Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Como mago que desaparece del escenario a la bruja representada por las luchas internas en la 4t, el presidente desvía la atención y señala que en el “pleito” personal de sus colaboradores y excolaborador, sale con una información falsa: México es la economía más grande de América Latina. Con arrastrar el lápiz se saca la realidad: la dificultad de mantener el segundo sitio en los últimos tres años ha sido mayúscula. El primer lugar lo posee desde hace tes décadas Brasil
Sin embargo, la mala información en manos presidenciales lo lleva a cometer acciones que nada tienen de “humanistas” y sí mucho de insensibilidad y ambición.
Textualmente señaló el huésped temporal de Palacio Nacional: “Ahora, con esta nueva crisis económica, producto de la guerra, México se convierte, sino en el primero, en el segundo o tercer país con más oportunidades de inversión en el mundo”.
Según sus datos los conflictos -es uno por tanto sería el conflicto- que se desarrollan entre Rusia y Ucrania impulsarán la inversión en el país, además de que se presentará un mayor crecimiento de la economía más grande de Latinoamérica. ¿A qué país se referiría? México es la más grande y su Producto Interno Bruto no ha crecido desde 2019.
Ante la pandemia mundial de Covid-19, así como la guerra en Europa, se han afectado las cadenas de suministro, lo que provocó que muchas empresas muevan su producción desde Asia, teniendo como objetivo su establecimiento en México.
Sería excelente conocer qué empresas se quieren ubicar en nuestro país, luego de que se están alejando gracias a la política reformista en materia de electricidad e hidrocarburos.
Y en cuanto que la inversión extranjera directa (IED) se ha incrementado, los números dicen que no. La poca que se registra no es nueva, son utilidades que reinvierten las empresas que han encontrado el camino para obtener recursos que benefician a sus matrices.
Se han marchado ya petroleras, generadores de energías limpias o han frenado sus proyectos que representaban 40 mil millones de dólares; algunas relacionadas con el suministro de combustibles han tenido que recurrir al amparo para salvaguardar sus inversiones.
La mala relación entre el Gobierno federal y los inversores, nacionales y extranjeros, ha detenido proyectos que habrían representado generación de empleos y desarrollo regional.
De acuerdo con informes del sector privado y provenientes de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, de aprobarse la reforma eléctrica en los términos que pretende el presidente de la República y que es considerada como una forma de “expropiación”, las demandas internacionales podrían superar los 100 mil millones de dólares, algo así como 2 billones de pesos, equivalentes a la tercera parte del Presupuesto de Egresos de la Federación para este año.
Y aprovechar la invasión rusa a Ucrania para ofertar al país como uno con mas oportunidades de inversión, demuestra oportunismo y no solidaridad.
Además, hay que aclarar, que en México el Estado de DERECHO se ha perdido con una velocidad alarmante y eso lo saben los inversores.
Saben y bien, que las reglas del juego se cambian a contentillo a la mitad del partido y deja en estado sino de indefensión sí de recurrir al Poder Judicial de la Federación en busca de la protección de la justicia.
¿Alguien con dos dedos de frente arriesgaría su capital en una nación en la que se conoce cómo surge el nacionalismo a ultranza?
Ellos, los inversores, conocen los riesgos y no tienen un pelo -calvos o melenudos- de ignorantes.
Alguien le tiene que dar datos precisos al presidente para que no use los “otros” que nadie conoce como los obtiene.
Mostró, eso sí, que su “humanismo y fraternidad” son parte de su discurso mentiroso.
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