ALBERTO F. MENA MALLEN
¿Le importará al presidente Andrés Manuel López Obrador la muerte de miles de mujeres en México? Por su actuar no, por lo que dice, tampoco.
¿Sentirá algo de lo que padecen o sienten los padres, hermanos, hijos, cuñados, primos, de la desaparición de sus seres queridos? O estará más preocupado por su futuro hacia el 2024 y la 4T que no avanza.
La realidad es que estos feminicidios, homicidios, muertes violentas que se presentan todos los días en el territorio nacional al parecer poco importan a la 4T, ya que la cifra de 10 mujeres muertas cada día sigue sin modificarse y más cuando Nuevo León ya sustituyó a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde México también se conoció por el alto número de feminicidios que ahí se cometieron en la época de los noventa. Que otra ciudad se sumará.
Como afirma Jorge Volpi, “a nadie importa ya contar los muertos en México”, tema que abordará en su nueva novela ‘Partes de Guerra’, donde nos llevará a los orígenes de la violencia y se pregunta qué convierte a un grupo de niños en criminales, tema relacionado con la muerte de mujeres, por tantos huérfanos que existen.
La muerte de Debanhi Escobar, de 18 años, cuyo cuerpo fue encontrado en una cisterna de un motel, en las afueras de Monterrey, mismo que fue revisado por cuarta ocasión, -las tres anteriores no lo hallaron-,14 días después de desaparecer y la de María Fernanda Contreras, así como la muerte de al menos 41 mujeres en lo que va del año en la periferia de esa capital norteña, aparte de que hay mil 700 desaparecidas en todo el Estado (mismos que aún no se han encontrado), ha resucitado una crisis, que va en aumento con la política gubernamental de “abrazos y no balazos”.
Mientras se incrementan las manifestaciones de protesta, aún continúan analizando el caso, después de que el secretario de Seguridad de Nuevo León, Aldo Fasci, calificó de una “falla humana masiva” el no haber localizado antes el cuerpo de la joven. En noticiarios internacionales se ha tomado en cuenta esta noticia y nuestro país queda como una nación despreocupada por atender esta ola de violencia que causa que el turismo deje de visitarnos.
Mientras, en la secretaría de gobernación, se presentó la semana pasada el informe mensual del Grupo Interinstitucional de la Estrategia Nacional de Protección Integral para las Mujeres, Niñas, Niños, Adolescentes y Adultas Mayores que viven violencias basadas en el Género (GIEV), donde la secretaria Rosa Icela Rodríguez Velázquez anunció que la SSPC trabaja en una iniciativa en materia de registro de agresores sexuales y feminicidas para que las fiscalías estatales cuenten con un Banco de ADN de uso forense y cuya información genética pueda ser utilizado en la vinculación de evidencia; así como la activación de un grupo de personas expertas cuando se requiera su cooperación.
Además, adelantó que se expedirá un protocolo homologado de atención a la violencia de género y violencia feminicida para primeros respondientes y una certificación nacional de los cuerpos de seguridad de los tres órdenes de gobierno para que prevengan y atiendan estos casos con los estándares adecuados.
“El Gobierno de México reitera el combate frontal a la impunidad, poniendo siempre al centro a las víctimas. Queremos reafirmar que las familias, las autoridades estatales y municipales no están solas, cuentan con toda la fuerza del Estado para prevenir la violencia contra las mujeres y sancionar a los agresores”, dijo categóricamente y muy convencida de que se efectuará.
Bla bla bla bla, ya que tuvieron más de 3 años y no hay planeación, coordinación o programación, para atacar este flagelo que lastima a miles de familias en México y luego de las fuertes críticas que se realizan en redes sociales por la muerte de cientos de mujeres en todo el territorio nacional, ahora si se reúnen y consideran necesario acabar con la impunidad. Ja, ja, ja.
En tanto, el Sistema Nacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres (SNPASEVM) tiene como propósito garantizar a las mujeres y a las niñas, a vivir libres, seguras y sin violencia mediante la coordinación entre la Federación, las entidades federativas, la Ciudad de México y los municipios, a partir de competencias y atribuciones específicas y comunes que se ponen alrededor de un conjunto de esfuerzos, y de los instrumentos, estructuras, estrategias, políticas, programas, acciones y recursos, para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Estos son los objetivos de esta institución, pero ya pasó tiempo y siguen matando mujeres, sin que se haya detenido esta violencia. Servirá de algo esta institución.
Las cifras ahí están. La violencia de género ha sido uno de los protagonistas en nuestro país y este 2021 no ha sido la excepción pues México sumó 3 mil 462 mujeres asesinadas de enero a noviembre de 2021, siendo que, de esa cifra, un total de 992 mexicanas fueron víctimas de feminicidio. Este año, las cifras avanzan.
Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada tres (30%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida. La mayor parte de las veces el agresor es la pareja.
La violencia de género es una práctica social ampliamente extendida en México, ya que 66.1 por ciento de mujeres de 18 años y más ha experimentado al menos un acto de este tipo. En la mayoría de los casos el agresor es la pareja de la víctima. Mientras que la máxima expresión de la violencia contra las mujeres es el feminicidio.
La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México considera que la violencia feminicida en México obedece a un contexto de cultura machista y misógina arraigada, pero también a una serie de factores sociales, económicos y políticos. Por ejemplo: discriminación por género, impunidad, condición social, edad, etnia y criminalidad, entre otros. Estos factores vulneran sistemáticamente todos los derechos de las mujeres al grado de poner en peligro su integridad y causar su muerte.
¿Podrá este gobierno con el flagelo a las mujeres?
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