Informe Turístico
*La Administración Federal de Aviación de EE.UU. ya Efectuó una Auditoría
*Ello, Tras la Pérdida de la Categoría uno, en la Materia; hoy Somos la dos
*Se Afirmó Entonces la Recuperación en Cuatro Meses, lo cual no ha Ocurrido
*Sospechas de que no se Avanza Para Beneficio del Aeropuerto Felipe Ángeles
*Las Posiciones Cerradas del Gobierno Sobre el Tema, Irritan Hasta al más Ecuánime
ARTURO LINO GUZMÁN
El filósofo y político romano Cicerón expresó una magnífica frase que puede aplicarse con exactitud en estos momentos que vivimos en México al señalar: “Propio es de necios mirar los vicios ajenos y olvidarse de los propios”. Y nos referimos a esta sentencia por la situación que prevalece en nuestro país ya que las condiciones políticas y sociales requieren de una reingeniería, pues es inaudito que el gobierno de la 4T mantenga una posición cerrada ante la degradación a Categoría 2 en seguridad aérea, por carecer de la aplicación de estándares internacionales requeridos a la aviación mundial.
Este asunto, quiérase o no, afecta al sector turístico. Apenas hace un par de semanas se llevó a cabo una séptima auditoría por parte de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés), luego de que en mayo de 2021 México perdiera la Categoría 1. En esa ocasión, el gobierno federal de manera inmediata garantizó que se recuperaría en cuatro meses, lo cual no ha sucedido. Se tiene la sospecha de que dejar así las cosas sería en beneficio de su mal logrado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en Santa Lucía, toda vez que al propiciar el caos aéreo en el Aeropuerto de la Ciudad de México se causa inconformidad entre los usuarios (la mayoría turistas) y, sobre todo, a un gran número de extranjeros que sufren las consecuencias.
En esa revisión -previa a una posterior auditoría- realizada del 13 al 17 de junio, la aviación nacional volvió a “reprobar” porque no cumplió con algunos requisitos como: adecuada legislación aeronáutica, presupuestos para una operación eficiente, contratación de trabajadores con el perfil requerido con especializaciones para puestos relevantes, así como capacitación y certificaciones médicas al personal, entre otros aspectos.
Las posturas cerradas de este Gobierno no son una novedad, ni sorprenden a nadie, pero sí irritan hasta al más ecuánime porque a ello se añade el caso de la inseguridad que se vive en todas las regiones del país y pareciera que a la administración lopezobradorista no le afecta, es más, al parecer para el gobierno, esto no es importante y “no pasa nada”.
Sabemos que la postura del Ejecutivo federal es inamovible. Ya están dadas las muestras con el caso del nulo combate a la inseguridad en muchas regiones del país, en donde millones de habitantes viven bajo el asedio de grupos delincuenciales; el aumento de las masacres y homicidios -entre los últimos y de mayor impacto son los de los sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Cerocahui, Chihuahua-, así como su necedad en el proyecto del Tren Maya, que a pesar de los daños a la ecología y a la oposición de grupos de ambientalistas y expertos, no cambiará la fallida “estrategia”.
Así las cosas, el presidente López Obrador anunció en Guerrero que faltan los dos mejores años de su gobierno. La pregunta es ¿qué podemos esperar?, ¿qué nos depara en esos largos meses de lo que resta de esta administración?, de gobernantes que no saben escuchar, que están convencidos de sus verdades y creen ellos que dicen y hacen lo correcto, de ahí que Cicerón tuvo mucha razón. Cabe señalar que también el hecho de no atender las demandas de minoría puede calificarse como acto de corrupción.
Y ya que mencionamos la corrupción, hace unos días se llevó a cabo el Encuentro «Lucha Anticorrupción: Nuevos enfoques para tiempos inciertos», organizado por Ethos, Laboratorio de Políticas Públicas, en donde especialistas nacionales e internacionales analizaron la situación que prevalece en México de este fenómeno, que lacera a la sociedad.
Ahí, en conferencias magistrales y diversos paneles, especialistas en materia anticorrupción compartieron experiencias y discutieron sobre las fortalezas y áreas de oportunidad para combatir la corrupción y los participantes coincidieron en señalar que en el sector público, mientras no se abra la información a la población del gasto que se hace en los proyectos y se dé seguimiento en los mismos, será difícil combatir la corrupción.
La corrupción es un fenómeno multifactorial que afecta de manera transversal la vida pública y privada. En mayor o menor medida, todas y todos resentimos sus efectos, de manera que, para delinear rutas de solución efectivas, es necesario escuchar las voces de los actores involucrados, así como recurrir a la experiencia internacional.
Para inaugurar el evento, se contó con la participación de Francisco Álvarez, presidente del Sistema Nacional Anticorrupción, y Liliana Alvarado, directora general de Ethos, quien afirmó que “en México, de acuerdo con los últimos datos de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental, el 86 por ciento de la población considera frecuentes o muy frecuentes los actos de corrupción en las instituciones de gobierno.
Y desafortunadamente con el “paso del tiempo, las manifestaciones de este fenómeno tanto en México y el mundo han ido adquiriendo nuevas formas que cada día parecen ser más sofisticadas”, sostuvo.
El turismo no estuvo ajeno a este tema, ya que Olimpia Castillo, de la organización Comunicación y Educación Ambiental, aseguró que la depredación de los recursos naturales es recurrente y ante ello, las autoridades de los tres niveles de Gobierno, hacen caso omiso a esta problemática en donde se pisotea el derecho de las comunidades.
“Atrás del manejo de los recursos naturales hay una montaña de corrupción”, dijo categórica al comentar que “lo estrictamente prohibido es alcanzable por la corrupción”. Esto porque las leyes no se respetan, se hostiga, se persigue y mata a los ambientalistas sin que haya consecuencias a los autores, pese a que se les conoce e identifica.
En tanto, Manuel Gerardo Chávez, del Observatorio de la Biodiversidad y cambio Climático, expuso que “el riesgo de una democracia corrupta puede dar paso a una dictadura”, mientras que Jorge Romero, manifestó que “es crítica la dimensión de devastación natural y social” y ello se debe en parte a la corrupción.
Para Gonzalo Chapela, catedrático del Colegio de México, la tala en el sureste del país alcanza proporciones de escándalo y tan sólo mencionó los 60 metros de ancho con 450 kilómetros de la tala que se hizo de árboles muy valiosos para el proyecto del Tren Maya en el trayecto 5, cuya madera se vende muy cara y no se sabe a dónde fueron a parar esos miles de metros cúbicos del recurso silvícola.
Durante los dos días del encuentro se dieron algunas fórmulas para disminuir y combatir los actos de corrupción. Allí también se dijo que también es corrupción nombrar funcionarios que aceptan cargos para los cuales no están preparados.
Camilo Cetina, del CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, moderó el panel Nuevas tecnologías para combatir la corrupción, ¿aliadas o enemigas? en el que participaron Barbara Ubaldi, de la OCDE; Roxana Mazzola, del Ministerio de Obras Públicas de Argentina y; Sandro García-Rojas, especialista en prevención de lavado de dinero, quienes expusieron las perspectivas y desafíos del análisis de datos masivo (big data, data analytics) para la prevención y control de la corrupción. Presentaron casos del uso de tecnologías como Blockchain/Fintech para generar registros transparentes e inalterables en aras de cerrar espacios a la simulación y al desvío de recursos públicos para beneficio privado.