Nuevamente Corea del Norte ha lanzado un nuevo misil balístico y todo apunta que ha caído en aguas de la llamada zona económica especial de Japón.
La reacción del primer ministro japonés, Fumio Kishida, consideró «intolerable que Corea del Norte esté repitiendo estos actos provocativos con una frecuencia inédita hasta ahora». Corea del Sur, por su parte, convocó una reunión del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) para analizar el lanzamiento.
Este nuevo lanzamiento de se suma a la treintena de proyectiles, una cifra récord, que disparó a principio de noviembre el régimen en respuesta a unas grandes maniobras aéreas de Seúl y Washington, incluyendo otro ICBM que aparentemente falló y se estrelló prematuramente en aguas del mar de Japón.
Este tipo de ataques en la península está alcanzando cotas inéditas ante las repetidas pruebas de armas norcoreanas, las maniobras de los aliados y la posibilidad de que, tal y como indican los satélites, el régimen de Kim Jong-un ya esté listo para realizar su primera prueba nuclear desde 2017.