Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Al terminar su monólogo matutino de los viernes -también los dice, lunes, martes, miércoles y jueves-, el presidente López se despidió de los títeres y anunció que iría a Quintana Roo, para supervisar los tramos 3 y 4 del trenecito maya, el mismo que está declarado como “obra de seguridad nacional”.
Seguramente estaba enterado de que Adrián Fernando Novelo, juez primero de Distrito en Yucatán ,admitió el trámite de ampliación de la demanda de amparo que busca poner freno a los últimos tramos del Tren, los cuales ya cuentan con permisos provisionales de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, donde despacha María Luis Albores González.
La información proveniente del juzgado, precisa que se trata de un recurso, amparo 923/2022, tramitado el 5 de abril pasado por la organización Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS) que en un principio sólo fue contra los permisos, autorizaciones y trabajos que conllevan a la planeación, ejecución, y desarrollo de actividades en el Tramo 5 del proyecto Tren Maya.
Es el mismo juez que otorgó la suspensión definitiva para frenar el tramo 5 del chuchuchucu que recorrerá mil 500 kilómetros para que los turistas disfruten de la naturaleza, la que quede para entonces, los cenotes -si aún no los cierran- y la flora y fauna, para esos tiempos cercenadas, admitió la ampliación de demanda. Sus razones jurídicas y ambientales debe tener. Claro, el gobierno podría desacatar lo que se llegue a ordenar, porque para eso es el “poder de los poderes”.
Para el señor López la prioridad es terminar la obra, aunque no esté realmente concluida, para fines del próximo año.
Algo así como la inauguración del AIFA cuyo flujo de pasajeros en cuatro meses es similar al que mueve el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en un ¡solo día! y que ahora podría recibir más personas por el inminente cierre de la Terminal 2, sede de Aeroméxico básicamente. Aunque estaba designado el presupuesto para mantenimiento de las áreas del AICM, no se utilizó y pese a los reclamos de pilotos o viajeros, nadie hizo nada hasta que el capitán de una nave se disculpó por levantar el vuelo cuando estaba por aterrizar, por el inconveniente, toda vez que había un “cráter” en la pista, entones vino el anuncio: está muy mal -la T2-, siempre se supo; en unos días tendremos los estudios de los ingenieros de la UNAM -y los de la Universidad Benito Juárez ¿qué?-y ahí se determinará si se apuntala o se tira”. Palabras presidenciales, que concluyeron con una “profunda reflexión” :se trata de un bache en la posta… ah, pero lo llaman cráter.
Y ahora las dos pistas están en rehabilitación nocturna.
¿Quién se beneficiará? El mejor artillero que ha tenido México en tiempos de revolución.
Acuérdese: el 21 de marzo, natalicio de Benito Juárez, el presidente inauguró el pequeño aeropuerto. Sin vialidades -todavía no están-, sin Tren Suburbano -andan en el pleito del derecho de vida-, sin zona hotelera -hay un motelito-, sin restaurantes -hay espacios para tlayudas-, sin agua y sin muchas cosas más que se irán atendiendo poco a poco.
Dos Bocas, o la llamada Olmeca, fue el show de junio. Cuando faltan turbinas para equipar la parte de refinación, no se terminan las obras de drenaje, no cuenta con un gasoducto -ya se habla de que habrá uno desde Salina Cruz- y cientos de trabajadores protestan porque no les han pagado y los despidieron sin liquidación, recibió al presidente, a sus invitados, a sus corcholatas y ¡cortó el rojo listón!
Eso mismo hará con el trenecito. Y si el juez Novelo mantiene el criterio constitucional y se apega a derecho, a lo mejor será hasta el 24 cuando el presidente pueda utilizarlo. Claro, costará el listón, inaugurará lo que haya y dirá: ¡misión cumplida!
Qué forma de gastar dinero y perder el tiempo en discusiones bizantinas con el Poder Judicial en lugar de cumplir con la LEY.
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