Con Pumas no hubo milagro y en el Estadio Cuauhtémoc el equipo universitario cayó, 2-1 ante los Camoteros del Puebla en partido pendiente de la Jornada 7.
La primera diana llegó temprano cuando Omar Fernández se inventó una asistencia a Maxi Araújo donde nadie la veía, pues el colombiano aguantó a la incorporación de su compañero desde atrás para romper el fuera de juego con la defensa de Pumas jugando en línea.
Fernández congeló el tiempo porque petrificó a todos en el Cuauhtémoc con un “globito” que justo a tiempo llegó a su cita con Araújo, quien de primera conectó para hacer el 2-0 con la zaga universitaria como mero testigo.
En la liga no le dio el tanto al charrúa y sí a Nicolás Freire. El defensor, en realidad, acabó por mandar la pelota al fondo de la red cuando trató de despejarla.
El clásico Goya era entonces silenciado y apenas se animaba con otro intento sobre el final del primero tiempo de Dinenno. El ariete tras un robo en la salida de La Franja mandaba su disparo apenas por encima de la meta defendida por Iván Rodríguez, titular ante la ausencia de Antony Silva por el llamado de Paraguay durante la fecha FIFA.
El Puebla siguió a lo suyo en el complemento, pero no encontró más premio. Mientras Pumas se diluía con el reloj de juego, aún así se aferró con un gol de Eduardo Salvio sobre el final, pero la suerte estaba echada.
Los Camoteros cerrará el torneo en pleno ascenso y con la intención de mejorar su posición en la tabla ante América el próximo viernes. Pero ya habrá tiempo para charlar de esto.
El equipo universitario sólo aspira a un cierre decoroso, pero en El Pedregal y su pueblo no basta con eso.