Línea 12: los Descuidos Inexcusables Que Derivaron en el Accidente

*De Risa Loca la Actitud de Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum

*La Muestra tal cual es, con Actitud de Evadir Responsabilidades

*Y Salió a Relucir su Verdadera Personalidad: Sólo Importa la Candidatura

*Además, Diseño y la Falta de Mantenimiento, hoy Cobran Facturas

*En Evidencia: Administración de Ebrard y la Participación de Delgado

ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO

Hace poco más de un año que ocurrió la triste tragedia de la línea 12 del metro, donde perdieron la vida 26 personas inocentes y muchas otras sufrieron lesiones que les cambiaron por completo su vida. La administración de la ciudad, inmediatamente se movió ofreciendo acuerdos compensatorios, algunos no tuvieron otra opción que aceptar la indemnización propuesta por el Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, otros aún se resisten al considerar que las cantidades ofrecidas no compensan los perjuicios causados y prefieren agotar las vías jurisdiccionales.

El asunto es emblemático, los lamentables efectos culminaron con pérdidas de vidas humanas, aspecto irreparable y sumamente doloroso, sin embargo, las causas y los causantes siguen en la indefinición a pesar del compromiso de las autoridades para deslindar responsabilidades.

La Jefa de Gobierno, desde un inició dio a conocer que la empresa noruega DNV llevaría a cabo el peritaje para conocer la causa-raíz del siniestro, dando su aval a la firma al considerar la experiencia en el ramo y, además, su profesionalismo e imparcialidad, factores tomados en cuenta para su contratación, en otras palabras, anunció con bombo y platillo el arribo de esta acreditada institución para conocer la verdad.

A esas alturas, ya para nadie era un secreto que tanto el diseño, como la falta de mantenimiento, eran descuidos inexcusables en el accidente, pues sin necesidad de ser peritos en la materia, el sentido común orientaba a la opinión pública a pensar, dados los antecedentes de la línea dorada, en esas cuestiones como origen del desastre.

De hecho, esa creencia fue corroborada en las primeras dos entregas del dictamen pericial elaborado por la empresa DNV, ya que indicaron entre diversos aspectos, fallas en el diseño y en la construcción, lo que ponía en evidencia la administración de Marcelo Ebrard y, la participación del hoy Presidente de Morena Mario Delgado, personajes con responsabilidad en el asunto.

Ahora, al llegar la tercera y última entrega del peritaje en cuestión, donde se establecen como causas generadoras de la tragedia, un mal diseño; deficiencias en la construcción; falta de supervisión y de mantenimiento, provocó una ridícula reacción de la Jefa de Gobierno, de risa loca, al acusar a la empresa noruega de parcialidad y advirtiendo demandas en su contra.

Al mostrar su inconformidad, lo que sí logró fue que todo mundo pusiera especial interés en ese dictamen, lo colocó en el centro de la atención y aunque señaló que no se iba a dar a conocer, no faltaron las acostumbradas filtraciones donde informaron de su contenido.

La postura de Claudia Sheinbaum puede tener diferentes lecturas, sin embargo, la muestra tal cual es, ya que con esa actitud pretendió evadir responsabilidades y proteger a sus compañeros de partido responsables de la tragedia, se vio insensible, imprudente y manipuladora.

Salió a relucir su verdadera personalidad, no importar las formas ni los medios, sino el fin: la candidatura presidencial.

 

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