Entre el “Gen de los Dictadores” y la Ineptitud en la Aplicación de la ley

CHILPANCINGO, GUERRERO, 01MARZO2020.- Siete hechos violentos se registraron en la capital del estado de Guerrero, donde al menos seis personas entre ellas dos mujeres, fueron asesinadas a balazos durante la madrugada y mañana de este domingo en diversos puntos de la ciudad de Chilpancingo, además otro hombre resultó gravemente herido y se encuentra recibiendo atención medica. FOTO: DASSAEV TÉLLEZ ADAME/CUARTOSCURO.COM

Los Dados de Dios

NIDIA MARIN

Tal vez sea el denominado “gen de los dictadores”, hoy distribuido desde el zócalo y por toda la República, ya fuere entre cierta gente con poder político o entre integrantes del crimen organizado o bien, entre simples asesinos, de acuerdo a la neurociencia, pero no pasa semana sin masacre.

 Sí, el “gen criminal” está presente y no permite que una hormona actúe sobre las células cerebrales creando solidaridad y comunicación, sino que produce el tipo de criminales que hoy abundan en México. Sin embargo, señalan los estudiosos específicamente que los dictadores tampoco desarrollaron ese gen, por lo que adoptaron conductas individualistas. En México hoy tenemos claros ejemplos. 

  Los analistas, como el español Armando Aguilera-Torrado, aseguran:

“En la actualidad, el estudio del comportamiento criminal desde lo psicológico y psiquiátrico ha permanecido dentro de un marco de referencia, el cual establece que las personas que cometen delitos presentan trastornos psicopatológicos, tienen unos rasgos de comportamiento particulares y excepcionales frente a la población promedio “normal”, que no comete delitos. Este argumento e hipótesis de estudio del comportamiento criminal está revaluado por los estudiosos del crimen (victimólogos, criminólogos y psicólogos policiales), quienes han establecido, a partir de sus investigaciones y evidencias empíricas, que los delitos son cometidos por personas que saben, conocen y entienden de manera plena sus acciones y sus consecuencias, es decir, son mentalmente “sanas”.

Además:

“Los estudiosos del crimen han encontrado que, independientemente de que la víctima provoque la situación de riesgo delictivo o de las circunstancias sociales y políticas que lleven a que una persona cometa un delito, lo que se debe tener en cuenta a la hora de analizar el comportamiento criminal son las motivaciones del sujeto, ya que esta variable es la que en realidad puede explicar la génesis del comportamiento criminal”.

Ninguna novedad. Pero mucha indignación. Sí, porque mientras se cumplen los caprichos provenientes de la cumbre donde un gen baila diariamente un zapateado cerebral, el país derrama sangre por todas partes, proveniente de las masacres constantes que ocurren en toda la República, sin que haya algo y alguien que las evite.

Claramente la persecución de este tipo de criminales es una utopía, porque las autoridades encargadas de mantener la paz en el país están dedicadas a otros menesteres en toda la República Mexicana, “por órdenes superiores”, sin que haya entidad aborrecida y sin darse cuenta que en el descrédito a nivel mundial llevarán su penitencia porque, por lo pronto, el respeto que antes se entregaba de parte de los mexicanos a las fuerzas armadas va en declive aceleradamente.

De ahí que la nueva masacre, la más reciente del año 2022 (entre el cúmulo existente a tres meses y medio de haber iniciado el año) conmueve e irrita: cuatro niños y cuatro adultos asesinados en Tultepec, Estado de México.

¿Qué esta sucediendo en ese municipio? Nadie se atreve a decirlo, pero el asunto es que pareciera que los criminales mandan. De ahí que, a principios de año, en enero en pleno centro de la ciudad fuera baleada una pareja.

Tres meses después masacran a ocho personas (cuatro de ellos niños) en una vivienda del mencionado municipio.

¿Algo nuevo? No. Ya es el pan de cada día. Esto sucede a menos de un mes de la masacre en Zinapécuaro Michoacán, en la cual asesinaron a 19 personas en un palenque.

Por nuestra parte pensamos como escribió en Infobae, Irene Greiser:

Los psicoanalistas no tenemos miedo de hablar de castigo, porque este concepto no implica la cámara de torturas, en ese sentido bien podría decirse que el psicoanálisis no es abolicionista, no está a favor ni de la eliminación del castigo ni tampoco de la negociación de las penas”.

En fin, que como fuere, alguien debe de frenar las masacres. 

Sí, ya basta con la ineptitud y el egoísmo de los hombres y mujeres encargados de aplicar la ley, pero como dice el dicho… “en los bueyes de mi compadre”.

 

 

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