La Clase Media: la más Afectada  por el Covid y la Crisis Económica

NIDIA MARÍN

La clase media mexicana está sufriendo. ¡Y mucho! Los anuncios de “se vende” o “se renta” abundan colgados en la parte frontal de casas y departamentos en las zonas y colonias de clase media de toda la República, mientras los compradores o arrendadores escasean. 

Sí, la clase media ha sido, indudablemente, la más golpeada tanto por el Covid-19, como por la crisis económica y la inflación que estamos viviendo. Como se sabe las 10 entidades más afectadas en el primer caso fueron: Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Guanajuato, Jalisco, Tabasco, Sonora, Puebla, San Luís Potosí y Veracruz.

Estas pérdidas, por ambas razones, y por desempleo, se traducen en migraciones, en ocasiones entre alcaldías o demarcaciones hacia sitios menos costosos, departamentos o habitaciones más pequeñas, de tal manera que es común observar miles de casas y edificios con los anuncios que significan: ya me fui o ya me voy, además de cientos de zonas donde proliferan las “ventas de garage”.

Ahí, las familias rematan diversos artículos, entre los cuales están: ropa, muebles, enseres de uso común, copas de cristal, manteles, cubertería, licoreras y en fin todo aquello que pueda significar un ingreso extra o… el único ingreso.

La crisis que vive México en la clase media, en dos de sus acepciones (media-media y media-baja) es severa. Las pérdidas económicas y sociales, por los decesos o la enfermedad (o ambas) debido a la pandemia y a la crisis económica que padecemos, se han traducido en un dolor mezclado con ira que no se sabe cuándo y cómo concluirá.

De sus 130 millones de habitantes hasta 2022, México vive esta doble o triple crisis en una buena parte. Se calcula que, en la República, tanto en zonas rurales como urbanas había hasta antes de la pandemia aproximadamente 13 millones de hogares de clase media, es decir cerca del 42% por ciento de los mexicanos. Hoy la cifra se desconoce, tanto de los que fallecieron por Covid o diversas enfermedades y los que hubieron de emigrar.

El Banco Mundial, de cierta manera lo había advertido el exponer que gran parte de lo que se había avanzado hasta 2018, en cuanto al descenso de la pobreza en América Latina, se había ido al traste, primero con un estancamiento registrado. Posteriormente arribaría la pandemia para empeorar el asunto.

 Así, en 2020, la clase media se redujo a 37,3% de la población mundial, mientras que la clase vulnerable creció a 38,5% y los pobres representaron el 21,8% de la población. Pero el asunto sería peor.

De ahí que, en 2021, el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo advirtió:  

“La región de América Latina y el Caribe se encuentra en una encrucijada, el retroceso de conquistas sociales que tanto costaron corre el riesgo de volverse permanente, a menos que se lleven a cabo reformas enérgicas”.

Y precisó: “Las ayudas de emergencia mediante transferencias en efectivo que contribuyeron a mitigar el impacto de la pandemia no serán sostenibles por mucho tiempo; así, la región debe avanzar con políticas que aseguren una recuperación firme y den lugar a un crecimiento más sostenible, resiliente e inclusivo que combata la pobreza y la desigualdad persistentes.”

Como en México la crisis económica es muy grave, el anterior señalamiento significa, además, que “las benditas remesas” continúan siendo el mayor apoyo, gracias a que el gobierno difícilmente les puede meter mano. Y aquello de “amor con amor se paga”, del que habló el presidente sólo ayuda, pero a las familias de migrantes, son las que no tienen razones para vender su casa o su departamento. 

Más la crisis avanza. Se calcula que, en la República, tanto en zonas rurales como urbanas, había hasta antes de la pandemia los mencionados 13 millones de hogares de clase media, pero hoy aún no se contabiliza para saber con certeza lo que ha sucedido en los últimos casi tres años, cuantos menos, porque cuantos más ya no existe. 

Si bien la clase media se distribuía y se distribuye en las ciudades y menos en el campo, las entidades que registran la mayor cifra de ciudadanos de clase media siguen siendo: la Ciudad de México, Colima, Jalisco, Baja California, Sonora, Baja California Sur, Querétaro, Sinaloa, Nayarit, Aguascalientes, Estado de México, Quintana Roo, Nuevo León y Michoacán. 

Pero todos han resentido no solamente las consecuencias de la crisis sanitaria, sino de la situación económica tan severa que se vive en el país, con una elevada inflación, una dolorosa tasa de desempleo y miles de personas instaladas en la informalidad.

Lo más grave es que, por lo pronto, no hay nada que nos diga que la situación económica cambiará, aunque en el caso del Covid-19 haya esperanzas de que surjan nuevas vacunas derivadas de las investigaciones que se realizan en el mundo, las cuales mantengan a raya al virus y a sus variantes.

Clase media pues, hoy es sinónimo de crisis.

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