Por Ejemplo: los Índices Delictivos, en Comparación con el Sexenio Anterior han Bajado
*La Corrupción ya no Existe, los Casos Actuales Provienen de la Herencia Maldita
*El Precio de la Gasolina, no se ha Incrementado, son Ajustes, Pero Vale lo Mismo
*Pero lo Admiran Como Caudillo y Respaldan a Ciegas Cualquier Pronunciamiento Suyo
*Hay Gobernadores Están Sometidos e Inclusive lo Emulan en sus Regiones
*Su Gabinete Guarda Silencio Ante la Eventualidad del Destierro o la Acusación de Traición
*Y la Pobreza ha Crecido, la Educación y la Salud Están en Deplorables Condiciones
ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO
A los gobernantes se les reconoce por sus resultados; sus acciones, obras y beneficios a favor de la colectividad; son los que marcan y dejan huella de su paso. Durante su gestión es práctica común, acompañar los anuncios sobre sus logros, con narrativas a modo, retoricas bien confeccionadas y elocuentes discursos que los pintan como ángeles en el cielo.
Es una añeja costumbre, tradición utilizada vehementemente en la época del Partido de Estado, que tenía su clímax cada primero de septiembre, conocido como el día del Presidente, por lo faraónico del protocolo y desde luego del escenario. Conforme fueron avanzando los equilibrios, se fue perdiendo esa costumbre, sin embargo, el ciclo se repite comenzando en las mañaneras, la verdad del Presidente es única e incontrovertible.
Por ejemplo ha dicho: Los índices delictivos en comparación con el sexenio anterior han bajado considerablemente, pues, aunque existen más homicidios dolosos, esos son culpa del pasado; la corrupción ya no existe, los casos actuales provienen de la herencia maldita; la falta de medicamentos, son inventos de los neoliberales; la casa gris, golpeteo político de los fifís; el precio de la gasolina, no se ha incrementado, solo son ajustes, pero vale lo mismo; solo le falta decir que los cocodrilos vuelan.
No ha querido entender que quien habla mucho corre el riesgo de equivocarse en la misma medida. Ahora, la cuestión de fondo no son los errores cometidos, como personas es normal caer en esas situaciones, sino el aferrarse a ellos sin aceptar que no le asiste la razón, eso se llama soberbia.
No obstante, tiene un segmento de base social que le aplaude todo lo que dice, lo admiran como caudillo y respaldan a ciegas cualquier pronunciamiento de su parte, a la par que sus compañeros de partido y miembros de su gabinete se disciplinan y guardan silencio, ante la eventualidad de verse desterrados y acusados de traición.
Lo mismo ocurre con una serie de gobernadores, que inclusive lo emulan en sus regiones, hablan de más y continuamente de las ocurrencias transitan a los disparates, exhiben sin recato alguno su ignorancia, solo les interesa el poder y la riqueza, al pueblo lo mantienen con pan y circo.
Desde un punto de vista objetivo, los resultados de la presente administración reflejan un país en crisis, las personas en condición de pobreza aun con los programas sociales, por cierto, muy controvertidos, ha crecido considerablemente.
Los rubros de salud y educación se encuentran en las más deplorables condiciones, en cuanto al primero, su acceso por grupos en condiciones de marginalidad es prácticamente imposible, aunado a la falta de insumos y equipamiento para su debida atención, casos documentados hay muchos, verdaderas tragedias que han cobrado un buen número de vidas.
Por otra parte, el rezago educativo es patente, al igual que el abandono de las escuelas, que durante la pandemia las dejaron caer, sin darles ningún tipo de mantenimiento, recuperar los espacios y abatir la falta de conocimiento de los menores no será tema menor.
Y así, sucesivamente, un Presidente popular, con resultados catastróficos, esa es la herencia.