encuentra a poco más del 50 por ciento de su capacidad. Sin embargo, hay temporadas, como hace un año, que la presa rebasó su nivel y el agua tomó su curso hacia abajo. “Para llegar aquí se pasa por un camino pegado a la cortina -que es donde se drena- y va hacia el canal de abajo, pero se debe tener cuidado de que no se cruce si el agua está desbordada”, afirmó Clarita.

Y es que la gente de aquí emigra mucho hacia Estados Unidos, hombres y mujeres que van con visas de trabajo y regresan después de algunos años para construir en estos terrenos las viviendas con porches grandes y espaciosos, palapas, cuarto de servicio, con decoraciones especiales.

El proyecto de ecoturismo lo impulsa el municipio conjuntamente con el gobierno, porque la presa es federal, de manera tal que la comunidad formó una cooperativa. El proyecto arrancó con cuatro cabañas o palafitos construidos al ras del agua; después se hicieron lo que llamamos las cabañas de piedra y siguen otras en obra, manifestó.

Cuentan con un presupuesto que se acordó en el comité de cooperativistas que se van rolando “es un presupuesto que no lo pudo quitar AMLO”. Mencionó que cada año se organiza un torneo de pesca y suelta a nivel nacional. “Aquí se sembró trucha que ha crecido y adquirido un peso considerable. “Es un evento precioso porque se llena y las cabañas son insuficientes; muchos deben acampar”.

Todos cuentan con permiso para rentar cabañas y los dos conceptos ecoturísticos que existen tienen sendos salones para fiestas y reuniones. En lo que respecta a las actividades acuáticas (no se puede nadar en sus aguas), hay lanchas de remo y bicicletas acuáticas donde pareciera que las bases de las llantas de las bicicletas están montadas en una balsa, con lo que se cumple con el concepto ecoturístico pues no se permiten lanchas de motor por aquello de la contaminación. Por allá se asoman los paneles solares.

La maestra Clara dijo que “aquí plantamos árboles porque no había sombra alguna, luego se hizo un bañito, una bodega para guardar mesas, sillas, y otros artículos”. Recuerda que no había luz eléctrica y hace cinco meses que la Comisión Federal puso la luz, “mira allá los postes”.

Luego señaló un árbol que tiene hojas en forma de corazón, “es por ello que se le conoce como el árbol del amor”; sus flores semejan una trompeta que cambia de color conforme madura: de amarillo a anaranjado, después rojo tenue y luego carmesí. Esta planta es el árbol nacional de Jamaica. A esta especie de hibiscus elatus también se le nombra como árbol arcoíris o Majagual. “Se aclimata en todos lados; es de hoja muy perenne; siempre se mantiene verde y se la pasa floreando”, comenta.

También hay acacias, pino michoacano, magnolias, nogales, árboles de cedro, durazno, limón y aguacate, entre otros.

Refiere que habitan unos pájaros llamados Primaveras que cantan precioso y que se escucha el canto de los zenzontles, que emiten varios sonidos. Al referirse a la gran cantidad de grillos que se observan dijo que ahora hay una plaga de langosta o saltamontes. “Cuando están pequeños, tiernos, verdes, se pueden comer”, señaló.

Aquí brota el agua, hay un manantial rústico y se puede disfrutar de actividades al aire libre.

Es preciso mencionar que la renta de una cabaña es de mil 100 pesos para cuatro personas más 200 pesos por persona extra. Y si de acampar se trata, el costo es de 250 pesos por casa de campaña.

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