ALFREDO MEJÍA MONTOYA
A la democracia en el mundo la están devaluando las diversas corrientes políticas, cunde en todos los países formas de gobierno ideológicamente adversas a proporcionar bienestar a la población, entran con ese engaño, mienten en sus campañas, y mueven dinero sucio en sus pretensiones. Por ese motivo, se están destruyendo instituciones que tardaron varios años en establecerse. La democracia está siendo rehén de las izquierdas en sus diversas concepciones, insensibles en dejar a los pueblos más pobres que como estaban antes de llegar al poder, ellos, los pobres son el alimento de este tipo de ideólogos y políticas del pasado.
En relación con los últimos comentarios de López Obrador respecto de la democracia, resultan desalentadores y tendenciosos. Efectivamente el Instituto Nacional Electoral (INE) no otorga democracia, sino que es un órgano que nace de la democracia misma, que realiza toda la tarea para que esta se actualice y demostrar los resultados de las acciones de los ciudadanos votantes, controlando por lo menos a 93 millones de electores, que no es tarea menor y requiere de suficiente presupuesto para evitar la llegada de recursos provenientes de la delincuencia organizada, ilícitos y criminales.
Sin embargo, los términos utilizados no se escucharon de un verdadero demócrata, que está en el cargo que ostenta precisamente por el voto de los ciudadanos plenamente reconocidos por el INE, que después del conteo en la misma noche de las elecciones del 8 de julio de 2018, con la participación ciudadana del 63.4290% del padrón Electoral, lo proclamó presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos.
Mientras, el rey de las campañas que habita todavía en los oscuros pasillos de palacio nacional pretende reformar o desaparecer una de las instituciones más sólidas vigentes y que mejores resultados ha dado, creíbles, sin fraudes y corrupción, el mismo que en 2018 declaró presidente electo a López, y que no ha alcanzado a destruir, pero sus intentos son cada vez más claros, directos y antijurídicos. Requiere del conceso de las dos terceras partes en el Congreso de la Unión, ya que es una reforma constitucional y su ley reglamentaria.
La representatividad es una forma de gobierno, independientemente de la denominación, el sistema de gobierno o régimen, … La más trascendente es la democracia, hay democracias parlamentarias y presidenciales, democracias de carácter federal o unitario, las que utilizan un escrutinio proporcional, las que utilizan un sistema mayoritario, democracias que también son monarquías y así sucesivamente habrá nuevas formas en el futuro, pero en todos se deberá considerar de facto y de iure la participación ciudadana, y las acciones que realice el gobierno, deberán ser para cumplir con los principales valores históricos para una sociedad democrática, como lo son la igualdad, la libertad, la justicia y la solidaridad … y que de acuerdo a la dinámica social hay nuevos conceptos o elementos, llámese gobernabilidad, ética, libertad de expresión, instituciones autónomas, transparencia, participación y representatividad, respeto a los derechos humanos y el principio de celebrar elecciones periódicas y genuinas mediante el sufragio universal. Este último mediante un control y supervisión de un organismo autónomo. En México, autónomo a los tres poderes.
El actual régimen, con su presidente Andrés Manuel López Obrador, ha erosionado tanto a la democracia, que en lugar de buscar el bien común, sostiene una fuerte lucha contra todos los que considera sus adversarios, por mantener el poder y evitar que alguien se lo arrebate, defendiendo a su grupo y a su familia contra todo estado de derecho. La sociedad, el pueblo o la entidad que deberían salir beneficiados con la acción de gobernar, es lo que menos le importa. Eso, eso es lo que está sucediendo en México a nombre de la democracia.
“Una nación está en peligro cuando su presidente habla todos los días y se cree la persona más importante de su país”. Arturo Illia
La democracia en México parece que está en vías de extinción o por lo menos muy devaluada. Ya se escuchan las alertas de última oportunidad. Hemos sido testigos de los análisis y estudios que cada año se realizan donde se miden los índices democráticos de cada país, se clasifica a México como un “régimen híbrido” en lugar de “democracia deficiente”, categoría que lo ubica entre el autoritarismo y la democracia. En México, cierta población ya ha detectado este autoritarismo, y lo han hecho patente cada vez que puede y es necesario a fin de que la mayoría de la sociedad se percate de ello y ponga su conciencia a meditar. Ya se afirma que ninguna otra región ha registrado un acelerado y grave retroceso tan grande en los sistemas de gobierno como en América Latina.
“El compromiso cada vez más débil de Latinoamérica por una cultura política democrática ha dado lugar al crecimiento de populistas como Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Andrés Manuel López Obrador en México y Nayib Bukele en El Salvador, además de fomentar regímenes autoritarios en Nicaragua y Venezuela” (sic The Economist)
De 167 países en el concierto internacional de las naciones, a México lo ubican en el número 86. Y advierte: “es probable una mayor erosión de la democracia mexicana a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024″. (sic)
López obrador pretende concentrar más poder y ello no es buena señal de democracia en el futuro, su lucha contra el Instituto Nacional Electoral (INE) es una posibilidad de que pretenda integrar esta función a la Secretaría de Gobernación (SG) como en el pasado, que era juez y parte en las elecciones, y se hablaba también en el mundo, de una Dictadura Imperfecta.
Sin embargo, en los meses siguientes estarán en riesgo libertades, derechos adquiridos y principios esenciales de la república democrática y los derechos sociales de la población, todo ello no deja de presumir que está en riesgo la democracia y debemos asumir que, si no se respetan, nos encaminamos sin duda hacia una inminente dictadura.
Podríamos afirmar que de facto la dictadura avanza. López Obrador en su penoso y peculiar estilo autocrático siempre ha manifestado su deseo por eliminar ciertos órganos autónomos, ya sea desaparecerlos o fundirlos en algunas dependencias operadas por uno o una de sus incondicionales y secuestrar la actividad, como lo hace en educación, energía, economía, trabajo y previsión Social, FGR, UIF, CFE, PEMEX, Relaciones Exteriores, SEDENA, Turismo, bueno todo el gobierno federal, … instituciones como el INEGI, INE, BANXICO, INAI, son a las que quiere eliminar o quitar la etiqueta de autónomos, no quiere contrapesos.
Recordemos que las instituciones autónomas fueron democráticamente concebidas para evitar los excesos y desvíos del poder central, regular con ciencia y prudencia sectores básicos de la nación, controlar el buen despacho de funciones públicas, impulsar el desarrollo democrático y resistir tentaciones dictatoriales. Precisamente por ello el presidente Andrés Manuel López Obrador las quiere eliminar, le estorban para su Dictadura Imperfecta, ya que sin un orden jurídico estable y permanente, estaría frustrando el porvenir del país.
La esperanza quedó rebasada y devastada. El afán de poder lo convirtió en un autócrata, totalitarista y todo aquel que ose pensar diferente a sus ideas, es su enemigo, su adversario, neoliberal, conservador y traidor a la patria. Ahora el rey de las campañas toma otro derrotero para quedarse en el poder bajo cualquier circunstancia, aunque sea la un Maximato, . . .
Reflexión: “seamos demócratas”
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