*El Pasado Prehispánico y a la Nueva España Sólo en el Centro de a CDMX
*Por ahí Juan Diego Mostró al Arzobispo Zumárraga la Tilma con la Imagen de la Virgen
*En Hacienda (SHCP) la Colección que se Acrecienta con la Recaudación de Impuestos
*“Y en los Caminos Andamos”, Obras del Programa Fiscal de Pago en Especie
*La Entrada es Gratuita (los lunes Cierra) Para ver las Maravillas de los Grandes Pintores
SUSANA VEGA LÓPEZ
Es un edificio emblemático, icónico e histórico, enclavado en el mero corazón de la Ciudad de México, a un costado del mismísimo Palacio Nacional; un inmueble de gran riqueza patrimonial al ser de los primeros en construirse después de la llamada Conquista, en los principios de la entonces Nueva España, que se yergue como un vestigio de esa época: el Antiguo Palacio del Arzobispado.
La casona de cantera fue considerada un palacio por ser una obra de las más bellas y simbólicas que rememoraban la arquitectura española. Al terminarse su construcción en 1530 el palacio fue designado como sede del Arzobispado. Fray Juan de Zumárraga es nombrado arzobispo de la Arquidiócesis de México y un año después llegó el indio Juan Diego a presentarle el ayate donde estaba estampada la imagen de la Virgen María de Guadalupe.
En la calle de Moneda número 4 se descubrieron vestigios prehispánicos como el hecho de que el edificio está soportado sobre el antiguo basamento dedicado al dios Tezcatlipoca, señor del inframundo y protector de los guerreros en la cultura mexica. En 1629 quedó bajo el lodo después de una gran inundación y desde 1861, bajo las Leyes de Reforma, es parte del patrimonio de la Nación.
Ubicado en la entonces llamada calle del Arzobispado (de 1869 a 1928) la edificación se ocupó para diferentes rubros.
Se encuentra entre el ahora museo de la UNAM -y que antes ocupó la cantina El Nivel que contaba con la primera licencia de este rubro-, y la calle Primo de Verdad.
En la fachada del palacio, ahora color naranja, se lee en una placa que apunta: “Según la tradición guadalupana, tras los muros de este edificio Juan Diego mostró al arzobispo Zumárraga la tilma con la imagen de la Virgen. 1531.”
Cabe señalar que en 1957 artistas como David Alfaro Siqueiros, Raúl Anguiano, José Chávez Morado y Carmen Barreda, por citar algunos, proponen pagar sus impuestos mediante la aportación directa de sus obras, como un sistema alternativo de recaudación fiscal.
Desde 1995 es el Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), secretaría que se ha dado a la tarea de divulgar el acervo cultural que ha adquirido con el paso del tiempo.
En este sentido, “Hacienda muestra una colección viva que cada año, con la recaudación de impuestos, se va acrecentando porque todas las obras, al tener la naturaleza de un impuesto, deben ser vistas por la población a través de exhibiciones gratuitas y de exposiciones temporales que se realizan, explica, a Misión Política, Juan Pablo Bautista, acompañado de Valentina Guerrero, asesores de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, encargados de realizar recorridos en los diversos lugares de la institución.
Cabe señalar que Hacienda posee colecciones biblio-hemerográficas que gestiona y custodia, así como varios inmuebles que usa a manera de museos, galerías de arte; centro cultural; bibliotecas, donde se pueden apreciar las bellas artes: pintura, escultura, música, literatura (incluido el teatro), danza, cine y arquitectura. Los accesos son gratuitos.
Los lunes permanece cerrado el ahora museo y entre semana casi no hay público por lo que los asesores de Hacienda salen a la calle para invitar a los transeúntes a que asista a una visita guiada, conozcan y se enteren de lo que ahí se expone. Hoy en día son cuatro las exposiciones que se pueden visitar en este recinto.
Después de las Leyes de Reforma el edificio sufrió varios cambios: se vendió a particulares; luego fue una fábrica de campanas, después de cigarros, hasta que en 1994 la SHyCP lo restaura con la intención de salvaguardar dos importantes colecciones de arte: la colección Pago en Especie, que surge a partir de un programa fiscal dedicado a los artistas para que, en lugar de pagar sus impuestos con dinero, lo hagan a partir de una obra de arte.
MURAL CANTO
A LOS HÉROES
Salones, dos patios, una fuente, arcos, balcones y arcos invertidos le dan la característica de estilo novohispano. Al entrar por la gran puerta de madera se encuentra un patio. A la izquierda, unas escaleras. Al subirlas se admira, de frente, un mural que realizó el artista José Gordillo, alumno de Alfaro Siqueiros y de Gerardo Murillo (el Dr. Atl).
El personaje protagonista en esta composición es un minero que, desnudo, sostiene un manto tricolor; se le aprecia rodeado de maquinaria norteamericana, lo que representa que la pintura enaltece a los obreros, a la clase trabajadora, “porque en aquel entonces -el siglo XX-, toda la industria estaba desplazando la mano de obra. Por eso se dice que el muralista pretende enaltecer la idea de que la verdadera base de la sociedad es la clase trabajadora”, explica el guía.
En la parte inferior el artista coloca a personajes ubicados cronológicamente, de izquierda a derecha, que hablan de distintos periodos de la historia de México. Así, aparecen Cuauhtémoc, el Negro Yanga (en referencia a la época prehispánica pero también de la Conquista), luego, dos personas representativas del periodo novohispano: Sor Juana Inés de la Cruz y Joaquín Fernández de Lizardi -autor de El Periquillo Sarniento-; les siguen cuatro personajes de la época de la Independencia: Miguel Hidalgo, Vicente Guerrero, José María Morelos y Nicolás Bravo.
Justo en el centro del mural se encuentra Benito Juárez, que hace alusión a La Reforma; después está Melchor Ocampo y surgen los revolucionarios: Ricardo Flores Magón, Felipe Ángeles (atrás con su esposa Clara Crauss); Emiliano Zapata, Francisco Villa (junto a una de sus muchas esposas, Austreberta Rentería). También está Lázaro Cárdenas con lo de la Expropiación petrolera.
Y EN LOS CAMINOS
ANDAMOS
Al seguir arriba por las escaleras, un pasillo que da entrada a uno de los salones en donde se expone “Y en los caminos andamos”. Son 40 obras del Programa Fiscal de Pago en Especie reunidas que tienen un hilo conductor donde se hace la alegoría del viaje, las rutas, los caminos, la llegada.
“Ahora, después del encierro que se vivió, se expresa esa idea de hacer los viajes pendientes, de ira a ver a las personas que tienen más de dos años que no se han visto por causa de la pandemia pues estuvieron confinados” considera el historiador.
Algunos cuadros son de paisajes y caminos donde se aprecia la magia de cómo los colores de estas obras se asocian a los sentimientos y entonces evocan un hermoso o atormentado atardecer; la lejanía de las montañas; la cercanía de las personas; el reflejo del sol, el correr del agua en algún río. Los paisajes se vuelven metáforas de sensaciones, de valores.
Otras muestras son la exposición temporal de Rafael Coronel “La melancolía del ser”; “Hacienda es patrimonio”; y “Hacienda es Arte”, una exposición de Federico Silva
También realizan talleres para todo el público, especialmente para niños, de cartonería, pintura, acuarela, ensamblado, escultura. Es por ello que se dice que Hacienda es patrimonio cultural y quienes pasan por allí, turistas o caminantes de cualquier lugar pueden acceder sin costo alguno.