Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
#Con los niños no…
Y estoy de acuerdo.
Sin embargo, hacer un escándalo porque en las redes sociales mencionaron que el hijo menor del presidente esta pasado de peso”, no es una mentira y no es un niño, es un ADOLESCENTE.
Si a los 15 años no tiene idea de cómo se mira y como lo ven sus “amigos” y los desconocidos, entonces hay que llevarlo al médico y que lo trate para bajarlo de peso.
Más aún: darles terapia a los padres para que controlen la alimentación del no niño, sino ADOLESCENTE.
Salir a pelearse, como lo hizo Marcelo Ebrard -¿dónde está la dignidad, señor secretario de Relaciones Exteriores? Y exponer en su cuenta de Twitter el siguiente mensaje: “Jesús Ernesto es un adolescente sensible y lleno de vida. El odio en su contra es bajeza y discriminación. Cobardía pura. No prevalecerán. Cariño y solidaridad con Jesús Ernesto #ConLosNiñosNo”.
¿Adolescente o niño?
Defina por favor, señor Ebrard,
Las palabras utilizadas: cobardía pura… El odio en su contra es bajeza y discriminación…
Tienen otras acepciones.
Discriminados los niños con cáncer y sus padres; discriminadas las mujeres que protestan por los feminicidios y las acusan de ser voceras de los conservadores; discriminados los indígenas artesanos a quienes las autoridades del gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum les decomisan sus mercancías; discriminados los de piel oscura.
Esos están discriminados.
Calificar al hijo del presidente de “adolescente sensible y lleno de vida, es presentarlo como alguien que depende de todos y no de sí mismo. Sensible a ¿qué?
Es protegido por sus padres, sus hermanos, la ayudantía presidencial, los empleados del presidente, los que quieren ser amigos de quien gobierna.
Y con el debido respeto ¿acaso no está excedido de peso?
Decir la verdad es no es ofender.
¿Quién lo odia?
En lo personal no sabía siquiera que formaba parte del núcleo que no cuida la silueta. ¿Odiarlo?
Que se ofrezcan las razones para odiarlo, señor Ebrard,