Un Brevario Sobre la Educación

Andreu Navarra. Prohibido aprender: Un recorrido por las leyes de educación de la democracia. Editorial Anagrama. Madrid, 106 páginas, 2021

DAVID MARKLIMO

Anagrama ha presentado los llamados “Nuevos Cuadernos Anagrama”, que han sido definidos como “pequeñas píldoras para la reflexión”, porque ponen a disposición de los lectores el germen para iniciar un desarrollo más amplio y detallado sobre el tema que se trata. Ese espacio poco ortodoxo entre el artículo largo y el ensayo corto no es fácil de colonizar sin una estrategia clara. Es necesario el humor, para ordenar los hechos, puede ser necesaria una voz fresca y coherente para generar un hilo conductor claro y bien definido sobre el tema en cuestión. 

Aquí, el escritor Andreu Navarra nos presenta sus reflexiones sobre un tema básico y transversal: la educación. En Prohibido aprender se analiza basada en el hecho de que sin inversión, ni esfuerzo por crear contenidos pedagógicos de calidad, ni confianza en el buen hacer de los docentes, estamos abocados a no salir de esta espiral de fracaso cada que someten al país a la famosa prueba PISA. También se apunta bien la problemática de fondo, los posibles intereses privados que subyacen y el desolador (pero verosímil) escenario al que tales intereses aspiran. Una sociedad donde no es importante aprender, adquirir un gusto por el conocimiento. 

Cabría preguntarse, tal como lo hace Navarra, ¿cuál es el modelo educativo que define a nuestra sociedad? El autor critica el ansiado control al gremio docente, que acabo convirtiendo al profesorado en una especie de standuperos cuya función, ya no es enseñar ni formar, sino más bien motivar, entrenar en una especie de destrezas que habiliten a los alumnos a enfrentar futuras necesidades, siempre orientadas hacia el mercado laboral. De esta forma van reduciéndose los contenidos en favor de un concepto, mucho más cercano al desarrollo del talento, de las competencias. Así, entramos en lo que se conoce como ‘educación emocional o afectiva’, y la prioridad pasa a ser la inclusión (también en unos casos más que en otros), en detrimento del currículo y el conocimiento. Es un paseo por los campos de la corrección política, que conduce a los estudiantes a un mundo protector en el que se cuida mucho no someterles a presiones excesivas y evitarles traumas. La consecuencia es que estamos educando para la inconsciencia y la banalidad, como último recurso de la sociedad para evitar que la población se pregunte por la insultante desigualdad que va creciendo y expandiéndose por todo el tejido social. Tenemos, entonces, una generación que no encuentra utilidad en la escuela, no hay valoración por la escuela pública ni por lo que ella representa en términos de equidad, justicia y movilidad social.

Poner la educación en el foco es una cuestión de máxima prioridad en cualquier país democrático, igualitario y con aspiraciones reales a medio largo plazo. Es la única herramienta sobre la que fundamentar la igualdad de derechos y el único modo de garantizar la integración, la diversidad y la libertad de pensamiento. ¿Qué nos propone en este breve ensayo Navarra? Más medios, desde luego, más apoyo a los educadores, y una educación más ‘enciclopédica’ (basada en el conocimiento y el rigor de la Ciencia). Es decir, recuperar la enseñanza de contenidos, que los alumnos tengan un bagaje suficiente de conocimientos para acceder a un auténtico pensamiento crítico. Casi nada, pues.

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