CARLOS BORTONI*
El principal problema de la CuatroTe radica en el modo en el que ha polarizado a la población mexicana. La percepción que el actual gobierno tiene es la de una sociedad dividida en clases. Dividida entre los dueños de los medos de producción y el resto de la población que trabaja para enriquecerlos. Inevitablemente… esta visión polarizada de la sociedad… contribuye a profundizar la polarización de la sociedad misma ¿Por qué? Porque imposibilita que aquellos que llanamente podemos llamar pueblo… nos identifiquemos con los grandes empresarios… nos asumamos como emprendedores… dueños de nuestros propios medios de producción: nuestras manos… y en consecuencia… colegas de los Slim… los Salinas… los González o los Larrea. Insistir en esa lógica que reza que ambientalismo sin lucha de clases es jardinería… y extenderla a todas las causas progres (feminismo… derechos civiles… libertad sexual… etc.) es llevar demasiado lejos las cosas y buscar transformar algo que basta con maquillarlo para que no incomode las buenas consciencias de nadie.
Del mismo modo que lo ha hecho la derecha… en México y en el mundo entero… que amablemente oculta sus intereses económicos detrás de consignas… movimientos y esloganes que se antojan irrefutables… la izquierda ―esa izquierda que considera necesario transformar las cosas modificando las relaciones de poder― debería limitarse al apoyo de las políticas identitarias (grupos raciales minoritarios… identidades de género… etc.) sin meter ruido con intentonas absurdas de regresar ¡el horror que nos hará retroceder a los años cuarenta!… a que el Estado controle los sectores fundamentales de la economía y se meta con el incremento del salario mínimo ¿De dónde imaginan estos gobiernos de izquierda que construyen su riqueza los grandes capitalistas? ¿Creen que pagando sueldos decentes a sus empleados (perdón… ahora se les llama colaboradores) se puede construir un imperio? La izquierda que necesitamos debe ser una que se oponga a la reforma eléctrica… al Tren Maya… a la construcción de refinerías… pero utilice lenguaje inclusivo… cuente con legisladores que apoyen la diversidad sexual y manejen un Zacua ―para apoyar el emprendimiento nacional.
Es necesario que la izquierda mexicana retome los valores que dicta Don José Woldenberg… y que replica Don Héctor Aguilar Camín… ambos próceres de la transformación democrática de las condiciones sociales del México moderno… y se reduzca a valorar a las universidades públicas y su autonomía… aumentando su presupuesto para que estas lo gasten sin restricciones en lo que les venga en gana… retome la defensa de la representación proporcional en el Congreso… como único camino de representación popular… se apegue ciegamente a la legalidad sin buscar la modificación de leyes escritas para evitar la transformación del país… y ―sobre todo― abandone esa forma de “gobierno unipersonal… narcisista… autoritario y empobrecedor”… que tanto daño hace a la libertad de explotación de los grandes empresarios.
No faltará quien argumente que la izquierda debe luchar para conquistar el poder y transformar las condiciones materiales de la clase trabajadora. No hay forma de dialogar con quienes no entienden que el lugar que le corresponde a la izquierda es el de ser la consciencia buena onda y progre de la sociedad… dejando a la derecha gobernar… administrar y saquear. Poner en riesgo este delicado equilibrio… dar poder transformador a la izquierda… es renunciar a la posibilidad de que las políticas neoliberales permitan el enriquecimiento de unos cuentos en contra de la gran mayoría. El PRD lo entendió hace años ¿Por qué no lo pueden entender los demás?
Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es “Dar las Gracias no es Suficiente”.
*@_bortoni
