ALBERTO F. MENA MALLEN
Al presidente Andrés Manuel López Obrador ya no se le cree cuando todos los días -un buen número de las afirmaciones que emite no son creíbles-, porque señala muchas mentiras o medias verdades, lo que permite atraer a incrédulos que le sumen votos o que le crean, lo que se asemeja al cuento de Pedro y el Lobo: él solicitaba ayuda para ahuyentar al animal que comería a sus ovejas, cosa que hacía para entretenerse un poco y evitar el hastío de cuidar el rebaño, pero cuando apareció el lobo y se comió tres lanudos, nadie lo auxilió pensando que les harían una broma más, por lo que aprendió a no decir mentiras y la moraleja que nos deja el cuento es que “no digas mentiras, porque el día que cuentes la verdad, nadie te creerá”.
El primer mandatario se ubica en algo similar, ya que en su campaña electoral prometió muchas cosas, mismas que aún no ha cumplido como el que todos los mexicanos tendríamos garantizado un sistema de salud con el 100 por ciento de cobertura y algo parecido a los que existen en los Países Bajos, pero a más de 3 años de su gobierno, no ha logrado esta meta, y por el contrario va en retroceso, puesto que existe un gran desabasto de medicamentos y un fuerte déficit de atención médica y clínica en hospitales del sector salud.
Con la desaparición del Seguro Popular, se afectó a miles de mexicanos que no cuentan con una atención adecuada en su salud; ahora el gobierno de la República busca sustituirlo con el llamado IMSS-Bienestar, que se dijo, dará atención gratuita a quienes no cuentan con este servicio en los hospitales del sistema público, pero que aún se encuentra en planeación, por lo que su operación puede comenzar quien sabe cuándo.
Ello, aunado a la pandemia, que no fue manejada de la mejor manera, lo que provocó miles de muertes, al ser el quinto país del mundo con más fallecimientos, lo que se suma a miles de contagios que aún existen, mismo que ocasiona dificultades en la economía -nos prometió un crecimiento anual del 6 por ciento, pero con los problemas mundiales y una inadecuada administración pública de los recursos, decreció nuestro PIB, el que hasta ahora no se ha recuperado-, y en el ámbito laboral, ya que los contagiados tienen que aislarse para evitar mayores problemas a sus familiares, compañeros y personas en general.
Un aspecto que llamó mucho la atención fue la desatención hacia los niños con cáncer, varios de ellos ya muertos por la falta de medicamentos, y donde el gobierno insistía en que ya había cubierto esta carencia, lo que no era cierto en su totalidad, al ser entregados parcialmente a los nosocomios dichas medicinas y en muchos sectores de la población aún siguen padeciendo la desatención médica y clínica quienes tienen que acudir a la medicina privada con la erogación de recursos que ya no destinan hacia otras necesidades familiares.
Hay muchas promesas de campaña que aún no se realizan o están en proceso y que crean o generan una gran desconfianza entre la ciudadanía, ya que la presidencia ha dado preferencia a las obras monumentales, tal y como sucedió con el aeropuerto “internacional” Felipe Ángeles que fue inaugurado este pasado 21 de marzo, obra que no ha sido terminada en su totalidad, tal y como sucedió con la Línea 12 del Metro que fue inaugurada sin concluirse totalmente, sistema de transporte que ha tenido serias dificultades a lo largo de su historia.
Y mientras se presume dicha inauguración, aún hay mexicanos que no han sido atendidos por las afectaciones que provocó el sismo de 2017 o afectados por inundaciones en Tabasco e Hidalgo, o por los huracanes que devastaron muchas zonas del país, quienes aún padecen los efectos de dichos fenómenos meteorológicos. Y los apoyos que les llegan han sido insuficientes que no cubren los daños causados por dichos eventos climatológicos.
En materia de corrupción e impunidad, este gobierno nos ha dado muchos ejemplos de que no se ha cumplido con las promesas de acabar estos males que han azotado a México desde tiempos inmemoriales; uno de estos casos es el del hijo mayor del presidente, el que hasta la fecha no se ha esclarecido en su totalidad y otro que surge, por las luchas internas que se dan al interior de la administración pública o por la guerra al interior del gabinete es el del exconsejero jurídico de la presidencia Julio Scherer Ibarra en contra de la extitular de Gobernación, ahora presidenta de la Cámara de Senadores, Olga Sánchez Cordero y contra el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, a quienes acusa de armar una “trama perversa” en su contra motivada por “venganzas personales”. Y eso que aún este gobierno solo cumple un poco más de tres años.
Mientras que el presidente presume que ha cumplido 98 de las 100 promesas de campaña, organizaciones no gubernamentales afirman que tal vez solo la cuarta parte de ellas se han cumplido, mientras que el resto se encuentran en proceso; una que llama la atención es aquella de que habría un verdadero estado de derecho, porque a nadie se le permitirá violar la Constitución y las leyes y de que no habría impunidad, fuero ni privilegios, lo que contrasta con la realidad, misma que se presenta a través de los trabajos de los periodistas de investigación “que quieren desprestigiar a la 4T” y a los que ataca diariamente.
Habrá que recordar que también existe un refrán que versa acerca de que “el que con lobos anda a aullar se enseña”, algo así como que si el jefe del Ejecutivo sabe mentir o decir medias verdades, también sus morenistas que se la pasan inventando leyes que de nada sirven a los mexicanos, porque los perjudican, como la última propuesta de los legisladores en el sentido de que las instituciones financieras “embargarían” los salarios de los trabajadores al cobrarles los créditos que éstos hayan hecho, propuesta de ley ya aprobada con los diputados, pero que la vetaría el presidente al no ser un instrumento que los apoye, según lo afirmó en las mañaneras.
El caso es que hay mucha desconfianza entre ciudadanos -aquí se descartan “los chairos”-, ya que muchas de las promesas que realizó cuando candidato, no se han cumplido porque las modificó para cumplir con sus intereses y no la de todos los mexicanos. Otro ejemplo es el de la seguridad que va de mal en peor.
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