Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Hay dos interpretaciones al vocablo necio que utilizó el cantautor Silvio Rodríguez, al dedicarle la canción al presidente López.
1.- que lo conoce y muy bien y,
2.- Que estaba recordando la vieja amistad que los une.
Cualquiera de las dos que fuere, no está en la realidad.
Durante su concierto en el Zócalo de la Ciudad de México, el cantautor cubano Silvio Rodríguez dedicó al presidente Andrés Manuel López Obrador la canción “El Necio”.
Y en el Auditorio Nacional, la interpretó de nuevo. Justificó la repetición: “Hoy se la vuelvo a dedicar a Andrés Manuel y a todos los mexicanos que creen que es posible un futuro mejor”.
Silvio es de los cubanos que genera divisas para el gobierno. Entra y sale cuando le viene en gana o tiene contrato por cumplir. Lo mismo en México que en algunas ciudades de Estados Unidos, de Europa y hasta de Asia. (No sé si ya estuvo en China, pero seguro en Angola, sí).
Nadie pone en duda su fidelidad con Fidel. Baste leer las informaciones surgidas del monólogo que sostuvo frente a sus seguidores de a de veras y los que apenas si lo conocen.
Una crónica publicada en Reporte Índigo, reproduce textualmente el origen de la canción:
Rodríguez, inició relatando que el tema lo compuso en los años noventa, después de que el en el Aeropuerto de Miami le “me rompieron una guitarra. Fueron cubanos que trabajaban en el aeropuerto quienes le saltaron encima. Culpa mía creo yo, porque tenía una pegatina de Fidel y una bandera cubana, y no me dio la gana de quitarlas. Digamos que me lo busqué”, recordó.
Se debe interpretar que le rompieron la de seis cuerdas por necio.
Y hay que tratar de entender que a pesar de la dictadura castrista que cumple 63 años -ahora con una persona que no vivió la revolución y simplemente tiene el cargo para obedecer a Raúl Castro-, el cantautor sigue creyendo en los principios de la revolución que encabezaron Fidel, Cienfuegos, el Che y el propio Raúl.
Nada que discutir con quien se aferra al pasado, niega lo ocurrido con el pueblo cubano y no quieren mirar el hoy y el mañana.
Sin duda, necio.
¿Y qué tiene que ver su necedad con Andrés Manuel?
Solamente ambos lo saben.
Sin embargo, millones de personas que habitamos este todavía libre país, en el que podemos viajar al exterior sin pedirle permiso a “papá gobierno”, que tenemos la oportunidad de comer todos los días, de poseer un techo propio, un auto, un empleo remunerado y la libertad de estudiar lo que nos venga en gana o lo que nos paguen nuestros padres, le aplicamos el vocablo de NECIO al presidente porque, con su comportamiento de iluminado, de poseer la brillante aureola, lleva a México al despeñadero.
No, nada que ver con el expresidente. Aunque por supuesto, es su responsabilidad haber entregado a la Banda Presidencial a Andrés Manuel López. El gobierno de corrupción que encabezó, nos heredó al que, seguramente, pasará a la historia como uno, sino es que el peor, de los Presidentes que ha tenido México.
Además de necio, es obcecado y por momentos muestra su crueldad, su sed de venganza, la envidia de no haber sido periodista y la terrible confusión que lo abraza y no es otra que sentirse “superior a cualquiera”, como diría la canción de José Alfredo Jiménez dedicada a su esposa Paloma.
Dicen los expertos que es verdadera la existencia de las almas gemelas, que no solamente son entre hombre y mujer, y Andrés Manuel y Silvio no dejan duda de que son mellizos.
No se despegan de sus ideas, de sus pasados, de sus fracasos y éxitos y buscan que lo suyo lo ejerzan todos.
Allá los NECIOS.
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