Qué Candidatos Queremos

ALBERTO F. MENA MALLEN

Entre los mexicanos habría que preguntarse qué tipo de candidatos queremos para las presidenciales del 2024, ya que en el 2018 se buscó a uno que prometió arreglarnos la existencia por el desastre de gobiernos anteriores, pero que desgraciadamente, aparte de sus buenos deseos que no ha cumplido, nos ha salido con un “tachota” pero inmensa.

De que, si ha logrado sus malos propósitos, en el sentido de que ha cambiado a México, pues si, si lo ha hecho, ya que de un país que crecía a un poco más del 2 por ciento anual, ahora no llega ni al uno por ciento, al contrario, ha decrecido nuestra economía, lo que a futuro generará mayores problemas a los ciudadanos.

La inflación, se disparó, no todo gracias al mal gobierno que contamos, sino que le ayudó la pandemia -que le cayó como anillo al dedo para tener argumentos de una pésima administración-, además de que la guerra en Ucrania y Rusia, también le ha permitido al presidente López Obrador, contar con elementos para justificar sus incapacidades en su gobierno.

¿Qué debemos darle gracias porque despertó de su letargo político a los mexicanos? Sí, hay que agradecerle el que lo haya hecho, particularmente por sus mentiras diarias que emite a través de las mañaneras y ahora por sus spots de su cuarto o doceavo informe de gobierno al frente del ejecutivo federal y que, para su desgracia, cada ciudadano pensante lo sabe y lo analiza cotidianamente.

Considero que ya es tiempo de que como mexicanos analicemos a quienes intentan gobernarnos, porque de los que se mencionan, todos tienen alguna característica o algo que no cumple con lo que se desea para que realmente haya cambios, pero para bien de todos, no solo de un grupo, sean camarillas o de quienes se aprovechan del puesto para enriquecerse o tener poder para poder competir con otros mandatarios del mundo por ser el mejor del orbe.

“El peje” aún no logra convencer a todos los ciudadanos de que será el mejor y más brillante de los presidentes de México, sólo a sus seguidores que, se dice, adoctrinados por la filosofía cuatroteista, lo siguen hasta la muerte, a pesar de que miente, de que camina hacia un rumbo que a muchos no convence, sólo a ellos que creen que es el mejor camino para mejorar en todos los sentidos.

También tiene convencidos a muchos que reciben sus apoyos económicos, y lo ayudan de igual forma, los inadaptados, los resentidos, los enojados con la vida y que quieren revancha a cualquier costo y contra quien sea, a los que López Obrador se dice llamar su líder moral, de lo que muchos se lo creen, y así quiere un candidato que lo emule, como sucede con Claudia Sheinbaum.

Ante los hechos que se ven a diario y desde que fueron destapadas las corcholatas de López Obrador, -en julio del año pasado-, vemos que, a más de un año, los tres citados, aparte de Sheinbaum, el canciller Marcelo Ebrard y el titular de gobernación Adán Augusto López Hernández, son quienes se preparan para ser el relevo del primer mandatario, luego de que otros mencionados, en ese tiempo, como Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Rocío Nahale y Tatiana Clouthier, han quedado rezagados al no ser vistos como tales por la población al registrar en las encuestas  poco apoyo de la ciudadanía.

Si mencionamos a las corcholatas de Morena, se puede decir, -yo no lo digo-, que la regenta de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien sigue al pie de la letra lo que le ordena el primer mandatario, y que seguiría con la 4T, tiene en sus espaldas varios señalamientos en contra, -que tal vez no lo vea la ciudadanía-, como sucedió con la falta de mantenimiento de la Línea 12 del Metro, que sufrió un accidente y donde murieron 26 pasajeros y salieron heridos casi un centenar de capitalinos. También el encono con los alcaldes de oposición y apoyarlos menos que a sus compañeros morenistas.

Ebrard Casaubón, además de tener sobre sus espaldas lo de la mala construcción de la citada Línea 12 del Metro, la que no la edificaron con materiales de calidad o que tal vez quisieron ahorrar en la misma, “el Peje” no lo voltea a ver seguido, ya que es uno de los que no seguirían la línea de la 4T por lo que se comenta que puede ser el caballo de otro partido político.

Al titular de la política interna, quien tiene menores preferencias electorales, -de acuerdo a las encuestas-, pero que fue mencionado por AMLO como “mi hermano”, al ser de Tabasco, y quizá sea un distractor de quien realmente puede ser el sucesor del tabasqueño.

De la oposición, que se unió en la coalición Va por México, que integran el Partido de Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), están definiendo por separado a sus precandidatos, pero, como en Morena, andan de la greña, para destacar como el preferido del rebaño. 

El PAN ya destapó al que consideran el mejor del partido, pero faltan los otros dos, aunque ya hay nombres de quienes pueden convertirse en abanderados de los mismos, y tal vez, escoger a uno de ellos como candidato de los tres.

Tienen la desventaja de que en Morena ya llevan más de un año en campaña -o precampaña-, donde los mencionados se gastan los dineros públicos con argucias de que hacen sus trabajos electorales en fines de semana o en días entre semana para lo que solicitan se les descuente el día de trabajo, pero sólo ellos saben si es cierto no esta afirmación.

Pero creo que hay que considerar que los partidos políticos deben de permitir a nuevos candidatos que realmente hagan las cosas bien y no a quienes tienen “cola que les pisen”. No queremos que nos salga igual que el Peje que prometió mucho y ha cumplido muy poco a sus electores y mexicanos que quieren que se vaya lo más rápido a su rancho en Macuspana.

fermallen@gmail.com

 

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