Recursos Electorales

ALBERTO F. MENA MALLEN

Con el caso de Ayotzinapa y los 43 estudiantes y la detención Jesús Murillo Karam ex procurador general de la República, otros 20 mandos militares, así como policías estatales y municipales, se puede inferir que hay una relación con las elecciones de Coahuila, Estado de México y las presidenciales en 2023 y 2024, respectivamente, aunado a la libertad condicional de Rosario Robles, que no abrió la boca para acusar a sus “cómplices” en la estafa maestra.

El sentido común habla de que la justicia, que debe ser pronta y expedita, se tardó mucho tiempo en ejecutar estas acciones, -lo que va del gobierno de AMLO para demostrar su lucha contra la corrupción-, y de que andan en campaña para estos próximos comicios, sin importarles el violar leyes, la propia constitución y hacer a un lado las sanciones que se les ha impuesto por estos hechos.

Como buen político, y publicista, el tabasqueño conoce cuándo es oportuno dar un golpe mediático tanto en los medios de comunicación como en redes sociales, que impacten en la mente de sus electores cautivos para poder tener una buena aprobación de sus seguidores, como sucedió con otro mensaje relativo al incremento de los apoyos que se entregan a los adultos mayores, que en el 2024 serán de 3 mil pesos mensuales, los que de verdad son muy útiles para muchas personas que no cuentan con apoyos familiares y menos económicos de su parte.

Otro de sus golpes mediáticos electorales fue  el destape de sus “corcholatas”, o sea, los precandidatos a la presidencia de la República para sucederlo en el 2024, -y que sirvió de pantalla, al anticiparse mucho a las fechas-, los que al parecer terminarán más quemados y en fotos “movidas”, porque no cesan de realizar campañas a lo largo y ancho del país, además de que aprovechan cada situación que se les presenta para ello, aparte del uso de los recursos públicos que veladamente se gastan con el pretexto de que andan coordinado o supervisando tareas del propio gobierno y de sus responsabilidades.

Cabe destacar que la detención de Murillo y la liberación de Robles se presentaron luego el ex gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, acusara a la actual gobernadora morenista Marina del Pilar Ávila de tener nexos con el narcotráfico, lo que fue desmentido inmediatamente por el presidente López Obrador quien dio total respaldo a la mandataria estatal, junto con toda la dirigencia de Morena.

También le dio su respaldo a Jaime Bonilla, quien peleó regresar a su escaño al Senado y tener fuero, luego de que como gobernador tuvo múltiples acusaciones de ilegalidades, incluso de que AMLO permitiera que un extranjero ocupara diversos cargos en el país y de que usurpara profesiones de licenciado e ingeniero sin serlo, ahora también lo protege al señalar que “era solo un pleito entre dos”. También fue acusado del asesinato de la periodista Lourdes Mendoza, -lo que aún no se ha demostrado-, con quien tuvo serias diferencias; también lo exoneró de ello.

Ello, lo de Murillo y Robles, según aseguran analistas, fue con el propósito de desviar la atención de este tema de Bonilla y de Ávila para que no se continúe machacando el que Morena es allegada al narcotráfico y de que tiene relación con grupos organizados de criminales, lo que se ha señalado insistentemente, luego de que hay indicios de ello. Porfirio Muñoz Ledo, ha sido otro que ha acusado a Morena de tener vínculos con los grupos criminales.

El hecho de que el jefe del ejecutivo federal maneje en sus mañaneras la agenda del país, da pie a que se presenten estas acciones mediáticas para evitar el dar respuesta a otros asuntos de interés de los mexicanos, los que quieren ser disminuidos con afirmaciones en los medios de comunicación y las redes sociales de que todo está requetebién  tal y como sucede con otros casos de interés nacional; AMLO logra cambiar la agenda en el momento en que lo necesita, para evitar que se hable de tal o cual asunto, lo que ha hecho durante una buena parte de su administración, y logra con ello que los mexicanos hablen de lo que él señala. Pero la realidad lo contrasta cada día a pesar de que siempre tiene otros datos.

O se hace el desentendido o está mal asesorado, ante el cúmulo de contrastes en sus señalamientos que a diario hace o de plano es su plan de confundir, hacer enojar a muchos sectores sociales o de plano anda dando tumbos de aquí para allá; quiere ser considerado el mejor presidente de la historia de México, lo que está en duda; ya será el tiempo que así lo determine o lo califiquen como el peor mandatario mexicano de los últimos tiempos.

Es muy penoso que este gobierno de la 4T, más que gobernar y administrar los recursos públicos, los ha usado para seguir en campaña desde hace casi cuatro años, más los 12 anteriores que usó Andrés Manuel López Obrador para llegar a la presidencia de la República, por lo que habrá que promover que se le otorgue un premio por ser en México el candidato vitalicio.

Un tema que es recurrente es el del asesinato de periodistas, porque en el presente año, van 15 que matan en diversos estados del país, cuando se ha solicitado desde el extranjero y aquí a nivel nacional por diversas organizaciones que debe ser la presidencia quien debe poner más atención al asunto y evitarlos, pero por lo que se ve en la realidad, no hay ni un atisbo de las autoridades para que se eliminen estos asesinatos. Solo se emiten mensajes de que, si lo harán, pero continúan sucediendo estos hechos.

El presidente de la República reiteró que continuará con su plan de “abrazos y no balazos”, y que todo lo malo y la violencia que vive México se debe a la herencia que le dejaron los gobiernos neoliberales, machacando la idea que en su gobierno se actúa adecuadamente, lo que he permitido ir muy, pero muy bien en todos los ámbitos.

Ya lo veremos, ya lo veremos

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