En una amenaza abierta, con lo cual la distancia se ensancha entre la Iglesia Católica y el Gobierno federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que va a “acusar” con el papa Francisco, a quien aplaudió por su postura en favor de los pobres y no de los oligarcas.
En su crítica afirmó que “hasta la Iglesia católica que está actuando, no toda desde luego, en contra de ese gran papa, Francisco. Que es un papa progresista, defensor de los pobres, no de los potentados, no de los oligarcas, no de los corruptos, no de los antidemocráticos”.
Al presentar el listado de los participantes en la marcha, se destacó la presencia de la Arquidiócesis de Xalapa en la protesta del estado de Veracruz y se mostraron imágenes de manifestantes con pancartas y consignas del movimiento cristero como “¡Viva Cristo Rey!”.
En contraste, el primer mandatario continuó elogiando las posturas del santo padre, asegurando que “el papa Francisco es el dirigente mundial más consecuente en nuestros días en cuanto a la defensa de causas justas.
“Por eso ya los voy a acusar a los que están defendiendo a estos potentados y fifís y aspirantes a fifís”.
Esto teniendo como antecedente que, en la semana previa a la marcha, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un comunicado posicionándose en contra de la iniciativa de reforma electoral al catalogarla como “claramente regresiva”, tras lo cual López Obrador dijo preferir no entrar en polémicas con la jerarquía católica.
Pero ya entró.
