Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Hipótesis quizá un tanto descabellada, pero al final de la jornada, podría hacerse realidad: el gobierno federal va por altos mandos castrenses presuntamente implicados en la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa.
Las versiones corren como reguero de pólvora y el sustento de la posible más no improbable búsqueda de generales, almirantes, coroneles y contraalmirantes, es que en la cúpula de los altos mandos al frente de las secretarías de Defensa Nacional y Marina-Armada de México, hay ciertas inquietudes por visos de algunas inconformidades por la forma en que se ha tratado a los cuerpos de ambas dependencias.
No debe descartarse, dice un experto en seguridad y análisis militar.
“Nunca los ejércitos son totalmente monolíticos. Se crean grupos de poder y lo ejercen para mantener sus posiciones, lo mimos en las Zonas Militares que en cargos administrativos de ambas secretarías”, comenta en una charla en la que el anonimato fue la condición.
¿La inconformidad llegaría a rebelarse ante sus jefes o sus iguales?, se le pregunta al personaje.
“No se puede asegurar… pero no es descartable que altos mandos castrenses estén en la mira por haber participado en gobiernos anteriores. El hecho de que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes haya rescatado videos en los que militares y marinos seguían en vivo los acontecimientos del 216 y 27 de septiembre de 2014, y que en base a ello el presidente de la República ordene investigar y los marinos sean los primeros en declarar, no es asunto menor”.
El consultado, académico y experto en seguridad, pone el dedo en la llaga: “el presidente dijo hace unas semanas que en la Secretaría de Marina hubo y hay algunos elementos corruptos y el almirante Rafael Ojeda, quien estuvo marginado durante años -no existía, fue la frase que utilizó- está limpiando la casa, con lo que puso la mirada en el pasado inmediato. No hay que olvidar que mencionó el ‘show” montado por el oficial mayor de Semar durante el temblor del 2017 y que provocó la histeria de millones de personas por salvar a una niña de nombre Frida. Debió llamar la atención que se refiriera despectivamente al alto mando naval quien aspiraba suceder al almirante Vidal Francisco Soberón San. Todo es posible ahora”, concluye.
¿Imposible que haya irritación entre militares y marinos de alto rango además de las tropas?
Difícil afirmar o negar.
Hasta ahora, el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea han sido leales a los Presidentes de México. Con excepciones no se han registrado asonadas. Por lo menos la historia registra la última en 1952, cuando se rebeló el general Miguel Henríquez Guzmán buscaba que el poder político regresara a los militares. Se opuso a la candidatura de Adolfo Ruiz Cortines.
Desde entonces, los titulares de Ejército, Marina y Fuerza Aérea abandonaron la idea de ser quienes dirigieran los destinos del país.
Hoy, como nunca, las fuerzas castrenses reciben un trato privilegiado y el general Luis Cresencio Sandoval y el almirante Rafel Ojeda, han mostrado la lealtad con el presidente López y, han comprometido su respaldo al “pueblo de México”.
Sin embargo, mencionar la investigación del almirante que estaba a cargo del operativo que buscaba a criminales en Iguala cuando el secuestro de los estudiantes, abre la caja de Pandora de la que saldrán todos los males de la existencia marítima y militar.
Es la hipótesis, no la realidad… aunque…en la cuatroté todo es posible, hasta lo improbable.
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